Tais
A veces el tiempo transcurre lento y pareciera que la vida no avanza, otras veces solo hacen falta segundos para que todo dé un brinco, para que las cosas pasen de estar de una manera a otra por completo distinta. Hoy hace ocho meses desde que Carolina volvió a Alemania y, en estos ocho meses, todo ha cambiado.
Estoy aquí, sentada en mi cama, sintiendo la horrible incertidumbre que genera el cambio. Aún recuerdo el día en que me enteré que mis padres habían fallecido. No me lo dijeron enseguida, pero vi a mi abuela desmoronarse al teléfono y luego caer al suelo desmayada, vi a mi abuelo tornarse pálido al sujetar el aparato que mi abuela había soltado, lo vi llorar por primera vez. Sin más, lo supe.
Era una tarde como hoy, muchos años atrás, en la que me pregunté: ¿por qué? ¿Por qué me ocurren estas cosas a mí? ¿Qué he hecho mal?
Ha pasado mucho tiempo desde entonces y, sin embargo, hoy me encuentro con la misma pregunta, pero no solo referente a mí, sino a la gente que quiero: ¿por qué? ¿Por qué mi tío no puede ser feliz? Él solo ha hecho cosas buenas a lo largo de su vida. ¿Por qué Carolina se tuvo que ir así? ¿Por qué, a pesar de que se han perdonado, a pesar de que han estado juntos y de que dijeron haberlo arreglado todo, no han podido hablar en realidad? Ella se fue una vez más sin despedirse de él, y él no dijo nada, solo lo aceptó. Desde ese día es otra persona.
No lo entiendo, no digo que tengan que estar juntos, quizás en algún punto los errores los han alejado demasiado, a lo mejor, como me dijo Lina: «No todo aquel que entra en tu vida viene para quedarse». Quizá, como cree papi, sus tiempos nunca están coordinados. Pero ¿acaso no es el amor suficiente para vencer los obstáculos? ¿No es eso lo que nos repiten las películas, las novelas, las historias de cualquier tipo?
El caso es que el amor se les escapó de las manos, la esperanza se les escabulló entre los dedos y pareciera que el corazón de papi se ha secado. Creo que no me gusta el hombre en el que se ha convertido; es más, estoy segura de que no me gusta para nada.
Es casi medianoche y el vacío se siente en la casa, el frío de la soledad ha inundado nuestro hogar. Me gustaría ver a mi tío encontrar una salida, pero siento que se ha rendido. Y no hay peor fin para una persona que ese: agotar sus fuerzas y abandonar su lucha.
Hay demasiadas cosas que no entiendo, ellos tienen aún mucho para darse. ¿Por qué es tan difícil para dos personas que se aman encontrar una salida? Solo sé que me siento sola y que crecer es menos divertido de lo que pensaba.