Capítulo 14.
Alexander.
Nunca tengo suerte en esto del amor. Pero enserio, nunca le pego a una.
Con Ada fui un verdadero imbécil .La lastime, me perdí el embarazo de mi hijo y me perdí a una gran mujer.
Ahora me gusta Julieta, está loca, sexy pelirroja que me trae loco desde el día que la conocí. Un vendaval colorado que arraso con todo y se quedó con mi corazón.
No quiera nada serio conmigo, aunque creo que solo es pura fachada y ella quiere algo conmigo. Pero Julieta es un hueso duro de roer.
La verdad en esto del amor tengo una suerte de la gran puta.
Tomo un sorbo al vaso de cerveza y finjo que hablo con el papa de Ada sobre negocios. La verdad no tengo ni la mínima idea de lo que esta hablando.
Pero estoy concentrado en Julieta que está muy pegada a ese tipo Dylan.
Me puse celoso, cuando los encontré a ambos abrazados en la pieza de Ada. La verdad me enoja estar celoso, yo no me pongo celoso por nadie mucho menos por un chico cara bobo.
¿Que también le gusta el cara de niño?
Si será un adulto, pero tiene la cara de un niño y seguramente la tiene pequeña.
En cambio yo, tengo un tamaño considerado grande.
- Alexander ¿Cómo van las finanzas?- Me pregunto el papá de Ada.
Lo vuelvo a mirar y trato de parecer calmado.
- Van bien, hemos tenido más ingresos gracias a la fundación de Ada.-Digo con alegría.-Al parecer las fundaciones son muy importantes para las compañías.
- Si, me sorprendió tanto mi hija cuando llego con esa noticia. Y verla ahora toda hecha una madre, esposa y una empresaria me alegra.- Dice orgulloso, todos estamos orgullosos de ella. Es la mujer más fuerte de todas.
- Si a todos, nos alegra que haya podido lograr todo lo que ella se propuso .Sin duda Ada es la definición de esfuerzo y perseverancia.
Ambos miramos a Ada, ella tenía brazos a Brandon mientras Carlos le daba un beso en la frente. Esa escena me dolió, vuelvo mi vista hacia Marcos.
- Si, con mi esposa siempre nos vamos a arrepentir de no haberla acogido en casa y ayudado.- Habla con amargura.
- Yo siempre me sentiré mal, por como la trate y por no haber estado cuando mi hijo nació y me perdí varias cosas por mi idiotez.-Digo poniendo mis manos en mi cabeza. Siento la mano de Marcos en mi hombro.
- Nosotros igual, sabes lo feo que es ver a los otros abuelos en la foto del bautismo de tu primer nieto.-Dijo dolido, levante m cabeza y lo miro con cara de pocos amigos.
- Y ver a otro hombre en la foto del bautismo de tu hijo, ni te imaginas. – Digo enojado, la verdad es que no me quiero enojar con Ada por no a verme dicho la verdad. Pero no puedo culparla.
Ambos suspiramos.
- Pero bueno, Alex. Lo hecho, hecho esta y ahora solo queda no repetir de nuevo tus errores.-Dice pasándome una cerveza nueva, abre la toma y me la pasa. El hace lo mismo.
- Tú lo has dicho.-Dije chocando nuestras cervezas en forma de brindis.
Ambos bebemos nuestras cervezas.
***
Miro mi reloj, son las doce pasada, creo que ya es hora de que me valla.
- Papa tengo sueño.-Se queja Ariel, abrazando me.
- ¿Quieres que te lleve a dormir?- Le pregunto acariciando su cabello negro.
- Sí. - Mi hijo me abraza el cuello, para que lo lleve a su cuerpo.
Busco a Ada con la mirada y le hago señas de que llevare al niño a dormir. Ella siente y sigue hablando con sus padres y los de Carlos.
Entro a la casa y subo las escaleras hasta, la habitación de mi querido hijo.
- ¿Papa?-Pregunta adormilado.
- ¿Qué pasa campeón?- Le digo mientras lo acuesto en su cama.
- ¿Tú no tienes novia?- Me pregunto riendo.
Yo lo miro sonriendo, es un niño con mucha imaginación y demasiadas dudas.
- No hijo, ¿Tú quieres que tenga novia?- Le pregunto, sentando me a su lado.
- Si papa, porque mi mama tiene a papa Carlos y tú estas solito. - Dice Ariel poniendo sus manitas en mi cara.
Me quedo impresionado, un niño de 5 años que comprenda eso es muy raro de encontrar. No quiero mi hijo piense que estoy solo y triste.
- Hijo, papa no está solito .Te tengo a ti.-Beso su frente.
- Mejor papa, te quiero mucho.-Dice con una sonrisa.
Lo abrazo y lo tapo con una sábana. Cierra los ojos, y se duerme.
Salgo de su habitación y cierro la puerta.
- ¿A sí que no necesitas una novia? -La voz de Julieta me sorprende.
La miro riendo, me acerco a ella fijando me que no haya nadie más en el pasillo.
- La chica que quiero como novia, no quiere nada serie conmigo. O mejor dicho si quiere algo serio solo que no se anima a decirme.-Digo con una sonrisa.
Pongo mis manos en su cintura y la acerco a mí .
- No sé a quién te refieres.-Dice moviendo sus ojos, como si buscara un lugar hacia donde escapar.
Hago que se dé vuelta, mientras apoya su espalda en mi torso con una mano corro el cabello de su cuello y dejo un pequeño beso.
- Sabes bien de lo que hablo, no te hagas la que no sabes.- Vuelvo a besarla esta vez apoyando por más tiempo mis labios.
Siento como su pulso se acelera, le está gustando.
- No diré nada, te dije no quiero nada serio Alexander.- Sigo besando su cuello, mientras con mi otra mano bajo hasta su trasero redondo y firme .Ella suelta un jadeo.
- Pues para mi tu cuerpo dice otra cosa.- Le susurro mientras muerdo su cuello, no puedo evitar oler ese aroma a vainilla tan suave y delicioso que desprende ella.
- Mi cuerpo se equivoca.- Dice con la voz suave.
- Eres terca Pelirroja - Me quejo dándola vuelta para que nos miremos frente a frente.
- Ya lo sé.- Besa mis labios.
Por un momento me olvido que estoy en la casa de mi ex novia, la mama de hijo y de que nos pueden ver en cualquier momento y me concentro en las manos tibias de Julieta.