Lo siento...

Epílogo

Seis meses más tarde….

 

_¿Están seguros de que no quieren esperar un poco más?_ preguntó Emilio

_No papá. Hemos esperado toda una vida para estar juntos_.

_Y tú Ani, ¿piensas igual?_ dijo esta vez Ester_.

_Sí, mamá. No quiero esperar más_.

_Bueno, si están tan seguros, no veo razón para prolongarlo por más tiempo_ le dijo Antonio. _Cuentan con mi bendición_.

_La mía también_ dijo Emilio.

_Gracias, papá. Gracias, Antonio. Prometo hacer de Ani la mujer más feliz del mundo.

 

Fue así, con la bendición de sus padres que empezaron a hacer todos los preparativos para tan magno acontecimiento.

Emilio se haría cargo del banquete junto con Antonio. Ester y Antonia se harían cargo de los adornos florales, y de los recuerdos para los invitados, hermosas suculentas elegidas minuciosamente por la novia.

Esteban estaba encargado de ayudar a Lucas con las invitaciones y Rocío, su prima, sería la encargada del vestido de novia de Ani.

El novio no quería que la novia estuviera enfocada en nada más que en su tesis. La fecha para presentar su examen de grado era la misma semana de la boda por lo que decidió que ella dejara todo en sus manos y se preocupara solo en convertirse en una excelente funcionaria de la salud.

 

Y así fue. Ani se graduó con honores y se convirtió en auxiliar de enfermería.

_¿Te apetece celebrar esta noche?_.

_¿Dónde piensas llevarme?_.

_¿Te parece a la orilla de la piscina a tomar un exquisito chocolate caliente?_.

_Nada me haría tan feliz_.

_Te espero a las 7 donde siempre….._

 

Esa noche conversaron de muchas cosas.

_¿Estás feliz, preciosa?_.

_Mucho. Como nunca antes. Mañana será el comienzo del resto de nuestras vidas y eso me llena de ilusión. ¿Y tú? ¿Eres feliz?_.

_ Soy el hombre más dichoso en la tierra y estoy agradecido de la vida por haberte puesto en mi camino, un camino que hemos recorrido juntos desde siempre. Pasamos por momento muy difíciles, no lo podemos negar, pero gracias a ellos seremos capaces de enfrentar cualquier cosa que el futuro nos ponga por delante_.

_¿No extrañas a Tomás?_.

_Por supuesto que lo extraño. Pero extraño al Tomy que era cuando recién nos hicimos amigos, ese que estaba conmigo en las buenas y en las malas, ese que estuvo dispuesto a dar su vida por mí, no en el que se convirtió después. No te voy a negar que con todo lo que nos hizo, lo odié. Pero hoy solo siento pena por él. Sé que todos piensan que debería estar en la cárcel después de haberme apuñalado, pero saber que está internado en un Hospital Psiquiátrico me da cierta tranquilidad. Sé que ahí le brindarán todo el tratamiento necesario para recuperarse. Es una lástima que teniendo un padre con el mismo diagnóstico que él, no lo hayan tratado desde pequeño. Quizás la historia con él hubiera sido absolutamente distinta. Espero que algún día se sane_.

_Yo también lo deseo, de todo corazón_ le dijo con profunda sinceridad.

_¿Y Olivia y Santiago? ¿Crees que vengan?_.

_El viaje desde Italia es largo, supongo que hicieron los arreglos necesarios. Al menos eso es lo que espero. No les perdonaré nunca si no vienen_.

_No te preocupes, estoy segura de que estarán a tiempo junto a nosotros mañana.

_Vamos a dormir. Nos espera un gran día y quiero que mi futura esposa esté radiante. Buenas noches. Que descanses.

_Tú también. Te amo_.

_Y yo a ti_.

 

***

El novio, vestido con un inmaculado uniforme, blancos guantes y un sable que se mecía cada vez que daba un paso, esperaba ansioso y con erguida compostura a que la novia llegara al lugar en donde sellarían su unión.

Luego de una paciente pero breve espera, fijó su vista en la entrada del lugar santo viendo cómo el ser más amado para él caminaba lentamente del brazo de su padre por una alfombra desbordante de pétalos para llegar hasta él. En solo unos instantes ya no serían dos, sino que fundirían sus almas hasta llegar a ser una sola carne ante Dios y los hombres.

Ahí estaba ella, ataviada del vestido más hermoso que había visto, con una sencilla corona de flores blancas como la nieve sobre su cabello, con una apariencia perfecta y pura, radiante como el sol y llena de luz. Tímidamente tomó su mano para dar comienzo a una ceremonia que estuvo cargada de belleza y emociones. Después de prometerse fidelidad y amor eterno, fueron declarados oficialmente marido y mujer, luego de lo cual salieron a paso lento a la entrada del lugar en donde gran parte de los oficiales de marina asistentes, todo amigos y camaradas de armas, les esperaban para regalarles un hermoso arco de espadas. Los novios cruzaron lentamente por él, agradeciendo con cariño a los emocionados oficiales que, sin dejar de empuñar sus espadas, atesoraban aquel memorable momento al tiempo que miles de aplausos resonaban en el ambiente.




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