Lo siento...

15. “EN LA GUERRA Y EN EL AMOR TODO SE VALE”

Su cabeza no podía dejar de pensar en lo que había pasado con Lucas. Su corazón estaba hecho jirones. Lucas le había fallado. No cumplió la promesa que alguna vez siendo niños le hizo….

_”....no dejaré que nada te haga daño.

_¿Me lo prometes?_ .

_¡¡Te lo prometo!!_.

_¿Por el meñique?_.

_Por el meñique_ .”

 

_¡¡Mentiroso!!......_.

Lo único que Ani quiso en ese momento era que Lucas honrara esa promesa, pero no resultó más que una mentira, palabras al viento. Al menos Tomás siempre fue sincero con ella. Todo el tiempo fue honesto con sus sentimientos y se los expresó sin tapujos. Incluso fue abierto y franco en cuanto a sus intenciones, por muy perversas y retorcidas que fueran. Independiente de la red de mentiras en las cuales envolvió a Lucas, aún así con ella siempre habló con la verdad y debía darle crédito por ello. De hecho, todo lo que Tomás hizo o dijo no provocaron en Ani más que rabia y frustración. En cambio, cada palabra que salió de la boca de Lucas fue como una estocada en su alma. Le causó un dolor indescriptible, difícil de soportar. Y es que el amor duele, había escuchado y ahora podía dar fe de ello. Ahora, necesitaba más que nunca empezar de cero. Dejar atrás el doloroso pasado y junto con él, el recuerdo de Lucas.

Ya había tomado una decisión y no habría vuelta atrás. Se había pasado los últimos días pensando qué hacer y esa, era la única solución.  

No había visto a Lucas durante todos esos días y agradeció por eso, si no, quizás tomar esa medida le hubiera resultado más difícil. Al día siguiente Lucas partía de casa nuevamente, pero ella….también lo haría.

 

***

 

_¡Antonio! ¡Antonio!, ¡la niña!..._ gritaba Ester corriendo hacia el estacionamiento en donde sabía que estaba su marido.

_¡¡Qué pasa, mujer!!_.

_¡Anie se ha ido de la casa!_ le dijo en un mar de angustia.

_¿Cómo que se ha ido?_.

_¡Mira, dejó esta nota!_ se la entregó y en esta decía:

Queridos papás:

Me apena tener que comunicarme con ustedes mediante esta carta, pero si lo hubiera hecho cara a cara, estoy segura no me hubieran permitido partir.

Decidí marcharme por un tiempo. Necesito emprender nuevos rumbos.

Les pido por favor que no me busquen. Estaré bien. Prometo escribirles a menudo para que sepan de mí.

No se angustien. Sé que lo haré excelente porque ustedes me han criado de la mejor forma posible, rodeada de amor y cuidados, valores y principios que estoy segura me llevarán a buen puerto.

No olviden nunca cuánto los quiero y espero en un futuro volver a su lado.

Ani.”

 

Antonio sacó su teléfono para llamarla y exigirle que volviera, pero entonces vio un mensaje de Ani solo para él.

Papá, puedes estar tranquilo. Ya no existe aquello que podía comprometerte. Me he deshecho de ello. Eso no quiere decir que crea que no lo hiciste. Si no quieres que mamá se entere, no me busques. Yo me pondré en contacto con ustedes cuando estime conveniente. Borra este mensaje por tu seguridad”.

Antonio borró el mensaje y le dijo a Ester, sin tener otra alternativa, que no se preocupara, que respetaran la decisión de Ani, que confiaran en ella. Él se encargaría de comunicarle la noticia a Don Emilio apenas se diera la oportunidad y así lo hizo. Emilio parecía sorprendido y preocupado, pero no estaba en sus manos hacer nada. La chica no era su hija aunque la quisiera como tal, por ende, al igual que sus padres, respetó la decisión que ella tomó.

 

***

_¿Estás segura, Ani?_ le preguntó su amiga no muy convencida.

_Por supuesto que lo estoy. Sabes que necesito hacerlo. Necesito cerrar el capítulo llamado “Lucas” y con él, cerrar la herida que dejó en mi corazón_ trataba de mantenerse fuerte mientras una lágrima se arrancaba pesadamente de sus ojos.

_Supongo que estaremos en contacto ¿cierto?_.

_Por supuesto. Te daré mi nuevo número. El anterior lo eliminé para que mis padres o Tomás no me busquen_.

_¿Y Lucas? ¿Si el que te busca es Lucas?_ preguntó Susi.

_Ten por seguro que Lucas nunca querrá buscarme. Ahora me detesta, así que tranquila. Esa opción, no existe. Ahora debo marcharme. El ferry está por salir y no quiero quedarme abajo. No sabes cuánto te agradezco esto que estás haciendo por mí, mi querida y fiel amiga. Recuerda…….tú no sabes dónde estoy. No me falles ¿eh?_ con un fuerte abrazo y un cúmulo de sentimientos encontrados, las amigas se despidieron.

_¡Prometo ir a verte!_ le gritó Susi desde el muelle mientras Ani solo movía su mano en triste despedida.




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