Veo borroso, pero conforme mi vista se acostumbra logro distinguir el foco de luz de mi cuarto y esta aun encendido, me apoyo en mi codo y me impulso para sentarme, miro a mi alrededor sintiéndome segura en el lugar que me encuentro, tomo un par de respiraciones profundas para estabilizarme. Mi celular aún se encuentra en la cama supongo que me quede dormida con el ahí. Enciendo la pantalla para visualizar la hora.
12:35 am
Apenas han pasado dos horas desde que me quede dormida, toco mi frente y deslizo mi mano por mi cabeza quitando la toalla que cubre mi cabello, aún esta algo mojado. Me debato internamente entre apagar la luz o dejarla encendida, pero estoy segura que no pegaría el ojo en toda la noche si la luz se queda encendía. Bajo mis pies al suelo y antes de ponerme de pie enciendo la luz de bebe en forma de conejo que Leen me había regalado 2 años atrás. Me impulso para ponerme de pie y camino al apagador de luz, me giro de frente a mi cama e internamente cuento hasta 3
1,2 y ...3
Presiono el apagador y brinco a mi colchón, pego mi espalda a la pared y recorro con la mirada mi pequeño cuarto, las pesadillas eran eso, pesadillas, la gente a veces tiene malos sueños producto de una película, una mala experiencia o por pura imaginación. Creo que la mía provino de la última opción, pero definitivamente imaginación o no...tengo miedo.
...
Cepillarme mi cabello se está convirtiendo en la gran hazaña, Leen me ha regañado varias ocasiones por dormir con el cabello mojado, yo le decía que no volvería a pasar, evidentemente pasaba de nueva cuenta y hacia este mismo monologo interno cada vez. Muchas chicas de videos de belleza en youtube recomiendan que mojes un poco el cabello, uses una crema para peinar que prácticamente encuentras en todos las tiendas o supermercados y voila... el peinado perfecto. ¿Cómo lo hacían? Llevo 10 minutos tratando de desenredarlo lo más suave que puedo y parezco león. Aviento con coraje mi cepillo a la cama y salgo de mi cuarto para dirigirme al baño.
La sutileza de mis acciones esta mañana habían terminado hace 10 minutos con lo de mi cabello, Leen seguía dormida y no quería despertarla, pero entre mis bufidos y azotadera no puedo asegurar que no hubiese despertado ya.
Abro la llave del grifo, tomo agua con mis manos repetidas veces para mojar mi cabello y hacer que deje de tener aspecto descuidado.
Mientras arreglaba mi cabello me veía en el espejo del baño, tratando de no quitar la mirada de mi reflejo, desde que me paso el incidente en este mismo espejo hace unas semanas, habia creado una paranoia con los espejos. Tenia miedo de que la nada apareciera otra figura reflejada que no fuera la mía, por que definitivamente verlo en un sueño era una cosa, pero tener ese tipo de ¿visiones? Era definitivamente algo muy diferente.
Salgo del baño con paso calmado y regreso a mi cuarto, sobre la cama ya había dejado listo un suéter y una pequeña bolsa con mis cosas esenciales puesto que esta vez no tengo que cargar con mi mochila.
Toco la puerta de Leen 2 veces pausadas entre cada toque, es nuestra forma de comunicarnos que saldríamos del piso, ella lo ocupa cuando sale antes que yo para ir a clases. Claro no siempre aseguramos que lo escuchemos. Camino hacia la puerta y tomo mis llaves de encima del televisor.
Al cerrar la puerta tiro de ella 2 veces hacia mi para estar segura de que queda cerrada. Cuando inicio mi camino por el pasillo para llegar a las escaleras noto que la señora Millyneth salía también de su piso.
—Buenos días —le digo cortésmente cuando paso a su lado. La señora solo me sigue con su ya conocida mirada incomoda. Trato de no salir corriendo a ese incomodo momento, y camino lo más normal que puedo.
—Ten cuidado niña —su voz me toma de sorpresa, en varias ocasiones la había escuchado platicar y reír con la señora Filix pero jamás me ha dirigido la palabra a mí.
—¿Disculpe? —respondo mientras me quedo parada con un pie ya en el escalón
—Me escuchaste —dice calmada —, elije sabiamente —no ha terminado de hablar cuando se da la vuelta y camina hacia su puerta, pero antes de ingresar al interior me mira de nuevo —. Esta es la última vez niña —niega con su cabeza un par de veces y su mirada luce triste—, ya no más, ya no puedes —su semblante triste hace que mi corazón se estruje, la anciana baja la mirada mientras se encamina al interior de su departamento.
—Que tenga... —alzo la voz, pero la señora Millyneth entra a su casa e inmediatamente cierra su puerta—, buen dia—susurro.
Me aseguro de cruzar la entrada del edificio antes de murmurar.
—Pero que carajo.
...
—¿Qué eligieras? —pregunto Leen —, ¿de qué o qué? —llevo la salsa picante y dos vasos a la mesa, mientras mi amiga parte los pedazos de pizza.