Loca, sexy y pelirroja [2]

Capítulo 29

Holis, espero que les guste el capitulo.

 

Capítulo 29


Alexander

Es muy incómodo ir  a la comisaria acompañado de los “hombres de la familia”. Por un lado, la mirada fulminante y amenazadora del padre de Carlos, creo que si las miradas mataran estaría diez metros bajo tierra.

Y  por otro lado está mi suegro  al que le caigo bien, pero solo creo que es por mi dinero. Aunque espero que ese cambie cuando tengamos una relación más estrecha y familiar. Y por otro lado  esta Martin, a él no le caigo mal y tenemos buena relación. La verdad ese hombre me cae bien.

Estamos en un silencio absoluto, mientras él auto  se movía a lento. Parecían que las ruedas iban a dos kilómetros por hora. No entiendo como puede conducir tan lentos Carlos, me urge llegar a la comisaria y hacer la denuncia cada minuto que pasa, es peor.

- ¿Desde cuándo mi prima y vos son novios?- Pregunta  Carlos rompiendo el largo silencio.

- Bueno.- Me aclaro la  garganta.- No somos novios oficialmente, ayer se lo iba a pedir y nunca llego.- Dije eso ultimo enojado, miro hacia atrás y veo como los tres hombres me miran atentos.

- ¿Desde cuándo?- Indaga Carlos.

- ¿Desde cuándo qué?- Pregunto.

- Desde cuándo comenzó esto entre vos  y mi prima.- Dice mirándome, y luego volviendo la vista hacia el camino.

- Creo que lo nuestro comenzó hace casi tres años.- Digo mirando hacia adelante, sé que tengo cuatro pares de ojos mirándome, así que decido seguir mirando hacia adelante y evitar sus miradas.- Desde que te casaste con Ada para ser más exactos.- Los cuatro hombres me escuchaban atentos, no quieren perderse ningún detalle.-  Pero no fue hasta hace unos meses que decidimos ser algo e intentar formalizar.

- Wow Alex.- Dice Carlos en un suspiro.- No tengo nada en contra de eso. Pero de una vez te lo digo le haces algo a mi prima y te voy reventar la cabeza.-Amenaza.

Ruedo los ojos, ambos sabemos que  en una  pelea mano a mano. El sale perdiendo, todo flacucho y sin músculos.

- Sabes que nunca le haría  daño a ella.- Digo al fin.

Sé que su amenaza va con motivos y los entiendo, pero la verdad tengo mucho más miedo de lo que me puede llegar a hacer Julieta, si se entera de que les conté sobre lo nuestro a todos. Ella si es capaz de ganarme  si peleamos.

- Eso espero.- Murmuro.

- ¿Alexander no tienes idea de donde puede estar? - Pregunto Arturo cambiando de tema.

Ojala supiera en donde esta.

- No, como ya dije la llame cuando salió de trabajar y me dijo en media hora estoy allí.- Hablo  con la voz apagada, cada vez que recuerdo que ella me dijo que ya venía siento un nudo en el estómago.

Es como solo el hecho de pensar que alguien puede estar haciéndole algo, siento náuseas y ganas de romper algo.

Eh visto tantas noticias, acerca de mujeres que salen a comprar a la esquina de sus casas y son raptadas. Para ser vendidas o por locos psicópatas obsesionados con ellas. No quiero que mi pelirroja sea otro número más, yo quiero que ella vuelva a casa.

- ¡Maldición! Solo espero que no le hayan hecho nada y que la encontremos.- Maldice Arturo, lo miro se ve desesperado y con miedo. Lo entiendo perfectamente, por qué me siento igual que él.

Llegando a la comisaría, después de lo que parecieron horas. Entramos los  cuatros para hablar con un policía, y lograr hacer la denuncia.

- Queremos reportar una mujer desaparecida.- Dije de forma demandante, apoyando con rapidez la palma de mi mano en el escritorio.

El hombre que estaba tomando su café, nos miró de mala manera. No entiendo por qué si está haciendo su trabajo.

-¿Hace cuánto está “desaparecida” esa persona? –Pregunta llenando un formulario en la computadora, la forma en la que dijo desaparecida. Me dio ganas de partirle la cabeza, maldito idiota no se da cuenta la desesperación que traemos.

- Hace un día, es una chica.- Vuelvo a repetir.- Mi novia señor, y lleva un día que no aparece.- Le contesto.

El deja de escribir y me mira rodando los ojos, ¿Este imbécil acaba de rodarme los ojos?      

Estoy a dos segundos de borrarle el bigote, ridículo que tiene en su cara, de una trompada.

- Lo siento, pero solo se puede hacer la denuncia cuando hayan pasado 48 horas.-Nos avisa.

Lo miro incrédulo, este se merece que lo mate.

Carlos parece darse cuenta de lo que voy a hacer y me agarra  del brazo para que no me tire encima del policía.

- Señor es mi hija, la que está perdida y como dice acá el joven salió de trabajar y no volvió más.- Arturo hablo de tal forma, que hizo encogerse al policía.

El pequeño oficial nos mira molesto, como si el solo hecho de estar acá presentes sea desagradable. Más desagradable va a quedar su rostro, si no mueve el culo y nos ayuda a buscar a mi chica.

- Mire.- Dijo en tono enojado.- Se hace la denuncia  48 horas después por  que muchas mujeres y niñas son tan " rápidas "y se escapan con los novios. - Esta vez el oficial me miro a mi - ¿Seguro  que   sos el único en su vida?-Pregunta con sorna.

Tengo ganas de partirle la boca a este hijo de puta, como se atreve a hablar así de ella o de cualquier mujer. Con razón nunca encuentran nadie, estos idiotas. Si se ponen a hacer preguntas ridículas e innecesarias.

Carlos, su padre  y el padre de Julieta estaban dando la media vuelta para que nos fuéramos a casa. Ya que no había caso, no nos dejaban hacer la denuncia.

Miro al pequeño policía, aprovechando que Carlos ya me soltó. Me acerco masa el, agarró con fuerza su camisa y lo miro a los ojos. Muchos de sus compañeros nos miraban atentos a mis movimientos.

- Si tu no me haces la denuncia, ve y busca otro.- Lo amenazo.- Pero yo si no hago la denuncia acá no me voy .Y agradece que estoy algo calmado o te rompo la cara y me importa un carajo e ir preso por borrarte ese bigote.




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