Lo que un trato me dejo

7. La camiseta

Violett Mason

Tarde al menos unos 20 segundos en darme cuenta lo que estaba pasando en aquella situación. Mire a Michi y a Jasper tantas veces hasta que una risita irónica se me escapo de los labios inconscientemente.

Sin esperar demasiado, decidí salir de ahí.

Tuve que girarme sobre mis pies para así dar vuelta de regreso a la habitación donde había pasado la madrugada.

No tenía muchas ganas de cambiarme a mi ropa fiestera otra vez, así que me termine sentándome de regreso en la cama a esperar a que Jasper saliera de su "Encuentro”. En el auto me cambiaria a un short que me había traído y una camiseta cualquiera que había dejado en mi mochila.

Tuve que intentar sacar de mis pensamientos la idea de que posiblemente el había estado esperando toda la noche para concebir un buen polvo y que por tener que hacerme de niñera no lo logro. Al menos no hasta que confirmo que ya me iba a dormir.

Y no es que me molestara, pero algo en mi si me hacía sentir severamente incomoda de solo pensarlo.

Era obvio para mí que entre Michi y él había tiempo de por medio, era solo tener dos dedos de frente para darse cuenta de ello. E incluso, podía jurar que por cómo se besó con Lance, también tenían una historia pendiente.

Pero, aun así, por como él se había comportado conmigo apenas salí del baño e intento hacerme sentir mejor se me hacía bastante imbécil pensar que lo hizo solo para que me fuese a dormir.

Y es que también, por cómo el se había despedido de mi en la madrugada dejándome con la palabra en la boca, dejaba mucho que pensar.

Y claro, acostarse con Michi era su problema, no me molestaba en lo absoluto, pero como había dicho antes me incomodaba de solo pensarlo.

Jayden ya me lo había advertido antes. Jasper era un idiota y cualquier chica que le pareciera linda iba a terminar en su cama.

Aunque al menos Jasper había sido sincero, nunca era en su cama.

Pero ahora me preguntaba una cosa ¿Era cuestión de tiempo de que yo terminara, igual?

Jamás

Estaba tan sumida en mis pensamientos respecto al castaño que sin darme cuenta Jasper empujo la puerta frente a mí que se encontraba entre abierta, dejando verse en el marco de esta. Ahora, iba vestido con la misma ropa de ayer —salvo que sin zapatos— pues, esos lo tenía en su mano.

Desde la cama podía ver su rostro cansado. Parecía que no había logrado dormir nada, pues sus ojeras marcaban unas líneas lilas bajo sus ojos verdes... ojos que habían tomado un color mucho más oscuro de lo normal.

Su cabello estaba revuelto como de costumbre y su postura se mantenía igual de relajada.

—¿Terminaste? —  pregunte alzando mi ceja con aburrimiento— ¿O debo darte más tiempo para que empieces una muy buena mañana?

Una sonrisa juguetona apareció en su rostro.

Podía parecer cansado, pero la miradita que solía dedicarme jamás se perdía de su rostro 

Sin decir nada, su vista se paseó por mi vestimenta.

Vestimenta que solo se basaba en su camiseta. Camiseta que había encontrado sobre la mesita de noche.

Por un segundo me sentí nerviosa y sin poder evitarlo cruce mis piernas intentando que no se viera nada.  Al no lograr nada con ello, termine rascándome el brazo con fuerza

— Podría empezar una buena mañana, justo ahora— comento coqueto sin perder la diversión en su tono.

Su voz mañanera aún seguía ronca, lo cual le daba cierto toque.

—Si no me llevas a casa justo ahora, créeme que tu mañana no será ni cerca de ser buena.

Advertí intentando sonar autoritaria. Tuve que resoplar con aburrimiento cuando me di cuenta que a él no le causo ni el más mínimo miedo.

—Vamos, huérfana. —  hizo un leve movimiento con su cabeza señalando la puerta tras de el— Te llevare a casa.

Le di una última mirada desde la cama, hasta que decidí levantarme y salir de ahí con él tras de mí, pues a mí me gustaba ir delante. Antes de bajar le eche un vistazo rápido al pasillo de las escaleras, a ver si así de por casualidad me volvía a encontrar con Michi. Cuando no vi ni un alma confirmé que se había ido.

El camino hasta el auto fue silencioso, salvo cuando nos topamos con Alex quien aún dormia en la sala.

Tuve que ahogar una risita cuando lo vi en esa posición. Fue su amigo el esta vez quien le dio unas palmaditas en el hombro y lo obligo a subir a dormir en una cama. Supe que Alex balbuceo un par de cosas y después maldijo en voz baja con cansancio, pareciendo literalmente un sonámbulo.

—¿Te vas a cambiar? — pregunto el castaño empezando a encender el auto junto a mi—¿Quieres que salga?

—¿Tan desesperado estas porque te devuelva la camiseta? — pregunte con intención de molestarlo pues sabía que eso no era cierto.

Estaba segura que no le molestaba en lo absoluto que la llevara puesta.

Mas bien algo me decía que le gustaba de cierta manera.

—No me molestaría que te la quitaras justo ahora— bromeo en el mismo tono.

—La conservare— le asegure ignorando lo que había dicho— ¿Como dormiste?

Pregunte intentando crear conversación entre ambos mientras rebuscaba un short entre las mil cosas que había metido en mi mochila.

Apenas lo conseguí, me lo puse sin demasiado problema.

Con el rabillo del ojo lo vi alzar una ceja. Puso su brazo en el espaldar de mi butaca inclinándose hacia atrás quedando bastante cerca de mí, con su mano libre comenzó a girar el volante con la intención de salir de retro.

—Normal— se limitó a decir— ¿Tu?

¿Normal? Si, claro

Yo sí que había dormido normal.

 Aunque no les voy a mentir. Recuerdo que de esa madrugada la primera media hora no podía conciliar el sueño gracias al horrible dolor de cabeza que la borrachera me había dejado como consecuencia. Sin contar que cuando desperté me dolía tanto el estómago que tuve que jurarle a Dios no volver a tomar en mi vida si así me quitaba el dolor, y a pesar de que no me lo quito, si me lo calmo un poco.




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