Faltaba solo un día para que Esteban y Lucas se embarcaran de nuevo. Ani quería subirle el ánimo a su amigo después de todo lo sucedido en la familia, por lo que se dirigió al centro comercial a comprarle un regalo. Escogió un hermoso prendedor de ancla, ideal para colocarlo en una gorra o en su billetera. Estaba contenta de solo pensar en cómo se pondría Lucas con su obsequio. Estaba tan ensimismada con el asunto que no reparó en que alguien la tomaba por el brazo mientras caminaba.
_Pero miren a quien tenemos aquí, ¿Qué no es la pequeña Ani?_.
_Ah, hola Tomás_ le dijo fastidiada ante su presencia.
_Ya te dije…..dime Tomy, tal como lo hace Lucas_ le dijo en un tono muy amable. Tan amable y afectuoso que no hizo más que levantar suspicacias en Ani.
_Lo siento, pero no creo que seamos tan cercanos como para tratarnos con tanta familiaridad_ le refutó sin dejar de caminar y sin siquiera mirarlo para responderle.
_Pero eso tiene solución, Ani. ¿Qué te parece si te invito a tomar un café? Así nos conocemos mejor. Hace tanto tiempo que estamos presentes uno en la vida del otro gracias a Lucas, que me parece ridículo que no seamos capaces de tener una conversación civilizada. Vamos…qué me dices. Hazlo por Lucas ¿Ok?_ sin dejar de hablarle, Tomás se colocó enfrente de ella cortando su avance para que le respondiera.
Ani pensó en la propuesta de Tomás y aunque estaba recelosa y desconfiada, decidió darle una oportunidad, solo por Lucas, como dijo él, porque sabía que estaría contento si se enteraba que por fin sus amigos se “tragaban”. Se dirigieron a una cafetería exclusiva, propiedad del padre de un amigo de Tomás y que éste administraba.
_¡Gustavo!, me alegro verte. ¿Cómo ha estado el trabajo?_ le preguntó Tomás a su amigo.
_Bien Tomy, aquí estamos, llenos como siempre. ¿Y quien es la hermosura que te acompaña?_ preguntó el amigo.
_Ah, ella es Ani, una vieja amiga. Vinimos a tomar uno de tus exquisitos cafés_ le respondió sin darle mayor importancia.
_No faltaba más. Pasen por favor, los acomodaré personalmente en el mejor sector para que tengan privacidad_ les dijo mientras le guiñaba un ojo a Ani.
_No es necesario_ dijo Ani. _En cualquier lugar estaremos bien_.
_Tonterías. Síganme_. Gustavo los acomodó perfectamente y tomó su pedido, el cual no tardó en llevarles. Tomás habló como nunca lo había hecho antes con ella. Era gentil y simpático. Realmente encantador, tanto que Ani dejó de responder con monosílabos para comenzar a tener una verdadera conversación con él. Hablaron de diversos temas y entre ellos la supuesta animadversión que Tomás sentía por ella.
_¿Tomás?…_ le dijo con un poco de duda.
_Tomy, dime Tomy, por favor_le volvió a pedir Tomás.
_Tomy….¿puedo preguntarte algo?_.
_Por supuesto_ le dijo sin dejar de mirarla y levantando una de sus cejas, divertido.
_¿Por qué me odiabas? Siempre te burlabas de mí y enviabas a tus secuaces a hacerme todo tipo de bromas pesadas, algunas de ellas me crearon un gran trauma ¿lo sabías?_ lo encaró con audacia pero sin ser hosca.
_Ani, yo….. lo siento mucho. Nunca fue mi intención hacerte de daño. Yo solo actuaba como estúpido porque en ese entonces…. estaba enamorado de ti. Desde la primera vez que te vi siendo una niña muy pequeña te convertiste en el objeto de mi cariño. Estaba desesperado por lograr tu atención, pero tú solo tenías ojos para Lucas. Nadie más que él podía acercarse a ti y eso me volvía loco y me llenaba de celos. Nunca dejaste que yo fuera tu amigo y eso hizo que fuera rudo contigo y te dijera cosas realmente crueles. Perdóname, por favor y acéptame como tu amigo, ¿sí?_ le confesó Tomás con el corazón en la mano.
Ani no sabía qué decirle. Jamás imaginó la razón que había detrás del supuesto odio de Tomás hacia ella. Incluso llegó a pensar en algún momento que él estaba enamorado de Lucas y por eso no quería verla cerca de él. Toda esa información con que Tomás la bombardeó no hizo más que abrumarla y confundirla. Quería aceptar ser su amiga, pero algo le decía que estaba pisando en arenas movedizas.
_No lo sé Tomy. No estoy segura_ le dijo con recelo.
_Vamos, Ani, piensa en Lucas, él estará feliz de que nos llevemos bien, ¿no lo crees?_ le afirmó Tomás.
_Supongo_.
_¡Excelente!, vamos, tomémonos una foto para conmemorar nuestra nueva amistad_. Tomás se sentó al lado de Ani, la tomó por uno de sus hombros, acercó su mejilla a la de ella y sacó una selfie de ambos.
_ ¡Oh, Dios!, mira la hora Tomy, ya debería estar en casa. Mañana Lucas parte a primera hora a embarcarse y quiero entregarle el obsequio que le compré_.
_Lo sé, Ani. Yo también me embarco mañana con él_ dijo Tomás con un tono de voz que Ani no supo interpretar. _Vamos, te llevo a casa en mi auto_ le dijo serio.
_No te preocupes, Tomy. Camino hasta la parada de autobús y listo_.
_A esta hora_ miró su reloj _dudo que encuentres siquiera un taxi cerca. No seas necia, no me cuesta nada llevarte a casa_ quiso desesperadamente que confiara en él aunque no lo demostró.
Ani estaba dudosa, pero al final terminó por acceder en vista de que en verdad no había cómo llegar a su casa pronto. Cuando estaban de camino, Tomy orilló su auto en un lugar aislado y oscuro. Ani de inmediato se tensó temiendo haber estado en lo correcto respecto a sus dudas con Tomás.