Lo que un trato me dejo

18. La noria

—No sé qué ponerme— lloriquee sosteniendo mi teléfono con mi mejilla y mi hombro— ¿Falda o Jeans muy rotos?

—No te he vuelto a ver usando Jeans desde el primer año— me recordo mi mejor amiga, desde el otro lado de la línea

—¿Debería innovar? — pregunte sosteniendo unos bonitos jeans que me regalo mama hace ya algún tiempo

—Si tú quieres— respondió tranquila— Van a la feria, yo creo que mejor unos pantalones. Jeans muy rotos con el cinturón negro y la playera de rayas.

Fruncí el ceño pensando un poco a que playera se refería.

—¿La que es larga? — dude mirando mi armario y revolviéndolo un poco más.

—Si, esa misma— continuó—. Te haces un nudito y me envías una foto frente al espejo.

Estaba por responderle cuando alguien abrió mi puerta demasiado rápido logrando que diera un saltito del susto

—¿Que? — pregunte al ver a mi hermana menor parada en el marco de la puerta con la cara preocupada.

—Préstame una blusa— pidió/suplico— ¡No tengo ropa!

Chillo fuerte adentrándose a mi habitación y cerrando la puerta tras de ella. Doble los ojos aburrida tomando mi teléfono y cortando la llamada no sin antes decir un "Te llamo luego"

—Busca ahí— señale el gran desorden que había tirado sobre mi cama— ¿Crees que esto se vea bien?

Lo miro varias veces y finalmente asintió.

—Préstame ese pantalón— pidió, negué rápidamente— Entonces una falda.

Rei por lo bajo, Candace nunca usaba faldas.

Yo era la de las faldas. O como decía Jasper, la de los atuendos de huérfana.

—¿Estas nerviosa?— decidí preguntar llevándome la ropa que había escogido al baño.

Se tiro a mi cama mientras tomaba ropa al azar.

—Demasiado— admitió llevando su mano a la cara—. Nunca tuve una cita antes ¿Qué se hacen en las citas?

—Divertirse, pasarla bien— me encogí de hombros al mismo tiempo que me colocaba la camiseta por arriba de la cabeza— No lo sé Cands, tampoco he tenido una.

No respondió en cambio soltó un resoplido.

—Tu tampoco tienes ropa— se quejó tirando una prenda al desorden—. Iré a ver que tiene Harriet— informo y con eso último se fue cerrando la puerta tras de ella.

¿De nada?

Apenas termine de vestirme me mire frente al espejo al mismo tiempo que hacia el nudito que Danelle me había pedido. Sonreí al ver mi reflejo, pues me veía bien. Tome mi celular y pose frente al espejo. Confirme que eso era lo que llevaría cuando Dan mando muchos emojis de fuegos y un mensaje que decía:

“Hoy follas”

Era eso de las cinco de la tarde cuando comencé a arreglar mi desastre de cara, había quedado con Jayden que nos veríamos en el parque cerca de casa, yo misma le pedí que fuera ahí porque no creía que era conveniente que viniera por mi hasta acá. Desenredé mi largo cabello dejándolo suelto y lacio. Lave mis dientes y por último ate los cordones de mis zapatos.

Tome lo necesario para sobrevivir una noche y baje a la cocina. Sonreí apenas miré a Danna recostada en el suelo junto a su amigo coloreando sobre unas hojas de papel.

Me di cuenta que mama y papa ya se habían ido por que el único adulto en la sala era Harriet usando su celular dándole nada de atención a los niños.

—¡Vay! — saludo con entusiasmo la niña—. Ven para que conozca a Matt

Pidió desde el suelo haciéndome señas con su pequeña mano, Tuve que hacerle caso agachándome hasta su altura.

—Hola— saludo el niño a su lado con una sonrisa gigante.

Tenía el cabello castaño un poco largo con ese corte de honguito, las mejillas regordetas y unos lindos ojos mieles

—Matt, ella es Violett y Violett él es Matt— presento la rubia a mi lado. El pequeño niño me tomo de la mano para así estrecharla.

Me sorprendió un poco por la cordialidad, pero aun así accedí.

—¿Y cuantas hermanas tienes? — pregunto el Matt haciendo una mueca, pareciendo confundido.

—Tres— decidí responder por ella— Es un placer— despeiné su cabello lo cual hizo que el riera—. Debo irme, pórtense bien.

Ambos asintieron volviendo su vista a sus creyones. Me miré en el espejo de la sala una vez más y me dispuse a irme.

—Cuídate— le escuche decir a Harriet desde el sofá— No hagas nada que yo no haría— aconsejo haciendo una seña con sus manos.

Tuve que fruncir el ceño.

—Claro, Hart— le di razón— Tu, mejor está pendiente que ellos— señalé a los niños jugando el suelo— no hagan nada que no deberían

—Claro— rio para si misma— Ya veo tensión…

Desde que salí de casa no pude dejar de sentir nervios, tanto así que no pude evitar contar los minutos desde que salí hasta que vi el auto de Jayden. Cinco minutos caminando, unos diez columpiándome y otros cinco desbloqueando y bloqueando la pantalla de mi teléfono.

Podía sentir mis manos sudar, pero intente ignorarlo. El pitido del auto de Jayden me hizo reaccionar.

Lo vi bajarse de su auto solo para abrirme la puerta del copiloto.

—Hola, bonita— me saludo con dulzura

—Jayden— choque sus manos a lo cual él sonrió.

Pensé que el saludo acabaría ahí, pero en cambio él se inclinó y beso mi mejilla con cariño haciendo que mi corazón latiera con fuerza.

Estaba un poco oscuro, pero aun así pude darme cuenta de lo que llevaba puesto. El no variaba mucho, su ropa solía ser vaqueros y una camiseta unicolor, era sencillo, pero eso hacia verlo jodidamente guapo.

Pero es que su sonrisa y los hoyuelos que se le formaban, lo eran todo para derretirme

Llevaba el cabello desordenado como siempre y una barba de unos dos días. Jayden con barba me parecía más sexy que el que no llevaba.

—¿Tengo algo en la cara? — pregunto torpemente haciéndome sonrojar.

Termine sacudiendo mi cabeza para salir del transe. Me había quedado admirándolo más de lo que debía.

—Realmente sí. Te ves diferente con barba— señale su rostro




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