El baile de los duques de York era un evento muy esperado para la sociedad londinense, todos deseaban resivir una invitación a tan prestigiosa velada, la duquesa se caracterizaba por ser una mujer muy pulcra y perfeccionista, no toleraba los escandalos o deslices, y era bien sabido que le era intoreble mezclarse con los plebeyos, para ella la sangre azul no se podía juntar con la sangre corriente. Por eso a los italianos les había asombrado en sobremanera recibir una invitación a su aclamada velada, zarina no había estado muy feliz de asistir, y el sentimiento solo se había intensificado al persivir las miradas de desdén que les dirigían la mayoría de los invitados, como si ellos no fueran dignos de tan noble velada.
Armada con su mejor sonrísa y todo su auto control, soporto las miradas, los susurros, los bailes con los caballero que no hacían más que acorralarla contra su cuerpo, todo era por un bien mayor, pero no podía evitar sentir que pronto estallaria.
-me concederia un baile, la mujer más hermosa de la noche.?
Una sonrisa genuina se formó en su rostro, sabía quién era, dio la vuelta, ignorando a las trillizas Stone a la duquesa de suterland y su hija, y a los ojos de acero que no apartaba su dura mirada, para encarar al rubio de ojos negros que le sonreía.
-Alexey, sería un honor - oyó un pequeño bufido pero no le importo.
-me a sorprendido encontrarte en Londres, en un baile - comentó con sierta burla mientras el vals daba inicio. Ella rodó los ojos.
-sabes que lo odio, pero una velada como esta es buena para concengir nuevos socios. - respondió encojiendose de hombros
-no me habías comentado nada de que estabas en Inglaterra en tu última carta. ¿Cuánto tiempo llevas aqui?
—importa? Además desde cuando debo de darte explicaciones. Ni Erick me las pide.
-calma fiera - replicó con una risita-solo era una pregunta, es obvio que no me debes explicaciones es más creo que tu no se las darías a nadie en este mundo.
-y porque debería, tu das explicación? - Replicó alzando una ceja
-si, al amargado de mi padre.
-y como esta ivan? - dijo con una sonrisa
-igual de amargado que la última vez que lo viste. Por sierto viene a Londres en un par de meses.
-y eso? Siempre a odiado esta ciudad
-no lo se, no me lo dijo. Sabes como es, aun me concidera un niño.
-eres un niño
-soy mayor que tu.
-la edad mental de los hombres es la mitad que la de las mujeres, así que eres un niño.
-no soy un niño
-el que sigas con esta discusión lo prueba
Alexey abrió la boca dispuesto a replicar, pero la cerro al entender que tenía razón, luego la fulmino con la mirada, zarina le sacó la lengua, el se le quedó mirando hasta que ambos soltara una risita, lo suficientemente fuerte como para llamar la atención.
Ninguno de los dos fue consciente de cómo dos personas al otro lado del salón los fulminantenaban con la mirada.
Aidan está realmente enojado, el ruso no dejaba de hacer reía a zarina y ella le devolvía las sonrisas más hermosas que le había visto, no eran la picaras que le daba a él, o las frías que le diría a los demás, era llena de puro afecto y eso le molestaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Isabel mirada con odio puro a zarina, el guapo ruso era huésped en la mancion Stone, invitado especial de su abuelo, durante los tres días que llevaba allí se había esforzado en llamar su atención, todo lo que su timidez le permitía, lo que no era mucho si contaba que sus hermanas también estaban interesadas en el. Pero se había sentido especial cuando el la había preferido, esa misma tarde habían sostenido una larga charla sobre sus libros preferido que sorprendenteme eran los mismos, pero esa noche el había corrido a los brazos de zarina en cuento la había visto. La más hermosa de la noche. Esas palabras retumbaban en su cabeza, sabía que tenía razón, zarina eclipsaba a todas las demás.
Un camararero paso a su lado y los dos al mismo tiempo tomaron una copa, sus miradas se cruzaron un momento, Isabel la debió, no quería que su hermano notará su estado, Aidan la miró un momento más hasta que la risa de zarina desviase su atención, ella aún sostenía el brazo del ruso, mientras este comentaba algo que la hacía reír, pronto estuvieron junto a Erick que lo saludo calurosamente demostrando así que se conocían más que bien, los sentimientos nunca antes esperimentados lo estaban desequilibrando. Nunca había sentido celos, jamás había sido pocecibo, pero en ese momento lo único que quería era apartar a zarina del ruso y dejarle claro al ruso que no podía poner sus sucias sarpas en ella.
Sacudió la cabeza, no podía hacer eso, zarina no era nada suyo y además estaba el hecho de que posiblemente no fuera quien decía ser.
-buenas noches. - la vos lo sacó de sus pensamientos, se volvió a mirar a la mujer, lady Wess esta tan bella como siempre, con un vestido que de baja casi salir sus pecho, pero hermosa. Lo miraba coqueta y decidido que era la distracción que necesitaba.
-buenas noches mi lady.
-y entonces tuve que escapar por el balcón, desnudo y con el anciano disparandome a las espaldas.
Los tres volvieron a reír mientras alexkey les contaba del porqué de su viaje.
-y luego huiste de Rusia.
-por supuesto, el hombre fue un poderoso general de guerra, todos saben de lo buen militar que fue, no me voy a arriesgar que me mate.
-y si lo sabias porque te metiste con su esposa.? - replicó Erick poniendo su mano en el hombro del otro
-la mujer estaba nececistada, quien soy yo para negarle tal favor? - replicó en cogiendose de hombro con una actitud totalmente despreocupada
-que dijo tu padre?
-no lo sé, probablemente monto en cólera cuando se entero.
-huiste de Rusia sin decirle a tu padre? - preguntó entre risas.
-el viejo no estába en Moscú, no podía esperarlo. Pero dentro de dos meses tiene que estar aquí así que no me salvare durante mucho tiempo.