Capítulo 10
Julieta.
Camino por el centro comercial buscando el regalo para mi amiga, voy a hasta la tienda Minis princesas, la cual vende mi línea de lencería. Sé que mi amiga con todo lo de la fundación, sus hijos no debe tener tiempo de mimarse a ella misma.
Elijo uno de mis modelos favoritos uno rojo de encaje con una pequeña tanga y otro color crema.
- Wow ¿Eres Julieta Villagrán?-Dice la chica de la tienda, cuando voy a pagar. Era una chica hermosa, de cabello corto negro y unos ojos grises divinos.
- Si la misma.-Digo con una sonrisa, le doy la tarjeta y ella factura.
- Sos mi ídolo .Amo tu línea de lencería y ya quiero que saques la línea de traje de trajes de baño-Dice contenta.-Te felicito sos una grosa.
-Muchas gracias hermosas, sin dudas tendrás un traje baño de mi parte.-Digo guiándole un ojo. Le doy una tarjeta mía de presentación.-Búscame en mis redes y sabré que eres tú.
Ella chilla emocionada y me mira con una sonrisa.-Eres la mejor.
Me despido de ella y salgo de lugar, próxima parada tienda una de velas aromáticas y sahumerios.
Veo una pareja besando se, él le toca el vientre abultado. Mi corazón me duele, no puedo evitar pensar en Fabián.
Dios el por qué tenía que volver a mi vida. Yo estaba bien así, sin recordar mi pasado.
Pero aunque intente olvidarlo no puedo. No puedo olvidar a mi bebe. Mi pequeño hombrecito, no llegue a saber su sexo, pero estaba más que segura de que iba ser un varón un hermoso varoncito con el pelo colorado y los ojos verdes. Estaba tan contenta cuando me entere, si tenía casi 22 años era joven y que me sentía feliz con su llegada, Ariel tendría un mejor amigo con el cual jugar y hacer miles de travesuras.
Suspiro con pesadez, entro en una santería comprar sahumerios con olor a lavanda.
Que estúpida fui en ese momento.
¿Ahora él quiere mi amistad? Si claro, a otro perro con ese hueso.
Yo no quiero ser su amiga.
"Ser amiga de tu ex marido, el cual odias” Parece una novela cliché y de las malas, no hay forma.
No es algo que quiero. Ni nada común. No puedo hacer de cuenta que las cosas no pasaron, el debería entender que ya está que si las cosas pasaron por una razón, es porque así lo quiso Dios o el universo o quien sea que maneje el mundo.
Veo una tienda de velas aromáticas y compro un par con olores afrodisiacos (de paso el regalo les sirve a los dos), busco otras con olor a vinilla y ¿Amor? ¿A que huele el amor? No tengo la más mínima idea, pero lo mismo le compro la vela.
Decido seguir paseando por el centro comercial, veo una librería “Perfecto “pensé, lo último que me faltaba para que sea el regalo perfecto. Encontré un libro llamado Asfixia de Alex Mirez, me pareció fascínate el índice asique decidí comprárselo.
Una vez con mis regalos comprados decido pasear un rato más, veo una tienda erótica ¿Por qué no? Entro y las luces neo hacían el ambiente como si fuera un pub. Miro un par trajes de gatubela, angelitos, diablito y hasta enfermera. Veo uno medieval con corsé rosa y una braga minúscula.
Estoy segura de que Alexander estará muy contento con ese traje.
¿Qué? ¿Por qué pienso en lo que le puede llegar a gustar a el?
Con el traje entre mis manos. Seguramente le gustara, bien no pierdo nada con intentarlo.
Voy hacia la caja registradora en donde un chico me cobra lo que llevo.
Empiezo a caminar por el centro , todavía queda tiempo hasta que Alexander me pase a buscar.
Veo una heladería y me cruzo .Tengo ganas de comer un rico helado.
Entro al negocio, hago una fila para esperar mi turno.
Cada vez que compro helado, me acuerdo cuando quise colarme utilizando a Ada como que se le iba a romper la fuente.
Ese día fue el mejor, ya que nos dieron helado gratis y nació mi hermoso ahijado.
Siempre estuve agradecida la vida por haber encontrado a Ada , ella toda inocente llego al colegio sola y se volvió mi mejor amiga , ella siempre tan fuerte con los obstáculos que le ponía la vida , recuerdo el día que sus papa la echaron de casa , como su abuela la cuidaba y aconsejaba .
Hasta a mí me recibió como otra nieta. Recuerdo que cuando perdí a mi bebe ambas estuvieron allí, en ese momento Ada no conocía a mi primo. No sé qué hubiera sido mi vida sin ellas sin la fuerza que me brindaron. Mi papa estaba tan furioso con Fabián que ni él ni mi mama, se acercaron a la casa durante un mes entero. Al igual que ellos yo estaba furiosa con él, pero permanecimos por un año o unos poco menos juntos, hasta que decidí irme.
- ¿Que desea señorita?
Miro al chico que me atiende.
- Un helado de dos bochas, vainilla y la otra de fresa.
El chico asiente y me cobra. Salgo con mi helado a una plaza.
Miro como una chica joven, le daba el pecho a su bebe.
Esa podría ser yo ahora, niego con la cabeza.
No me hace bien recordar.
Pero al mismo tiempo no lo puedo evitar.
Entre por segunda vez al baño a vomitar, es la segunda noche que me la paso vomitando. Es como si mi estómago no aceptara nada de lo que como y lo tirara.
Siento las manos de Fabián, en mi espalda haciendo círculos.
- ¿Estas bien amor?- Me pregunto, cuando me lavaba la boca.
- Si amor, es que no me siento muy bien
Ambos nos volvemos a la pieza, él se sienta en la cama, me sienta en sus piernas acariciando me.
- Pobre de mí princesa, le duele la pancita. – Dice mientras besa mi coronilla y pone su mano en mi panza .
Lo miro a los ojos y le doy besos.
- sí, creo que tu estofado no me sentó muy bien que digamos.-Digo riendo.
- Puede ser eso.-Dice y luego toca con cierto cariño mi panza.- ¿O puede que estés embarazada?