Loca, sexy y pelirroja [2]

Capítulo 34

Capítulo 34

Alexander

Llevamos como tres horas en la policía y  todavía no nos dicen nada.
Es como si se hubieran olvidado, que tiene a tres hombres desesperados por noticias. Ninguno nos queremos ir, queremos estar atentos a todo lo que pase. Me parece absurdo que no nos digan nada, Yo sé que hacen su trabajo. Pero no tiene por qué tardar tanto, ella debe estar confesando.

Me empezó a temblar  la rodilla .Carlos me mira y suspira molesto.

- Ya no aguanto más, voy a hablar con la policía. -  Dice en un tono molesto. Se levanta de   su asiento y se dirige a la oficina  de la policía enana (la verdad no me  acuerdo de su nombre, luego lo preguntaré)

Me quede solo con el padre de Julieta. Era momento de decirle lo que pensaba, contarle que mis sospechas iban todas hacia Fabián que él conocía Ariana o eso es lo que me había contado Julieta.

- Señor...

- Dime Arturo, no hace falta tantas formalidades.

- Esta bien Aron, tengo sospechas de Fabián.- Suelto lo que  pienso, todo esto fue planeado por ese idiota de ojos verdes.

- Yo igual.-Suspiro cansado.-No le dije esto a nadie. Pero cuando Julieta y ese bastardo se separaron .Le pague una buena  cantidad para que se alejara y no volviera.- Confeso con la voz rota, lo miro por un segundo. Cualquier padre en su situación hubiera hecho lo mismo, seguro yo si lo haría.

- Como que no funciono.-Ironizo. El me miro con cara de pocos amigos.

-  Lo sé, pero eso no es todo.-El estaba mirando hacia la nada, su voz era pesada y sin ánimos.- Él me dijo que se iba a vengar por alejarlo de Julieta. Como pasaron varios años pensé que  estaba bromeando y que no era más que unas simples palabras .Pero ahora creo que no fueron palabras en vano las que me dijo. Él se vengó se llevó a mi hija y  ahora debe estar haciendo quien sabe qué.-Su tono de voz, destilaba rabia e ira.

Lo entiendo es un padre  protegiendo a su hija. Si yo estuviera en su lagar y alguien así estuviera con mi niña, no descasaría hasta alejarlo y lo que el hizo no es una exageración ¿Qué culpa tiene el?  Fabián es un maniático, le hubiera pagado o no. El tipo seguiría tras de ella, acá ninguno tiene la culpa.

- No es su culpa,  solo la querías proteger.-Intento consolarlo.

- ¿Eso crees?- Pregunto Arturo.

Lo miro con seriedad.

 - La culpa de esto, lo tiene Fabián. No usted, ni Julieta, ni mogolla. La culpa es de ese lunático, usted solo hizo lo que cualquier padre con dos dedos frente haría si amenazan a su hija.

Era un momento de esos, en donde nos daríamos un abrazo. Pero resultaría ser algo muy raro.

- Bueno, antes de que nos demos un abrazo.- Dice riendo.- Me alegra que mi hija te haya encontrado.

Antes si quiera de poder contestarle con un gracias, llego Carlos corriendo.

- Ariana confeso.-Grito eufórico.




 

Julieta

Mirando y sus hermosos hijos se fueron. Yo me quede tomando sol. Algo que obviamente necesitaba por   estaba muy pálida.
Hace demasiado calor, miro la pileta había pocas  personas. Un par de chicos jugando al vóley acuático y unos niños corriendo.


Decidí meterme el agua esta hermosa así que  me tire y comencé a nadar. El agua fresca, me relajo demasiado, me sentía en calma y paz.

Es muy relajante esto  de nadar estaba muy   relajada, hasta que choque contra algo. Miro para arriba y no era algo si no alguien.

Un chico joven de unos veinte años con el cabello castaño y unos hermosos ojos cafés.

- Lo siento no te vi.- Me disculpo, hablando en inglés.

- No hay problema, si me chocan bombones como vos soportaría miles de golpes.-Me contesta, con una sonrisa pícara.

Me rió  de su mal chiste.

- Esta bien, pero con esos chistes tan malos dudo que choques con alguien así.-Me rio de forma sarcástica, el me mira y levanta una ceja.

-    Eres Argentina, me encanta esa tonada es tan sensual.-Dice esta vez en español.

Por su tono de vox, me doy cuenta de que también es argentino. Creo que porteño.

- Opino lo mismo. - Le digo guiñando le un ojo.

- Déjame decirte que eres la más hermosa cordobesa   que mis ojos han visto.- Murmura sonriendo  mostrando sus blancos dientes.

- Déjame decirte a  ti, que eres el peor charlatán que eh visto.

Me rió de su cara antes de darme vuelta y seguir nadando.

Miro a hacia mis cosas, una nunca sabe si te pueden robar algo o no.  Ahí estaba Fabián.

Me dirijo a saludarlo, salgo de la pileta y corro donde él se encuentra.


Tenía puesto unos lentes de sol, unas bermudas coloridas y su abdomen descubierto mostrando su torso marcado.
Estiró los brazos para abrazarlo pero él me esquiva. Lo miro confusa por su acción.

- ¿Qué ocurre? – Pregunto mirándolo extrañada. Su cara era igual al emoticón enojado, todo rojo y echando humo.

- ¿Qué ocurre? Preguntas como si no estuvieras haciendo nada. - Dice enojado,  alzando la vos.

- Emm, no sé de qué hablas. Si no estoy haciendo nada. - Me cruce de brazos enojada.

El me miro de arriba a abajo enojado.
-¿Nada?-Pregunto enojado  y mirándome como si le diera asco.- Estas semidesnuda y encima vengo a buscar a mi “Esposa”, la cual me dejo una nota para decirme que se iba y lo peor de todo es que   te vengo a buscar y estas de zorra con todos .

Esa última parte el grito .Nunca antes en mi vida me había sentido tan humillada y enojada como ahora.

- ¿Eso  es lo crees? Eres un idiota si piensas eso de mí.

Agarro mis cosas y me dirijo a la  habitación, me siento como la mierda .No entiendo que le pasa pero no lo voy a dejar que me diga esas cosas. No voy a dejar que me humille.

Me doy vuelta y viene detrás mío  enojado camino más rápido, poniendo me el vestido sobre la maya mojada.




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