Ese día había transcurrido entre juegos y lecciones, como siempre... a excepción de que la mirada de un niño me siguió durante todo ese tiempo.
Siempre fui una niña intuitiva así que preguntas como: "¿por qué razón me mira?" O "¿le habré hecho algo sin querer?" no pasaron por mi mente y la respuesta saltaba a la vista.
Mientras esperábamos a que los padres de mis amigas llegaran, conversábamos animadas sobre el día y sobre cómo nos había ido en la semana.
-Hey, ¿no sabes por qué Amarilis no vino hoy?
-No tengo idea... me pregunto si se habrá enfermado, porque dormirse no creo. Seguro la veremos la semana que viene.
Amarilis, mi mejor amiga. Inseparables desde que nos conocimos. De hecho me había dicho ayer que me vería hoy en el club... la llamaré apenas vuelva a casa.
En ese tiempo, todavía no poseíamos más que teléfono fijo en nuestras casas, y quien tenía internet, podía considerarse como alguien "rico".
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-Hola, ¿está Amarilis?
-Hola, sí, aquí está. ¿Idarita?
-Ja ja sí, soy yo señora. ¿cómo está?
-Bien, hijita. Espero que vos también. Esperame que ya te llamo a tu amiga.
"¡Amariliiiiiiss!"
"¿Queeeeee?"
"Teléfonooo. Te llama esa chiquita"
"¿Quién?"
"¡Tu amiga! Idarita"
-Ahí viene.
-Gracias...
-Idi, hola.
-Ami, ¿cómo estás? ¿te enfermaste? Digo, porque no fuiste hoy al club...
-Ah, sí. Estoy un poco resfriada, no sé si me escuchas... ja ja. Y... a la mañana me dolía un poco la cabeza así que mi mami me dijo que mejor falte. Además hasta ahora no he faltado, así que pensé que no había problema. ¿y vos cómo estás? ¿hubo alguna novedad?
-Bueno, espero que te recuperes rápido. Yo estoy bien. De novedad... hay un chico nuevo.
-¿Un chico nuevo?
-Sí.
-¿Y cómo es?
-Bueno, no he hablado con él, pero en cuanto a aspecto, las chicas dicen que es lindo.
-¿Y lo es? O sea, ¿vos también lo crees?
-Bueno, comparado a los otros chicos, puede que sí. Además una cara nueva siempre es más llamativa.
-¡Qué bueno! Me alegra que haya alguien nuevo. Espero que se integre bien con nosotros. -Amarilis era una niña muy dulce y positiva. Presentía que diría algo como eso.
-Sí, sería bueno. Igual según lo que vi, no pareció costarle mucho el adaptarse a los chicos.
-Bueno, era de esperarse. Nosotros siempre hacemos lo posible para integrar a alguien de afuera y hacerlo sentir cómodo.
-Sí. En gran parte gracias a lo que nos enseñan en el club. Me gusta mucho asistir también por esa razón.
-A mí también. Sabes que nunca te van a hacer a un lado o dejar que te sientas solo ahí.
-Exacto. Bueno Ami, te dejo que ya van a servir el almuerzo. ¡Adiós, te veo el Domingo!
-¡Nos vemos!