Lo que un trato me dejo

10. Preguntas

Tuve que ponerme de puntitas para intentar acercármele a su cara. En respuesta, ladeo su cabeza cual cachorro.

Con cautela, sus ojos bajaron hasta mi cuello, miro el tiro negro del bikini que escapaba de mi camiseta y con cuidado poso sus dedos sobre él. Tuve que ponerme rígida ante su tanto

—¿Entraras a la piscina? — pregunto curioso dándole vueltas con su dedo.

—¿Tu no? — decidí preguntar intentado parecer tranquila.

—Empiezas a convencerme, huérfana.

De pronto, antes de que pudiera responder, la puerta se abrió haciéndome tambalear.

El rostro de Danelle apareció frente a nosotros. Al observar la escena, sonrió divertida y no hizo más que negar con su cabeza y pasarnos por en medio.

—Y eso que acaban de llegar— bromeo para si misma haciendo que me rascara el brazo con nerviosismo—. Vine por una cerveza— informo tomando una de las latas que acaba de dejar en el refri— ¿Saben? Olvide comprar hielo, deberían ir por ello.

—No tengo problema— respondió el castaño, de manera tranquila—¿Vamos, muñequita?

Mire a mis dos amigos quienes compartían la misma mirada divertida, hasta que suspire y me fui de ahí con Jasper detrás

El camino a la tienda más cercana estaba siendo totalmente tranquilo. Jasper conducía y yo solo me mantenía en silencio mirando la carretera a mi frente.

—Juaguemos a algo— pidió de la nada— Tus hablas mucho, y yo finjo que te escucho… como siempre. No me gusta cuando te mantienes callada.

—¿Entonces si te gusta escucharme hablar? — respondí irónica sin poder evitar sonreír con insuficiencia.

—Me gusta fingir que te escucho— corrigió—. Y te ves linda cuando lo haces.

Tuve que doblar los ojos

—¿Puedo hacerte una pregunta? — curiosee rascando mi brazo

—Olvídalo, mejor cállate— pidió con la vista en frente.

—¿Alguna vez volviste a hablar con Harriet después aquel beso? — pregunte ignorando completamente el que me había mandado a cerrar el pico

— La he visto un par de veces por la casa, pero nunca hablamos de aquello— respondió tranquilo, parando el auto cuando el semáforo mostro rojo

—¿Y qué crees que piense? — le volví a interrogar.

Yo ya sabía lo que pensaba mi hermana respecto a Jasper, pero quería saber si el estaba claro de ello.

—No lo sé, pero seguramente Jayden le ha hablado tan mal de mi que algo te debió de decir— soltó, mirándome con despreocupación total.

—No me ha dicho nada— mentí— ¿Puedo hacerte otra pregunta?

Alzo sus cejas, pero finalmente suspiro en derrota

—¿Ahora vas a empezar a hacerme preguntas?

— Debo conocer a mi socio.

Rio por lo bajo hasta que finalmente asintió.

—Cuéntame algo de ti— pedí por que claramente no se me ocurría nada interesante

—Mejor háblame de ti— pidió el volviendo a poner el auto en marcha

—No me des cuerda— pedí divertida, pues sabia que me encantaba hablar y más cuando se trataba de mi misma

—Ya te di mucha, muñequita. Empieza— pidió tranquilo intentando mirarme a mi y a la carretera frente a el

—Mhm, he estado perdidamente enamorada de Jayden desde que tengo…

—Dios mío— me interrumpió—. Yo hare las preguntas. ¿En qué año vas?

—Ultimo

—¿Qué vas a estudiar? — pregunto estacionando el auto frente a una gasolinera

Tuve que chasquear mi lengua ante la pregunta.

—¿Qué estudias tu? — ataque intentando desviar el tema

Con el rabillo del ojo pude ver que se tensaba un poco.

—Deje la universidad hace casi un año— aclaro abriendo la puerta y saliendo del auto— Estudiaba medicina

Tuve que fruncir el ceño confundido. Me baje del auto y lo seguí.

— ¿Y los chicos? ¿Se conocieron en la Universidad no?

—Si, estudie con ellos por un año y medio. Los conocí, y luego lo dejé— abrió la puerta del cristal dejándome pasar primero por debajo de su brazo

—¿Y por qué lo dejaste? —  continué interrogándolo. Al ver que solo me dedico una mirada aburrida me di cuenta que este no era su tema favorito— Entiendo... — le dedique una sonrisa—  ¿Por qué Lance no vino?

Lo pensó un poco.

— Iba a venir, pero cuando estuvimos por ir a búscalo nos canceló— negó con su cabeza recordarlo— A estado un poco raro ultimamente, creo que es por esa chica que conoció.

Supongo que hablaba sobre esa que mencionó el día que fuimos a buscar a Baxter.

Asentí con mi cabeza analizando e imaginando como seria la chica que estaba saliendo con el pelinegro.

Estaba a punto de volver a preguntarle algo cuando por alguna razón el ladrido de un perro me hizo callar. Al lado de la vitrina donde se encontraba un hombre robusto y un pastor alemán sentado justo al lado de él.

Mire a todos lados admirando el lugar. Nunca había venido para acá. Era una tienda pequeña pero acogedora y la verdad no había nada del otro mundo. Vendían dulces, refrescos y una que otra cosa que no le preste atención. Además de ellos, éramos los únicos aquí.

— Silencio, Shane— le advirtió el señor acariciando su cabeza— ¿Qué tal? —  nos saludó amablemente.

Ambos le devolvimos la sonrisa de la misma manera. Jasper pregunto a cerca del hielo y yo sin pensarlo dos veces me acerque al perro con intención de ir acariciarlo, por un momento me gruño, pero termino accediendo.

— Buen chico— murmure pasando mi mano por su cabeza.

El hombre entro a su despacho en busca del pedido

—¿Qué extraña obsesión tienes por los perros? —  pregunto mi compañero acercándose a mí. Intento acariciarlo, pero este le ladro causándole un pequeño respingo de miedo.

Se había asustado.

Sin poder evitarlo termine riéndome fuerte, su cara me había causado gracia. Tuve que ganarme una mirada fulminante de su parte.

— Me gustan— admití sin dejar de mimar a Shane— ¿Qué tal ha estado Baxter por cierto? Cuando fui a tu casa no lo vi.




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