Lo que un trato me dejo

19. El permiso

—¿Qué haces? — pregunto Jasper mirando tras mi hombro lo que escribía en mi libreta de la escuela.

Suspiré cansada, Tuve que echarme hacia un lado para así poder mirarle la cara, algo en mi se sentido incomoda de solo tenerlo tan cerca. En un intento de disimulo, volví mi vista al frente.

—Eh... — balbucee torpemente pasando mi vita a al ordenador— Tarea.

—¿De qué? — se interesó acercándose ahora más, dejando sobre la vitrina una caja que había traído minutos antes

—Geografía— sonreí para mí misma, copiando el texto que mostraba la pantalla. Sentí como volvía acercase a mi hombro para leer— Jasper, me incomodas.

Lo oí reír cerca de mi oreja logrando que se me pusieran los pelos de punta. Hacía ya un tiempo que Jasper lograba eso en mi y no entendía el porqué.

—Tienes la letra fea— opino ignorando el comentario que había hecho anteriormente.

Debo admitir que me sentí ofendida

Por si se lo preguntaba, habían pasado ya unas tres semanas desde aquella cita, recuerdo que esa noche pase toda la madrugada estudiando para así al menos lograr impresionar a mi compañero.

Había llegado demasiado tarde y esa había sido mi primera falta. Recuerdo que dijo que me veía desastrosa porque era obvio que no había dormido en toda la noche y era más que notable que no me había dado tiempo ni siquiera de taparme las ojeras, aun así, me dio la oportunidad de demostrarle todo lo que había aprendido.

Hasta yo misma estaba totalmente impresionada por la cantidad de información que había logrado retener aun con la cabeza en otro lado, y por otro lado me refería a Jayden.

Apenas termine de recitar todo lo que había aprendido Jasper me felicito con una enorme sonrisa, se veía que en enserio estaba feliz de que había aprendido al menos un poco más de su tienda.

Recuerdo que ese día Jasper me dio el puesto de “Empleada de prueba” por qué aún era demasiado pronto como para contratarme, igual me había prometido una paga y con eso estaba bien. La verdad, había entendido que el en serio no quería a nadie trabajando en su tienda, pero sabía que disfrutaba de mi presencia y yo no me iba a largar tan fácil.

Sacudí mi cabeza apenas escuche que alguien golpeo la puerta de cristal, logrando así que ambos subiéramos la vista hacia el lugar. Sonreí al ver la figura de Alex tras la puerta. Sin pensarlo mucho salude desde dentro con euforia.

Con una risita, Alex abrió la puerta dejando sonar la campanilla pegada a esta.

—Como deseo no haber interrumpido nada— pidió para sí mismo, mientras unía sus manos en suplica. Con sutileza, se acercó y despeino su cabello naranja, ahora un poco más corto que la última vez— ¿Qué tal?

— Excelente ¿Te cortaste el pelo? — curiosee, apoyando mis antebrazos sobre la vitrina solo para verlo mejor. Lo vi fruncir el ceño al mismo tiempo que chocaba el puño con su amigo.

—Hace unos días— admitió acercándose a mi para besar mi mejilla— Tu estas más linda que hace unos meses— giño su ojo divertido logrando que le sonriera y le devolviera el gesto.

—¿A que viniste? — pregunto el castaño a mi lado volviendo a tomar la caja entre sus manos. De pronto antes que el pudiese responder, los ojos de Jasper se iluminaron como si se hubiese recordado algo— Mira lo que trajeron hace un rato— hablo con emoción sacando un juego de la caja.

El pelirrojo al ver juego abrió su boca con sorpresa, arrebatándoselo de las manos.

—No inventes.

Fruncí el ceño al ver tanta emoción. Me levante de la silla colocándome de puntillas para sacar otro juego de la caja que sostenía Jasper.

Por lo que había entendido hoy llegaría una caja con un nuevo juego y había escuchado a mi compañero decir que era muy bueno y que lo iba a probar apenas lo trajesen

Tuve que ahogar una risa al ver el muñequito amarillo en la caratula.

Ambos me miraron.

—Se rio de Sparky— comento el pelirrojo con tono serio. El chico a su lado lo miro

—Si, se rio— aseguro negando con su cabeza con decepción. Subí una ceja confundida volviendo a sentarme sobre la silla giratoria.

—¿A que viniste? — volví a preguntar dando vueltas como niña pequeña.

El chico pareció acordarse por que sacudió su cabeza y sonrió dejando el juego sobre la vitrina.

—Cierto— froto sus manos con emoción—¿Qué hay la próxima semana?

Pregunto como para que nosotros adivináramos. El castaño y yo compartimos miradas.

— Yo tengo que entregar tareas, no se tu— me encogí de hombros señalando mi cuaderno con los ojos.

—Yo tengo que... — hablo mi compañero alargando la última palabra— Hacer nada—sonrió

Doble los ojos

El pelirrojo suspiro aburrido caminando hacia el puff y tarándose sobre este.

—Ya sabía que Jasper era un idiota ¿Pero tu Violett? — me miro como si estuviese decepcionado— Pensé que eras un poco más culta— una clara mueca de ofensa se montó en mi rostro— No sé si lo recuerdan, pero cada año hay algo llamado “Celebración a nuestro alcalde” — recalco haciendo comillas con sus dedos— Nunca te había querido tanto, Dallas— menciono al techo, haciendo referencia a nuestro alcalde.

—Es feriado— cayo en cuenta Jasper abriendo su boca a lo tonto.

Y ahí también entendí yo. Era feriado toda la semana. De pronto una sonrisa se apodero de mi rostro y quise gritar con emoción.

—¡Este es el mejor día de mi vida! — dramatice— ¡Adiós quince paginas por escribir! — hable para nadie cerrando mi cuaderno con tanta furia que sonó fuerte contra la vitrina—Lo siento— rasque mi brazo nervioso viendo con el rabillo del ojo a mi jefe.

—Adiós a... —siguió Jasper imitándome— a nada... seguiré sin hacer nada.

—Es ahí donde te equivocas, amigo mío—De pronto Alex se levantó caminando hasta el castaño pasando su brazo alrededor de su hombro—Casa en la playa ¿Te recuerda algo? — menciono obvio— Cameron me llamo ayer para confirmar. Entonces, tu— golpeo el pecho de su amigo— y tu— me señalo— Tenemos una semana que preparar. ¡Nos iremos a la playa!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.