Loba Alfa

CAPITULO 35

EPÍLOGO

35

DESPEDIDA, MI ALFA.

Comienza como un susurro, mientras rechinan los pensamientos de todos. El silencio del presente, del comienzo del hoy. Las penumbras acompañan al día triste, frío y desolado. ¿Negro? El único color que nos representa en el momento.

Familiares cercanos jadeando por su pérdida están; de otro lado están las personas que no le agradaron ni un poco. Solo al ver su ataúd de cristal me entran ganas de llorar. Solo me contengo, para que no se preocupen más por mí.

__ Hoy es el adiós que algunos no podrán dar. Hoy algunos quieren que no llegue la hora de dejarlo partir; fue un gran chico, un gran guerrero, un gran licántropo __ cada palabra que decía mi abuelo más pequeño se me hacía el corazón __ fue y será un gran ejemplo de persona.

Se aleja de su tumba para dar paso a alguien más.

Mildred camina con los ojos llorosos y toma la palabra.

__ Adrián Coleman fue mi hermano mayor. Mi mejor amigo, la persona que podías contar para todo, el individuo que dio la espalda a nuestro padre por su mate, a él jamás le gustaron los cementerios del palacio; él quería que lo entierren aquí, como cualquier otro ser. Es verdad lo que dijo nuestro antiguo rey: él será el adiós que algunos no podremos dar.

Se seca las lágrimas con su dorso y se aleja del lugar.

Camino y me posiciono al frente de mi alfa; jamás me pareció que el cementerio donde están enterrados los señores Williams era inmenso, tan solo y desolado como asfixiante.

__ Antes de fallecer me dijo que fui lo mejor que le pasó. Pero lo cierto, que es al revés. Él fue lo mejor que me pasó; fue como el recuerdo que jamás dejaré ir; era muy sobreprotector, pero tierno y amable también. Cada parte de él me intrigaba. Siempre quería sorprenderme, pero lo conseguía solo con sonreir. Cuando aún era humana, pensé que era raro; sus ojos, su actitud y sobre todo se veía muy guapo. Al convertirme en su novia me sumergí en un sueño que jamás quería despertar, pero ahora me doy cuenta que hasta los sueños más lindos tienen su final. Me duele el corazón. Mi ánimo está por los suelos; él es algo que jamás podrá olvidar mi alma.

Creó una rosa negra y se la entregó, lo lindo que se puede expresar con tan solo el color. Negro, amor verdadero y luto.

__ "Eres mío por siempre" __ susurro en su rostro y me alejo.

Los alrededores solo hay árboles y más árboles; no me importa que mis ropas se desgarren, me transformo en loba y salgo corriendo; kilómetros y millas se ven como dos pasos de distancia. Pasó un buen tiempo entre el bosque. Dejó de correr para caminar.

Vuelvo a mi forma humana vestida con unos shorts cortos y una sudadera con unos deportivos, encorvo mis pies a mi abdomen y dejo que mi espalda esté arrimada al árbol.

__ Ahhh ahhh ahh __ empiezo a gritar; los pájaros de los alrededores se escuchan por sus aleteos que se retiran.

__ La mejor forma de desahogarse es rompiendo cosas, pero para mí es quedar exiliada por algunos años para volver ser yo. __ Giro mi cabeza a la izquierda y vaya a la que me encuentro sentada al lado mío.

__ Es un gusto verte de nuevo, Selene, desearía que fuera en otras circunstancias… __ No terminé de hablar porque mis ojos se pusieron llorosos y se me quebró la voz.

__ Mi niña, siento mucho tu perdida. Soy una mala diosa; no puedo hacer nada para salvar a tu querido Mate. __ Se ve muy apenada; realmente quiere ayudarme.

__ No hay problema, Selene, tampoco pudo hacerlo Hakim. __me mira con tristeza__ Hay que avanzar. Espero hacerlo completa.

Dejó de mirarla y me enfocó al frente. Se ve una linda vista. Sonrío y mi mente lo único que produce es una mirada triste e igual que mi corazón. Mi alfa se acaba de ir, pero su recuerdo sigue impregnado en mi alma.

Adiós, mi mate, mi amor.

Mi alfa.




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