Capítulo 22

A pesar de tener muy claro que ya era hora de aliviar tensiones y no llevar mi cuerpo al punto de ebullición, seguí sin llegar al pajar: me dormí donde caí y me metí en un remolino. Probablemente incluso antes de que mi cabeza tocara una superficie plana. Nunca había pensado que una persona pudiera beber tanto... Pero, para ser sincero, no intenté pensar mucho durante la cena. ¿Por qué estropear la alegría de la gente? Y a juzgar por la generosidad de la starosta, era claramente un rango superior incluso a una fiesta en el templo. Polesie estaba de fiesta. Y yo también, junto con todos los demás... E incluso a la cabeza. Como defensor, protector e incluso querido padre. Así que la noche pasó sin sueños, sueños y aventuras.

Y por qué, aplastar tal banda de ladrones no es un estornudo en la cara. Así que tienen derecho. La radio de Khust difundirá la noticia de la valiente brigada de policía del pueblo por todo el distrito, y los que quieran hacer dinero rápido tendrán cuidado de no volver por aquí. Y los que sean más fuertes también se lo pensarán dos veces. ¿Por qué querrían los Haidamaks enfrentarse a un digno rechazo si hay un montón de aldeas y caseríos indefensos alrededor? Puede que obtengan más beneficios, pero ¿para qué los necesitan aquellos que perderían la cabeza en la batalla?

Y una ventaja más... Los habitantes de los mismos asentamientos indefensos no son más estúpidos que una vaca que da más leche a un dueño cariñoso. Rápidamente se darán cuenta de que es más fácil vencer a un padre con un grupo, y pedirán a sus fuertes amos que sean sus vecinos» (*Los vecinos trabajaban en las granjas de sus amos por el uso de la vivienda o el permiso para construir en el territorio de otra comunidad. En su mayoría, los campesinos que se habían empobrecido a causa de catástrofes naturales o robos tártaros se convertían en vecinos). Y se trata de manos expertas adicionales dispuestas a trabajar por el bien público, no por miedo ni por una paga.

No, si esto sigue así, debemos tomar Polissya en propiedad lo antes posible... ¿Por qué? Tendremos que encontrar nuestro propio rincón en alguna parte de todos modos. ¿Por qué no aquí?

- Estás perdiendo el tiempo... por culpa del rockero.

Un cubo de agua de pozo en la cabeza es un método inquisitorial, pero es eficaz. Inmediatamente, el mundo adquirió mayor nitidez y pureza de colores. Ahora el kvas...

Uf, se fue a la grava. Inhala, exhala... Inhala...

- ¿Qué es ese delicioso olor? ¿Carne asada? Justo lo que recetó el doctor. Tráela.

Mientras las mandíbulas trabajan, veamos al personaje, por así decirlo, desde dentro. Subí el nivel ayer, pero no tuve tiempo de calcular las estadísticas.

Sí... Bueno, todo es sencillo. Un punto de fuerza. Hay que reforzar la salud, con este estilo de vida. Y «piel de hierro». Habilidades de armas - todo en el sable. Por cierto, es el momento de aumentar sus habilidades con las armas. De lo contrario, pronto el desarrollo tocará techo. Bueno, algo así. Gracias a Tsepesh, la habilidad táctica del escuadrón ha mejorado a «2». Y Fedot puso un «2» en vigilancia y vigilancia en la alcancía común. No es suficiente, para ser honesto. Y en algunas habilidades, tienen cero. Tenemos que empezar a buscar compañeros. En primer lugar, el escuadrón necesita un médico y un comerciante.

Y tengo que recordar leer el tratado que Cepesh me dio en cada oportunidad. Se supone que es un punto de habilidad. ¿Por qué no ganarlo? Leer, no cortar leña.

¿Qué más? Oh, sí - una promoción. Ya veremos.

Tepesh y Fedot todavía están en proceso de ser promovidos al siguiente nivel. También los mercenarios. Sin embargo, a los cosacos les queda muy poco tiempo para pasar de reclutas a experimentados. Una o dos batallas más y merecerán un ascenso. Tendrán más vida y una pegada más poderosa. Pero estoy contento con Chetvertak y Pyatak. Han ganado casi dos niveles de experiencia. Y lo más importante, ahora puedo transferirlos de infantería a caballería. Porque hay una promoción al haiduk. Es decir, mis soldados recibirán un caballo. Sustituirán sus lanzas ordinarias por las cosacas. Y, finalmente, tendrán sables. Así que todos mis diez hombres están ahora armados con armas y a caballo. Esto es bueno... Porque la velocidad de movimiento de los jinetes es una vez y media mayor que la de una unidad mixta.

- Bien, starosta, ¿estás satisfecho con el botín de ayer?

Mikhas, que brillaba como una moneda nueva, se dio cuenta de que no le estaba pidiendo sólo una charla, e inmediatamente se puso moreno y encorvado. Parecía un transeúnte tullido, a la espera de pedir limosna. Bueno, un artista... un artista popular.

- No está exento de ganancias, por supuesto. Pero hay más harapos que bienes. Los ladrones se han empobrecido por completo... Si regateas bien, quizá los mercaderes te den ciento cincuenta. O tal vez no...

- «No seas tan tacaño, viejo... Yo tampoco nací ayer...» «Los padres casi no tenían buenas capas, es cierto. ¿Pero todos tenían zapatos? Sí, los tenían. Y casi uno de cada dos hombres blandía un arma.

- «Armas...» el starosta hizo un gesto desdeñoso, «Hoy hay más en cada campo que trigo. Dondequiera que se encuentren los ejércitos, se puede cosechar. Por supuesto, una armadura de buena calidad o una espada de acero de Damasco serán más caras que todo nuestro pueblo, y un par más, pero los bandidos no tienen esas cosas.

- «Sí... conozco la canción», sonreí. «¿Pero por qué me la cantas a mí? No soy un gobernador y no voy a exigirte un tributo. Al contrario, quería darte dinero para construir un campanario en el pueblo. Dará más solidez a la iglesia y será más fácil vigilar la zona. Pero no me malinterpretes, ¿será caro?