Capítulo 8
Julieta.
Miro la hora son las seis de la mañana un día sábado, que genial, pienso sacar castica. Lo bueno de este día es que es el cumpleaños de mi mejor amiga. Ada, al fin cumple 23 es toda una mujer adulta. Me siento tan feliz por ella, todo lo que alcanzo luchando y eso que no al tuvo fácil. Ella sin duda es mi ejemplo a seguir, gracias ella tome una buena dirección en mi vida.
Estudie diseño y empecé a trabajar de lo que me gusta y a olvidar todo aquello que alguna vez me dolió.
Mis pensamientos vagan hacia Fabián. Desde el divorcio no pensé en volverlo a ver.
No quería, ni podía el tenerlo cerca hacia que mi pecho se oprimiera y el corazón me doliera.
Mi papa me lo advirtió, me dijo muchas veces que un pobre fotógrafo nunca me daría lo que una princesa como yo necesito.
Sin tan solo él hubiera sabido que lo material iba y venía, sabía que en cualquier momento podría a ver hecho cambiar de casa y con los contactos de mis padres podría a verle conseguido mucho más clientes.
Pero lo que nos mato fue su maldito orgullo.
Estaba con Fabián viendo una película. Como hacemos todos los domingos ya que él no trabaja hoy.
Llevamos un mes de casado. Me hace tan feliz.
Aunque avecés peleemos .Él no me deja pagar la comida o cosas así dice que es su trabajo .Aparte de que no quiere ir a vivir al departamento que mi papa nos regaló.
No me gusta este departamento es muy pequeño, la ropa no me entra en el armario y me falta lugar para mis zapatos.
Sin decir las escaleras. Debe ser el único edificio sin escaleras.
Escucho que golpean la puerta.
Fabián pone pausa a la película , me levanto de sus piernas.
- Voy yo.-Digo dándole un beso fugaz en los labios.
Camino hasta la puerta, no queda muy lejos ya que el departamento es chico en sí, otra cosa más que no me gusta.
Abro la puerta.
Eran mis padres
Creo que quede blanca en ese momento. Mi papa me abraza con mucha fuerza
-Mi pequeña ¿Por qué no me has dicho en donde vivías?
- Papa.-Es lo único que puedo decir. Lo abrace más fuerte..
- Amor...
Me separo de mi papa. Para tomar de la mano a Fabián ellos ya se conocían.
Mi marido fue a darle la mano a mi papa.
Este lo miro con cara de pocos amigos y Fabián siempre con una sonrisa en el rostro.
-Un gusto verlo señor.- Miro a mi mama.- Y un gusto verla a usted también. –Dice Fabián dándole un beso.
Vi como mi padre, examinaba el lugar .Sabía exactamente lo que él estaba pensando.
“Muy poco, para mucho "
Miro con ojos acusadores a Fabián temí que el dijera algo ofensivo. Mi papa no es de pocas palabras.
- Hija mía, quiero que me enseñes el lugar.-Dice mi mama con tono amable.
Ella en cambio es más tierna y dulce .Nos parecemos en aspecto físico pero a manera emocional soy como mi padre.
--Dale.-Digo mientras la tomo de la mano.
Ambas nos encaminamos hasta el pequeño living. Dejando a Fabián y a mí papa ambos solos.
- Es muy pintoresco – Dice mi mama.
Observando la sala, con algunos muebles fotos y el tele. Caminamos por la cocina, no es muy fea, tiene algunos aparatos electrodomésticos que Fabián me dejo comprar.
- Se nota, que están bien –Dice mi mama abriendo la heladera.
- Si mama .Fabi se encarga de todo.
- Lo se hija, parece un chico muy trabajador .No le has dicho del departamento de que Aron tiene para ustedes.
- Si mama, le dije a Fabián. Él dice que él me tiene que mantener y es muy terco.
Suspiro frustrada. Mi mama se acerca a mí y me abraza.
- Hija sé que estas acostumbrada a muchos lujos .Culpa de tu papa, que te malcrió-dice poniendo un dedo en mi nariz.- Pero tienes que ser más paciente.
-Lo se mama.-Digo con una sonrisa-
Escuchamos un grito en la sala. Ambas salimos a ver que paso.
Papa y Fabián estaban peleando.
- Tú no tienes lo que mi hija necesita.- Dijo enojado mi papa.
- ¡Aron!-Lo regaño mi mama.
- Yo soy lo que su hija necesita .Le doy amor, que más quiere.
- No, mi hija no se merece tan poco se merece más de lo que le puede dar un pobre intento de fotógrafo.
Miro a Fabián sé que está mal y está enojado.
Me tapo la cara con las manos. Mi mama toma a mi papa del brazo y se lo lleva.
Me pide disculpas.
Miro a Fabián.
Me acerco a él y lo abrazo.
- No le hagas caso. Él no sabe lo que dice.
Lo abrazo pero él me aleja.
- Él tiene razón, no te puedo dar nada a lo que estas acostumbrada.
Lo miro negando con la cabeza.
- Amor, te amo no me importa lo que me des.
- Sé que estas mintiendo sé que soy muy poco para ti.
Lo miro atónita, sé que puede ser verdad .Pero lo amo y no lo quiero perder , prefiero renunciar a todo lo material y seguir con él.
Él se sentó en el sillón. Con las manos en su cara.
Me siento a su lado, y con mis bellas uñas rasco su nuca .Y beso sus mejillas.
- Te amo y no me importa nada que no seas vos.-Dije.
Siento que él se ríe.
- Te amo, pero no puedo darte eso que quieres.- Dice enojad, se sale de mis brazos y se va hacia la pieza dejándome sola.