Lo que volvio olvido

Capitulo 14

Fantasmas y pasado en ruinas

Camila era muchas cosas, pero no era estúpida ni negligente, bueno, al menos ahora ya no, cada vez que salía a cumplir una misión, cada movimiento estaba meticulosamente planeado, no solo para protegerse a sí misma y mantener su identidad oculta, sino porque, para ella, equivocarse no era una opción.

Por eso, cuando salió aquella noche junto a Mauro para reunirse con Enzo, dejó a Samantha sola en la casa con todas las medidas de seguridad activadas, tres semanas habían pasado desde que la "rescató" y seis días desde los eventos de la plaza, sabía que la chica no iba a sanar de un día para otro años de trauma no se borraban en unas pocas semanas, pero lo que no esperaba era encontrar su casa patas arriba.

Desde el umbral, el desastre era evidente, los muebles volcados, las cortinas arrancadas y tiradas en el suelo, platos rotos esparcidos por toda la cocina, los fragmentos brillaban bajo la tenue luz de la madrugada. El televisor estaba hecho añicos contra el suelo, con la pantalla destrozada, desde el baño del primer piso, el agua se filtraba hasta la sala, formando un charco que se extendía lentamente.

Camila se quedó inmóvil por un momento, sintiendo cómo la rabia le subía por la garganta como una ola ardiendo, su casa nunca había sido un hogar acogedor, no tenía decoraciones que la hicieran sentir cómoda o segura, pero era el último rastro de su familia, de lo que una vez fue suya y ahora estaba destruido.

Apretó los puños con fuerza, podia senrir su rostro caleinte igual que las palamas de sus manos.

Sabía que nadie había entrado, no solo porque tenía los mejores protocolos de seguridad —cualquiera que hubiese intentado forzar la entrada estaría muerto antes de dar un segundo paso— sino porque nadie en el pueblo tenía razones para hacerlo.

Solo había una culpable,el daño provenia desde el interior.

Subió las escaleras con paso firme, su enojo creciendo con cada huella que dejaba en la madera mojada, desde el segundo piso, los sollozos resonaban como un eco inquietante, un sonido que se colaba en cada rincón de la casa.

Samantha estaba acurrucada en un rincón de la habitación, abrazándose las piernas con desesperación, su cuerpo temblaba de forma incontrolable, su respiración entrecortada, sus manos pasaban frenéticas por sus brazos, como si tratara de arrancarse la piel, su pijama de satín estaba en jirones, empapada, su cabello, húmedo y enredado, caía sobre su rostro, ocultando parcialmente sus labios morados y agrietados, un hilo de sangre resbalaba desde la comisura de su boca.

Camila sintió un nudo de irritación y algo más que no quiso identificar.

—¿Qué diablos pasó aquí? —preguntó con voz gélida.

Samantha alzó la mirada y, al reconocerla, se puso de pie de un salto y corrió hacia ella, abrazándola con fuerza, sus brazos delgados se aferraron a Camila como si fuera la única cosa real en el mundo.

Camila suspiró, cerrando los ojos un instante mientras intentaba buscar paciencia.

Había visto muchas cosas en su vida, había enfrentado monstruos, había sido uno de ellos, pero nada la preparaba para la fragilidad humana en su estado más puro.

Y menos cuando esa fragilidad estaba destrozando lo poco que le quedaba.

_____

Tomó casi una hora para que Mauro y Camila lograran calmar a Samantha, su respiración errática se fue estabilizando poco a poco, aunque todavía tenía los ojos vidriosos y los dedos temblaban levemente. Para cuando el silencio regresó a la casa, las cuatro de la mañana ya habían pasado, y la fatiga pesaba sobre los tres.

Mauro se apoyó contra la pared, frotándose el rostro con una mano, agotado, pero Camila no podía permitirse descansar, no todavía.

Tenía preguntas. Y necesitaba respuestas ahora.

—Samantha, mírame —pidió, con la voz más suave de lo habitual.

La chica, que aún tenía el rostro enterrado contra su hombro, levantó la mirada de inmediato. Había algo en la forma en que Camila hablaba, en su tono bajo pero firme, que la hacía reaccionar instintivamente.

—Necesito hablar contigo, tengo algunas preguntas que pueden ser dificiles para ti.

Mauro la miró de reojo, alerta, sabía que esa conversación podría desatar otro ataque, Samantha acababa de destrozar la casa en un intento desesperado de escapar, su mente aún estaba atrapada en el caos del pasado, al despertar y no ver a nadie, pensó que la habían abandonado, después de todo lo que había vivido, tenía sentido, pero cuando intentó salir y se encontró atrapada, sin escapatoria, probablemente sintió que la habían encerrado igual que su padre.

Y eso debió haberla quebrado.

Camila lo sabía.

Por eso su paciencia estaba colgando de un hilo peligrosamente delgado.

—Se que es difícil para ti, pero necesito que me cuentes todo lo que pasó en la casa Jhoan —preguntó con frialdad, aunque sus dedos aún se aferraban a los brazos de Samantha, está se tenso y su cuerpo volvió a sacudirse con fuerza.



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En el texto hay: vengaza, final, vengaza odio y secretos

Editado: 29.05.2025

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