Lo que un trato me dejo

15. El regreso

— ¡Bu!— la voz de Danelle me hizo sobresaltar logrando así que se me cayeran algunos libros al piso, termine fulminándola con la mirada mientras ella solo reía.

Justo ahora eran las nueve de la mañana y cargaba las ojeras más grandes, jamás vistas. Anoche no dormí casi nada por textearme con Jasper. Hoy, iba a verlo después de inscribirme, — Porque si, claramente iba a inscribirme—

Tuve que tomar el autobús por que, por alguna razón el auto de mama no quiso encender y mi padre se había ido horas antes. Cands por su parte estaba más que insoportable que nunca, había despertado de mal humor por lo tanto le gritaba y miraba mal a todos, creo que estaba en sus días. Agradecía internamente que la escuela de Danna quedara cerca de casa, si no, no hubiese soportado la idea de ternar a una amargada y a una parlanchina a mi lado por tanto tiempo.

—Tengo sueño— comente bostezando al mismo tiempo que dejaba los libros dentro de mi casillero y comenzaba a caminar al lado de mi amiga—. Ni siquiera he revisado el horario— admití

—Estás en tu día de suerte, solecito— comento la rubia con la sonrisa más radiante del mundo. No entendía cómo es que estaba tan feliz—. Yo lo imprimí para ambas— saco un par de papeles de su carpeta mostrándomelo en el proceso— ¿Me quedo lindo cierto?— pregunto con emoción.

La verdad es que si, ella siempre se esforzaba demasiado con este tipo de cosas, estaba obsesionada con el orden, los post-it y los colores.

— ¿Cuándo hiciste esto? — fruncí el ceño mirando lo colorido que estaba.

—Una vez que Cameron vino a visitarme— soltó restándole importancia—. Tenemos biología en cinco minutos— señalo la primera casilla la cual estaba marcada con resaltador amarillo floreciente.

—Todavía no me dices que es lo que hay entre tú y Cam— le reclame recordando que por alguna razón siempre que le preguntaba a cerca de el desviaba el tema.

—Por qué no hay nada que contar— soltó tranquila entrando al salón el cual se encontraba vacío. Termine dedicándole una mirada aburrida— Ósea si hay…— corrigió— Pero... no lo sé ¿Si?

Ambas tomamos asiento en los últimos puestos porque odiábamos estar tan cerca del pizarrón. Supongo que desde aquí podíamos hablar más tranquilas.

— ¿Qué no sabes qué? — pregunte colocando mis codos sobre la mesa y sosteniendo mi cabeza con las manos, presionándola para que hablara de una vez— ¿Por qué no quieres contarme? ¿Te gusta o…?

La campana sonó interrumpiéndome completamente. Pronto, el montón de chicos comenzaron a entrar con la profesora Morris detrás.

Tuve que callarme la boca, cuando Morris cerró la puerta y la clase comenzó. Danelle, por su parte solo se encogió de hombros sin respuesta alguna, dejándome con mucha más duda

Como era primer día no hicimos gran cosa, más que presentar a los nuevo —Quienes no eran demasiados— y hablar sobre las próximas clases y futuras evaluaciones.

Mi primer día no fue tan asqueroso como pensaba —Claro, que tener gimnasia después de la segunda hora fue una mierda— pero aun así pude sobrellevarlo. Ahora, solo debía apresurarme.

Debía esperar a Cands, buscar a Danna, llegar a casa, almorzar y cambiarme. No estaba segura hasta que hora me aceptarían ahí.

— ¿Cómo les fue? — pregunto mama desde la cocina una vez nos escuchó llegar.

Danna corrió hasta los brazos de mi madre con emoción mientras que Candace seguía igual de insoportable que antes. Termino subiendo a su habitación sin decir nada.

—Bien— sonreí caminando hasta ella para plantarle un beso en la mejilla— Aburrido, como siempre. — me encogí de hombros dejando que el olor de la comida pasara por mis fosas nasales—Tengo muchísima hambre

—Ya casi esta— menciono meneando lo que sea que hacía—. ¿Y tú? — señalo a la rubia— ¿Qué tal tu día?

—Hay un nuevo niño en mi salón— le comento—. Es muy raro— aseguro haciendo una mueca como si lo recordara—. La profesora nos dijo antes que entrara que intentemos unirlo— se sentó en una de las sillas— Y mami. Tiana y yo nos sentamos junto a él y nos corrió ¡Nos corrió! — chillo más fuerte

Mucho drama

No recuerdo muy bien que le respondió por que termine subiendo hasta mi habitación ignorándolas completamente. Quería ducharme y cambiarme de ropa, así que eso hice.

Una parte de mí se preguntó dónde estaba la mayor. Envidiaba que ya no tuviese que levantarse temprano para ir a la escuela.

En cambio, dormía hasta tarde, salía y hacia sus talleres pares de días a la semana. Justo ahora, estaba casi segura que lo más probable es que se encontraba paseando por el centro junto a sus amigas. Pues, Jayden debía estar en sus propios talleres.

Termine de hacer lo necesario para estar completamente lista y arreglada para mi salida.

El estómago me estaba rugiendo más de lo normal. Necesitaba comer cuanto antes o moriría.

Cuando estuve por salir de mi habitación escuché la voz de Delilah —mi madre— gritar mi nombre y el de Cands para que fuésemos a comer. Antes de que pudiese responderle un "Ya voy" Escuche un pequeño sollozo en el pasillo.

Frunciendo el ceño totalmente confundido me quede de pie frente a la escalera esperando a ver si se volvía escuchar el sonido. No tardó más de cinco segundo en volver a escuchar a mi hermana llorar.

Lloriqueo, que provenía de la habitación de Candace.

Dando media vuelta sobre mis pies, decidí caminar rápidamente hasta su habitación. No podía simplemente ignorarlo.

— ¡Vete! — chillo destrozada en casi un susurro apenas toque la puerta.

Desde el marco de la puerta la vi hecha un ovillo, sentada en la esquina de su cama. Tenía la nariz roja, y la sabana envuelta en el cuerpo como una virgen. Con un suspiro derrotado, decidí entrar a paso lento, sin importarme que me hubiese pedido que me fuera.

A su lado, James su mascota caminaba por la pequeña jaula, ajeno a la situación de su dueña. Sonreí de medio lado cuando lo vi rodar por la rueda que Candace la había comprado la semana pasada




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