Capítulo 32
Ariana
Mientras tiraba el chip a la basura, al igual que el celular desechable. Me sorprende tanto que sigan fabricando estas cosas. Me rio con gracia, al fin estoy en paz.
Desde hace dos días, que me siento al mujer más feliz de todas. El plan de Fabián funciono a la perfección, quien lo diría que la Hipnosis y el Alprazolam. Funcionarían tan bien juntos, aunque no dudo en sentir un poco de pena por ella. Ya que al fin y al cabo el ser humano está formado de sus recuerdos. Somos lo que recordamos y lo que no recordamos, y si alteramos esto, estaremos alterando nuestra identidad. Espero que mi amiga, no termine igual de loca que su ex esposo o esposo, eso en verdad no lo sé.
Me levanto de mi cama, camine hacia el baño para prepararme hoy tenía un hermoso día de trabajo asegurado. Sin la " miss perfección" molestando, iba a ser la más hermosa y con más talento de todas.
Estaba harta de tener que fingir sonrisitas, cuando siempre pensé que era tan hipócrita y mosca muerta. “¡Ah no soy tan linda!”, “Uy me siento fea”. Puf, hipócrita es lo único que ella es, ¿Acaso no se da cuenta de que todos la miran? ¿Qué la desean?
Hasta el idiota de Fabián, esta tan loco por ella que fue capaz de idear un plan para volver a tenerla. Por qué claro doña hermosa, tiene que tener a todos babeando por ella. Es decir ¿Meterse con el padre de su ahijado? Es decir, tota una falsa.
Me miro al espejo, mi cabello marrón se ve hermoso mucho más que ese horrible colorado.
Ruedo los ojos al pensar en ella, es decir si pobre fue secuestrada, pero se lo merece por zorra. Nadie es tan bueno y perfecto. Su trabajo lo hace de maravilla, es amada y querida por todos. Encima tiene un cuerpo divino y come grasas y harinas.
¡La odio! La detesto.
Me miro al espejo, no tengo que estresarme. Me saldrán arrugas.
Empiezo a lavarme la cara, con agua fría. Para luego maquillar me .Cuando escucho que tocan la puerta.
¿Qué raro?¿Quién será? Si no espero a nadie.
Me pongo una bata de seda, que tape mi ropa de dormir.
Llego a la puerta, abro sin mirar. Me llevo la desagradable sorpresa de ver a dos policías, una mujer, rubia mediana de estatura para nada hermosa, y un hombre gordo muy parecido al presidente de Estados Unidos.
-Hola buenos días ¿Es usted la señorita Ariana Grande? – Pregunto la mujer.
Estaba nerviosa, ¿Qué hace la policía aquí?
- Sí, soy yo ¿Puedo saber por qué me busca?- Digo lo cas calmada posible, no puedo mostrar que estoy a punto de salir corriendo.
- Queda detenida por presunta cómplice en el secuestro de la señorita Julieta Villagrán.- Habla la policía. El policía me toma por los hombros y me lleva afuera de mi departamento.
- ¿Pero qué hacen? ¿Por qué me llevan a mí?- Pregunto histérica. Fabián me las va a apagar, juro que si no salgo de esta me las va a pagar. No entiendo como me relacionaron con lo que paso con Julieta. Si fuimos muy meticuloso, las cámaras apagadas, los guardias ausentes. Todo lo planeado a la perfección.
- Tiene derecho a guardar silencio.- Continua la mujer. - Tiene derecho a una abogado si no puede pagarlo el estado le asignará uno de oficio.
¿Cómo puede ser que este acá? No entiendo.
- Conozco mis derechos, y ahora mismo los están violando. No tengo nada que ver con lo que le paso a Julieta.- Grite desesperada
- Todo lo que diga puede ser usado en su contra.
Me quede callada, preferí no hacer más comentarios, no voy a meter la pata .Por qué de esta voy a salir y si no salgo Fabián se hunde conmigo.
Se cree listo, incriminando me. Porque eso es lo único que se me ocurre que puede haber pasado.
Esto no se va a quedar así, claro que no.
Alexander
Estaba saliendo de la ducha con una toalla en mi cintura cuando mi celular suena, me acerco a la mesa de luz en donde deje el móvil.
Era Carlos.
- Hola Carlos ¿Qué ocurre?
- Alexander, la policía llamo tienen a Ariana.
- Ya mismo salgo para halla.
Corto la llamada, para empezar a secar me el cuerpo.
Me duele el pecho, tengo miedo de lo que puede a verle llegado a pasar a mi pelirroja. No quiero creer que ella también tiene algo que ver con lo que le paso, pero si es así. Mejor que diga la verdad.
Me pongo unos jeans azules y una remera blanca, busco mis llaves de la casa y del auto. Cuando me doy cuenta de que no tengo zapatillas.
Que idiota que soy, vuelvo a mi pieza y busco un par de zapatillas iguales.
Ya cambiado salgo de mi casa para la estación de policía.
***
Cuando salgo del auto me encontré con Carlos y el padre de Julieta.
-Alexander. – Me saluda Carlos.
- Carlos, Arturo.-Digo de la misma forma.
Entramos los tres a la comisaria. La oficial, la cual no recuerdo su nombre. Nos estaba esperando, al vernos, no tardo nada acercarse a nosotros.
- Tenemos a la acusada en la sala de interrogatorios, me acompañan a escuchar su declaración.-Dice ella.
- De acuerdo.- Contesto Arturo. Se veía serio y preocupado, el hombre parecía a ver envejecido unos veinte años, desde que no sabemos nada de Julieta.
Seguimos la oficial por unas salas hasta llegar a una puerta, entramos a un cuarto con una gran ventana.
En donde se veía a Ariana a su lado un hombre viejo; lo que creo que sería su abogado y al frente de ellos sentando en una silla de madera, un oficial.
- Empezaran con la declaración, ella no los puede ver.- Nos dijo, la mujer rubia.
Por unos altavoces se escuchó, lo que decían allí adentro. Mi corazón martillaba de tal forma, que pensé que se escuchaba en toda la sala.