Loca Enamorada

CAPÍTULO I

Lunes 4 de mayo:
Mi álbum de fotos desapareció. Esto se ha vuelto una búsqueda fallida, nadie sabe nada y nadie vio nada.

Lunes 4 de junio: 
En mi ventana encontré una rosa roja con una tarjeta que decía “Feliz cumpleaños". No les avise de esto a mis padres o siquiera a mi hermana.

Lunes 4 de julio:
Hoy encontré mi álbum de fotos en la ventana de mi habitación.

Lo mas raro de todo esto es que siempre pasa algo así los lunes 4.
Quisiera saber quién está detrás de todo esto.

Mi hermana toca la puerta y entra con una sonrisa que no le cabe en la cara. Seguramente le debió de haber pasado algo para estar así.

 

—  Kate, estoy tan feliz— se sienta conmigo en la cama.


 

— ¿Qué pasa?— le pregunto intrigada— ¡Hay no! Creo saber el porqué. Adivino, Alex pidió que seas su novia.

 

— Hermana, qué comes que adivinas, obviamente acepte— suspira y empieza a dar saltos en la cama.

 

— Wow ¿en serio? Pero…— aún está muy chica para tener novio, apenas tiene 14.

 

— ¡Hey! Se lo que implica tener novio, pero creeme nada malo puede pasarme— dice con seguridad.


 

— Ok, pero quiero avisarte de una vez que si ese tal Alex te hace daño se las verá conmigo.


 

— Vale, vale, aunque eso no pasará.


 

Cuando papá y mamá llegan a casa después de pasar sus 32 en años de casados, nos reunimos en el comedor para cenar.
— ¿Papá, mamá?— dice Camila.


 

— Sí— responden ellos al unísono.
Supongo que quiere mencionar sobre su noviazgo, pero me doy cuenta en su cara que no se atreve así que le doy un empujoncito.


 

— ¿Recuerdan a Alex?
— Sí, aquel chico simpático que invito a la casa Camí— responde mamá.


 

— Acepté ser su novia— agrega rápidamente Camila.

 

— ¡Qué carajos!— papá queda sorprendido.

 

— ¡Cariño! Recuerda palabrotas así no es…

 

— Están permitidas aquí— completa papá— cómo es que aceptaste, Camila.

 

La cara que a puesto él hace que me muerda la lengua para no reírme. Su nivel de asombro es graciosa, supongo que se arrepiente de haber tenido hijas y no hijos, ahora le será difícil hablar de temas que para él le resultan incómodos al ver que sus hijas están creciendo.

 

— Papá, tengo 14 y además he leído sobre temas relacionados con el noviazgo y que es lo que no puedo hacer aún a mi edad.

 

— No se si aceptar tú decisión pero si ese chico te hace daño se las verá conmigo.

 

— Y conmigo— agrega mamá.

 

Cuando terminamos de cenar mi hermana y yo nos fuimos a nuestras habitaciones.
Cuando entro a la mía, veo mi iPhone vibrar. Alguien llama.
En la pantalla leo Número desconocido. Cuelgo rápidamente y no le doy importancia hasta que cuando me dirijo al baño vuelve a sonar, al parecer el sujeto detrás de la pantalla no se cansa de insistir.
Cogo la llamada.
— ¿Bueno?¿Bueno?— insisto molesta— ¡Qué clase de broma es está!


 

Me voy a la cama, reviso mi celular para ver la hora y son las 20hrs.
Me llega un mensaje de mi mejor amigo Hugo.
Hugo: ¿No te has dormido?
Yo: No puedo, siento que alguien me está viendo.
Hugo: Jajaja, dormirte tarde te está afectando.


 

Aunque ya le había mencionado de lo incomoda que me sentía en mi propia habitación nunca me ha creído.


 

Yo: Ya te lo había dicho mucho antes, pero bueno supongo que tienes razón.


 

Al escribirle esto pensará que le estoy dando toda la razón pero si lo hago es porque si insisto en esto los demás pensaran que estoy chiflada.


 

Hugo: Por cierto, ¿has sabido algo de Stella?


 

Desde que me confesó que le gusta Stella, mi otra amiga, no para de preguntar por ella; pero el problema aquí no es que le guste, no, sino que ella es… lesbiana.
Al principio ella no quería decirme nada sobre su orientación sexual pero quizá fue por mi don de hacer aquellos ojos adorables que nadie se puede resistir, ja,ja,ja, no nada de eso.
Aunque he intentado convencerla para que se lo diga y no lo haga sufrir más, quiere mantener la relación como hasta hoy con él.


 

Yo: Ella está bien, ¿no creen que ya deben hacer las pases? Aquella vez en el parque, la discusión que tuvieron por el diario yo creo que no era necesario estar una semana sin hablarse, ¡ya no son unos niños!


 

Hugo: Ella decidió aplicarme la ley del hielo.

 

Cuando terminamos la conversación, el ruido del viento entrar por la ventana me dió un buen susto, ya son las 21hrs y sigo aquí despierta. 

 

Parpadeo seguido por un minuto para dormirme, poco a poco empiezo a cerrar los ojos, dejo que él me atrapé.

 

Comienzo a ver su sombra, está  frente la cama, cubierto con una capucha negra, élcomienza a susurrar algo que no alcanzo a escuchar.
Todas las noches viene pero está vez está tardando en irse, quizá por su mente pasa que estoy completamente dormida; pero no, lo veo y cada vez que la luz intenta alcanzar su rostro él desaparece.


 

Los rayos del Sol entran por la ventana y hacen que despierte.
Me doy una ducha y me visto para ir al colegio. Bajo las escaleras para ir a la cocina, veo a mis padres dándose un beso y me doy la vuelta para no interrumpírlos.
— ¡Kate!— dice mamá— ¿a dónde crees que vas?
— Pues al colegio.
— Y qué, te piensas ir sin desayunar.
Por poco lo olvido y eso que a cada rato me da hambre. Pero no quiere decir que este gorda, no, aunque trate de subir de peso no puedo, es mi don.
Me terminó mi cereal con leche, pongo el traste en el lavavajillas y me despido de mis padres para ir por mi bici al garage que se encuentra a la derecha de la casa.
Mi padre podría llevarme al colegio pero dice que  “si vas en bici, es más económico y saludable".
Me subo en él y pedaleo rápido para llegar a tiempo, por suerte tengo una complexión normal para descansar hasta llegar al cole, por lo regular los autos no pasan mucho por esta vecindad así que puedo manejar con tranquilidad.
Mi móvil empieza a tocar Your Love de The Outfield, es una llamada de Stella.
— ¡Por qué carajos no me esperaste para irnos juntas!— grita.
¡Mierda! Se me olvidó.
— Ahhh…yo…
— Nada, nada, sabes que ayer en la noche me desvele y ahora tengo la cara de un mapache.
— ¿Es en serio?— rio.
— Claro que sí, mensa, ¿Ya vas llegando?
— Amm, sí ya casi. 
— Kate, creo que no iré.
— ¡Stella!— grito y una anciana se me queda viendo raro o ella me cree rara— solo ven, no puedes faltar.
Lo digo más porque no sabría con quién hablar.



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En el texto hay: juvenil, amor, amor adolescente

Editado: 21.05.2021

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