Hija mia..

Salgo del trabajo como es costumbre, no pude ir por Freya a la escuela, compro una caja de chocolates para que me perdone, ya debe estar en casa, intento contactarla pero no lo logro, debe estar molesta.

El camino a casa es tranquilo, aunque estoy algo ansioso en la tarde tuve un dolor en el pecho, acaso debería preocuparme como siempre llego a casa y bajo del coche, entro a casa y veo a Harmony con Diana.

-Hola, ¿Como están?

-Hola mi amor -dice dándome un corto beso.

-Saben si Freya esta en su habitación- Diana comienza a reírse.

-Papá tu hija consentida no ah llegado

-¿Como?

-Si amor Freya no ah regresado de la escuela, debe estar con algún chico, vamos a cenar, esperemos que llegue. Estamos cenando pero me siento muy impaciente, ella no es así, si va con amigos, siempre me avisa.

Terminamos la cena y nos sentamos en la sala, ya es media noche y no aparece, Harmony comienza a llamar a sus amigas, no esta con nadie, llama a la policía, pero salgo a buscarla comienzo a preguntarle a la gente y nada, llego a la heladería de por la casa y el chico me dice que en la tarde compro un helado pero que se fue. Recibo la llamada de Diana la policía ya esta en la casa, al llegar veo a un oficial, esta sentado en la mesa preguntándole cosas sobre ella a mi esposa.

-Amor es el comandante Sanchez 

-Mucho gusto Comienza a preguntarme cosas, ¿Que si lo había hecho antes? claro que no ella no es así ¿tiene novio? me había contado que le gustaba un chico ¿Nombre? Julian y mas y mas preguntas, al finalizar se levanta del asiento y me dice que comenzaran a buscarla, lo despedimos, me siento en el sofá y Harmony me acompaña.

-Tranquilo debió irse con un chico

-No creo, me hubiera avisado

-Mira todo lo que haces por ella llamaste a la policía y te apuesto ah que mañana ya estará aquí llorando como magdalena para que no la regañes.

Al fondo se escucha a Diana decir que esta en problemas, Harmony la manda a dormir y ella hace lo mismo, me dan un beso y desaparecen de mi vista, tomo una botella de whisky para tranquilizarme.

Donde estás hija mía...