Lo siento...

5. MUY PRONTO PONDRÉ MIS MANOS SOBRE TI

Otro año más pasó y Lucas estaba de vuelta una vez más en casa. Recién había terminado su especialización como Infante de Marina y sus asignaciones como tal no requerían estar mar adentro todo el tiempo. Si bien debía navegar a menudo, sus funciones radicaban más en tierra.

Desde que llegó a la casa, no había tenido oportunidad de ver a Ani ni tampoco a sus hermanos. Esteban estaba terminando su carrera de Ingeniería y Santiago aún no llegaba desde su última misión. Las cosas en casa parecían estar peor. Sus padres a duras penas se hablaban, sobre todo después de la muerte del abuelo Arturo y todo apuntaba a que algo malo sucedería.

_Ester, ¿dónde está Ani?_.

_Está trabajando mi niño_ .

_¿Cómo trabajando?, ¿dónde?_ preguntó con curiosidad.

_Como sabes, ella acaba de salir de la escuela. Ya tiene 18 años mi pequeña y está juntando dinero para comenzar sus estudios en marzo próximo. Tus padres, bondadosamente le dieron la oportunidad de trabajar como mucama bajo las órdenes de Luzmila durante el día, así Ani tendrá la oportunidad de estudiar por las noches. Ahora debe estar haciendo aseo en las habitaciones, así que si quieres hablar con ella, allí la puedes encontrar. No la distraigas mucho para que no se retrase ¿ok?_ le solicitó Ester.

_Sí, Ester, no te preocupes_ lo que menos quería era ocasionarle problemas.

Lucas corrió como alma que lleva el Diablo para llegar a donde Ani. Habían pasado dos años que no la veía y su corazón latía a mil por hora, aunque no sabía muy bien por qué. Buscó en todas las habitaciones y al final la encontró en la suya. Estaba limpiando los muebles para librarlos del polvo. Lucas entró en silencio y se colocó detrás de ella mientras ésta tenía una foto de ambos en sus manos.

_¿Recuerdas cuándo fue eso?_. Ani saltó como gato cuando le arrojan agua del susto gigante que sintió al escuchar la voz de Lucas tras de sí.

_¡Dios!, ¡Me asustaste, Lucas!_. Cuando Ani se giró para enfrentar a Lucas, éste quedó embobado por ella. No podía creer lo que sus verdes ojos veían. Ani estaba hecha toda una mujer, la más hermosa que haya visto jamás. Sus ojos color miel parecían estar más brillantes que nunca y su boca….. ¡Oh, Dios! Sus labios….. eran tan pequeños pero a la vez tan carnosos que quiso volver a posar los suyos sobre ellos, aunque no comprendía bien la razón para desear aquello. Quizás la ausencia del género femenino en su vida desde que ingresó a la Marina le estaba haciendo pensar en tonterías. Llevaba un uniforme similar al de Luzmila y su cabello estaba recogido en un tomate que la hacía ver más infantil de lo que era. Sin preguntarle ni advertirle, la tomó en sus brazos y la elevó por los aires mostrando como siempre esa faceta juguetona tan típica de él. A pesar de tener ya 20 años, era como un niño al que le gustaba que lo mimaran y le prestaran atención.

Ani lo había extrañado sin dudas, pero hacía tiempo que había fijado sus límites y no los iba a traspasar. Para ella, él era su amigo, pero primero el hijo de los señores.

_Me alegra verte Lucas, ¿has estado bien?_ le preguntó sin darle más entusiasmo al encuentro de lo que realmente hubiera querido, sobretodo al verlo tan atractivo en su uniforme militar.

_No, ciertamente no lo estoy. Aún sigo muy enojado contigo por no haber estado en casa cuando vine el año pasado. No sabes las ganas que tenía de verte. Pero la “se_ño_ri_ta” prefirió irse al sur a trabajar y compartir con su amiga Susi en vez de compartir conmigo_ le recriminó enojado pero travieso.

_Lo siento, Lucas, pero ya me había comprometido con Susi y ella contaba conmigo_ se excusó Ani.

_Bueno, ya no importa. Lo importante ahora es que ya estoy acá, tú también y las siguientes semanas que esté aquí espero ponernos al día…..y ¿qué te parece que empecemos desde hoy? Te invito a las 7 a sentarnos a orillas de la piscina a tomarnos un rico chocolate caliente como cuando éramos niños. ¿Quieres?_ Lucas ansiaba que dijera que sí mientras Ani parecía estar pensándoselo mucho._ Ay, vamos, di que sí…..¿Sííííííííí?_ la miraba con los mismos ojos del gato con botas de Shrek solo que en vez de tener el sombrero de mosquetero, tenía en las manos su gorra de marino.

_Está bien_ rodó los ojos. _Nos vemos más tarde, ahora déjame terminar mis labores_ le pidió sin mirarlo a los ojos.

 

***

Después de una tarde de descanso para Lucas y una de labores para Ani, ambos se reunieron esa noche a la orilla de la piscina para el tan esperado chocolate caliente.

_¿Lograste descansar?_ le preguntó Ani.

_Sí, algo así. Verte me hizo recordar muchas cosas, en especial el fatídico reencuentro que nunca fue_ volvió a recriminarle su ausencia de hace un año.

_Ya te dije que lo siento_ se disculpó de nuevo, aunque sabía en el fondo que aquella ausencia no sirvió de nada porque seguía enamorada de él. Ciertamente, hubiese sido uno, dos o más años, lejos de aminorar sus sentimientos por él, los hizo más fuertes.

_Estaba muy dolido, ¿sabes? Esas tres semanas que estuve acá me encontré tan solo. La casa se sentía vacía sin ti. Todo era raro, incluso el ambiente en la familia era extraño y bueno…aún lo sigue siendo. Había tantas cosas que quería contarte y tú…. no estabas. Incluso quería decirte que estuve a punto de morir en…._




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