Capitulo 16

Sospechoso fantasma

Camila tenía la mente en las nubes, no era muy común en ella distraerse, mucho menos en territorio enemigo como lo era ese pueblo, pero después de lo que Samantha le había dicho su mente estaba en otra galaxia, debía calcular bien sus próximos movimientos basado en la información que la chica le había dicho.

Llevaba toda la mañana cometiendo errores lo que le había ganado varios regaños de su jefa desde la cocina, suspiro mientras limpiaba la barra con poca energía, este era el peor momento para estar ahí, debería estar en casa, en su guarida planeando su próximo paso, pero era importante generar presencia y reconocimiento en el pueblo, la gente extraña siempre seria sospechosa igual que los que desaparecen o rompen sus rutinas de golpe, mucho más después de lo sucedido en la plaza del pueblo.

La campana de entrada se escuchó, no le presto tanta atención pero si logro percibir como los susurros de toda la cafetería se detuvieron de golpe, levanto la mirada del trapo en su mano y seis personas ingresaban a la cafetería, era fácil reconocer quienes eran, era un pueblo pequeño y ver seis rostros nuevos era motivo de conversación, sus ropas si bien no eran elegantes, si eran más formales que cualquier residente, cuatro hombres y dos mujeres, todos ingresaron con la cabeza en alto y tomaron asiento en una de las mesas grandes.

Los agentes del FBI habían llegado con rapidez después de la llamada anónima que Camila había hecho, el sheriff estaba enojado cuando los vio llegar y tomaron el caso con rapidez, tal vez no había podido ocultar el hecho o manipular evidencia para enterrar el caso como estaba acostumbrado a hacer, esa era una de las razones por las que Camila los necesitaba en el pueblo, en el caso, necesitaba que no fuera enterrado, que alguien investigara, no importaba si era alguien externo, bueno, también necesitaba a Jack aquí.

El hombre de piel oscura ingreso de ultimas al lugar, sus ojos se encontraron, él le asintió con la cabeza, Camila le devolvió el saludo con cordialidad, no era bueno acercarse de golpe, a pesar de que habían compartido una conversación en el bar no podía acercarse con compañerismo como si nada, no sin que él lo hiciera primero, pero que el viniera a la cafetería en su horario era su oportunidad o ventaja, todo dependía como lo viera.

Tomo su libreta y se acercó a ellos, si bien no se dirigió directamente a él, sus ojos permanecieron juntos, ambos con sus propios pensamientos.

— ¿Que les gustaría? — pregunto Camila con una sonrisa

— ¿Que nos recomiendas linda? — respondió otro de los agentes, era un hombre caucásico, un poco más alto que Jack, su semblante era más risueño y sonreía con coqueteo, la sonrisa de Camila creció un poco, sabía quién era, lo había estudiado.

— La torta de huevo es nuestro especial el día de hoy — ofreció

— Por favor seis cafés oscuros — dijo Jack llamando de nuevo su atención, ella asintió tomando el pedido.

Volvió a la barra para preparar las tazas del pedido, cuando se dio la vuelto logro percibir como una de las agentes se levantó y la siguió a la barra, fingió no darle importancia ya que el baño estaba en la misma dirección, era aquí donde su mente no podía distraerse, debía estar alerta y no dejar ninguna apertura, todos ellos eran perfiladores criminales, toda su carrera estaba basada en leer a las personas y sus conductas, criminales o no, bueno, Camila si lo era, así que mucho más debía de ser cuidadosa.

— Me gusta mucho tu cabello — alguien dijo a sus espaldas, el cuerpo de Camila se sobresaltó un poco, al fijar los ojos en la chica sonrió con cordialidad, era una mujer castaña, de baja estatura, un poco más mayor que ella, sus rasgos eran asiáticos con expresión amigable pero sus ojos estaban mirando fijamente a Camila.

— Gracias, me tomo mucho tiempo llegar al rojo perfecto — dijo Camila con simpatía mientras llevaba sus manos al cabello.

— Siempre quise tenerlo de ese color, pero en Quántico son un poco estirados — Camila soltó una risita mientras continuaba con su trabajo bajo la atenta mirada de la castaña, sentía una presión incomoda en el pecho.

— Lo imagino — respondió, no era su intención alargar la conversación tribal, si daba un comentario cerrado eso obligaría a la mujer a realizar las preguntas más directamente.

— ¿Llevas mucho tiempo en el pueblo? — pregunto directamente

— No estoy segura si es mucho tiempo, pero ya cinco años — dijo con humor, la agente sonrió

— Entonces ya conoces a todos aquí — afirmo — ¿Puedo hacerte algunas preguntas?

— Claro, mientras no interfiera con mi trabajo — respondió la pelirroja deteniendo lo que estaba haciendo y centrando toda su atención en la mujer.

— ¿Estuviste en la cafetería el día que aparecieron los cuerpos? —

— Si, igual que hoy estuve desde temprano, no supe lo que estaba pasando hasta que escuchamos la conmoción en la plaza — su voz era tranquila igual que su postura, la mujer la miro directamente mientras asentía con la cabeza.

— ¿Saliste a ver lo que sucedía? —

— De hecho no, el sheriff alejo a las personas con rapidez y nos prohibió acercarnos, cuando quise salir a ver ya todo estaba cubierto, pero usted sabe cómo se riegan los chismes en un pueblo pequeño, mucho más con algo de esa magnitud — respondió sincera, esa mañana el sheriff había sido rápido en cubrir los daños, sabía que era su modus operandi, si ocultaba los crímenes con rapidez y daba una explicación fácil de entender todos creerían lo que el digiera, pero esta vez Camila se había encargado que no fuera de esa forma.

—Entiendo —respondió la agente con tono sereno, aunque sus ojos no dejaban de escrutarla—. Muchas gracias, si escucha o ve algo más que considere sospechoso, le agradecería que se comunicara conmigo.

Sacó del bolsillo interior de su chaqueta una tarjeta blanca y se la extendió, Camila la tomó con cuidado, en letras negras decía:
Agente Rachel Choi — División de Crímenes Especiales
Y debajo, un número de móvil.