CAPITULO 38

38

ADIÓS, ABUELO.

Itziar Valois

No es cualquier dolor que con un hechizo se paralice por un par de horas; nada puede contener este encantamiento más que la sangre de una diosa. La única que tenemos disponible en este momento es a Kaia, pero esta que intenta realizar un hechizo, pero no le sale.

Mi corazón se está oprimiendo; solo quiero llorar y gritar, destruir todo a mi paso, pero no puedo. Mi poder vampírico está muy débil, como si ni fuera de la raza vampírica; no tengo fuerzas para levantarme ni a Sebas como a Adán.

__ ¡Tú, escucha bien! Si a mi hermana le pasa algo, no será ella quien te mate; viejo demente.

Se escucha la fuerte voz de Kaia gritarle a alguien; supongo que es a Joel, porque la ridícula risa es su respuesta.

__ Debes de agradecerme, semidiosa; eliminaré algo que tu madre creó por equivocación.

__ ¿Eliminar qué? Mi madre los salvó, no solo a tu especie sino a todos.

Está furiosa Kaia; como sé de su vida, sé que las palabras de Joel la hicieron enojar y lo de matarlo va en serio; sus dedos salen una especie de esencia azul con rosado mezclado con el aire; no sé qué llega a decir, pero lo que haya hecho hizo que el dolor que sentía se fuera.

Adán es el primero en levantarse; me observa con asombro, no solo él sino también Sebastián; me levanto y mi circulación es normal; también no siento nada.

__ ¿Qué has hecho? __ pregunta Joel; si él no preguntaba lo haría yo.

__ ¿Qué? ¡Sorprendido! Soy hibrida, niño, mi madre es la que los creó y su sangre recorre por mis venas y mi padre es un gran hechicero; no por gusto fue aprendiz de las Moiras.

Tenía que jactarse Kaia. Se siente orgullosa de su familia; yo diría lo contrario; mi familia es un barajo completo. Los únicos que no me han dado la espalda son Kahel y Adán, Sebastián e Iker que no son mi sangre, pero han estado conmigo como si lo fueran. Mi magia está normal, pero no puedo invocar mis colmillos.

__ ¿Te ayudaré con el hechizo de congelamiento? Todos los de la raza vampírica tienen sus poderes dormidos hasta que puedan restaurar su magia, así que aprovechar este hechizo consume mucha energía.

Habla telepáticamente. Kaia, ya sé cómo se siente que invadan tu mente sin previo aviso; es una sensación que no sabes cómo describirla; por lo que dijo Kaia, ella será la fuente para que nosotros no nos desmayemos.

Asiento e invoco mis más fieles dagas; algo que me sorprendió es que no puedo invocarlas sin la magia ancestral, pero la sonrisa pícara de Kaia me aclara que es ella la que intervino en esto. Le agradezco. Me pongo en guardia antes de hablar.

__ Yo me encargo de Joel; Lucas está a tres habitaciones de esta. __ Adán asiente y se va.

__ Iré a detener a la muchedumbre, __ contesta Iker.

__ Necesitará apoyo, __ interviene Kahel y corre tras él.

A lado mío están Sebastián y Kaia; aunque Kaia no pueda ayudarnos por estar realizando el encantamiento, somos más que suficientes para esas dos ratas. Me abalanzo a Joel como Durian lo hace con Ana; chocamos la retaguardia de mi parte con las dagas y Joel por sus garras.

Será entretenida esta pelea.

Lo pateó y su protección quedó algo débil; le esquivó un gancho y lo interceptó con un golpe en el abdomen; cae de rodillas a escupir sangre; no le doy tiempo y con mi rodilla lo golpeó en la cara.

__ ¿Tendrás el valor de matarme?

__ Tengo el mismo valor que mis padres antes de morir __ lo jalo del pelo y lo arrastró, sostiene mi agarre y lo convierte en una ventaja.

Ahora soy yo la que estoy tendida en el suelo.

__ Sí, dirías el miedo que transmitían.

Eso me calentó; me enfureció a tal grado que comencé a tirar chispas de mí; mi enojo es tan fuerte que no controlo muy bien mis poderes. Aprovechó la invocación prevista y lo electrocutó. Eso no basta para que muera. A Sebas no le está yendo muy bien que digamos; Ana lo tiene entre las cuerdas, tiene magia a su favor, mientras Durian solo técnica.

No veo justo, así que me involucro. La ventaja de ser maga es que puedo utilizar hechizos que pude manipular con la magia de Kaia, y con eso restringir la magia de Ana; claro que tiene sus contras; por ejemplo, no puedo desconcentrarme sino se debilita el hechizo.

__ Ahora estamos a la par.

A Ana no le agrado que hiciera eso, pues creo que por eso Joel me golpeó en la cabeza y casi me hace tocar el suelo. Me repongo y lo golpeo en la cara; fue un golpe limpio. Esquivo su ataque, y otro más recibió de mí; hago uso de las dagas y le voy cortando la entrepierna y el brazo.

__ Corrijo mis palabras; solo tú has tenido el coraje de…

No termino de decir sus estúpidas palabras porque de nuevo mi rodilla cae en su boca; veo que escupe sangre y me observa con enojo y también me rechazó; tenemos algo en común.

Ambos nos rechazamos.

__ No, tú fuiste el cobarde de no dar la cara, __ contestó al terminar de patearlo.

Su armadura quedó trizas por lo de antes; se deshace del resto y queda con un conjunto que más de los días lo he visto usar. Me arden los ojos de su conducta tan relajada; está convencido de que no le cortaré el cuello.

Llegó donde Joel y lo levantó sin delicadeza, y cuando veo que su equilibrio mejoró, lo golpeó sin tregua. Me jala el cabello y me hace perder mi valance, y lo aprovecha para tener un uno en uno sin daga.

__ Veamos lo que puedes hacer con tus garras.

Se cree mucho, pero le demostraré que matar a mis padres fue su peor error; mis garras hacen presencia y fue el detonante para empezar nuestro duelo; me lanza un zarpazo y a lo mucho lo esquivo, pero me fue perforando el antebrazo izquierdo, mi curación es rápida y eso ayuda en estos momentos.

Lo barro y él salta para interceptarme en el aire; no hay tiempo suficiente así que retrocedo antes que me vuelva a lastimar. Sus garras las guarda y yo hago lo mismo. Decidió que nos molamos a golpes; soportó el primer golpe con mis brazos, giró un poco y lo golpeó en la sien. Cojo impulso y le doy una patada giratoria. Estoy cansada y Joel se da cuenta.