Lo Que SoÑamos Nosotros

CAPITULO 34 - OTROS DETALLES QUE NO CONOCIAMOS

CAPITULO 34

OTROS DETALLES QUE NO CONOCIAMOS

Santiago y Ava, se sentaron juntos, mirándose, tomaron las fotografías las pasaban, una y otra vez, hasta

entonces se reconocían como los niños y que visitaban y que fueron a la casa de sus abuelos, los hijos de

los hermanos de los protagonistas de esta triste y hermosa historia, ellos que jugaban juntos en la finca,

donde luego se construyeron estos edificios, ahora si estaban recordando sus primeros encuentros,

La caída cuando se raspó sus rodillas y el la levantó llevándola hasta su casa para curarla,

–me enamoraste desde niños, de adolescente y ahora que no vemos nuevamente, me enamoras más – le

decía en un susurro, muy quedo, la estaba abrazando muy fuerte, estrechamente, reconociendo que sus

estremecimientos eran porque ahora sabían quiénes eran.

−con razón me eras tan familiar, pero dejamos de vernos desde los doce o trece años −, le dijo ella,

−luego te fuiste y no supe más de ti, nosotros también nos fuimos y se construyó estos edificios en las finca

de mis abuelos, hasta que regresé después que mi madre me regaló el apartamento, hasta que empecé a

trabajar en el museo que empecé a tener ese sueño que nos ha unido sin saberlo− le dijo Ava mirando a sus

ojos,

−Ese también es el tiempo que llevo teniendo tu mismo sueño Ava, éramos los abuelos uniendonos −, le

confesó rápidamente,

− y en serio, me enamoré de ti, me enamoré desde mi primer sueño contigo −, le confesó sus sentimientos

mientras la abrazó más fuerte, fundiéndola a su cuerpo,

−y si, no me iré, ahora si estoy seguro de que no me iré a ningún lado, me quedaré aquí –, le afirmó el, con

voz susurrante,

Con su abrazo apretado se fue disipando ese sentimiento que habían sentido por mucho tiempo, de que algo

les faltaba, algo de causa desconocida compartido, que ambos habían sentido y vivido durante estos cinco

años, compartiendo el mismo sueño o recuerdos de los sentimientos de amor y del dolor de la separación de

sus abuelos, con razón se sentían tan tristes cada vez que despertaban.

Ahora se sentían plenamente conscientes de que una nueva historia de amor se escribiría y que sería tan

bonita como las de sus abuelos, pero ellos le darían un final mucho mejor, no se pensaban reparar, es más

trabajarían juntos, le darían el reconocimiento a sus abuelos que sabían que estarían felices por ellos.




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