-Uno de los ataques aéreos más agresivos registrados hasta el momento ha dejado más de dos millones de muertos, este fue en las costas de Yucatán, hundiendo casi por completo este estado al igual que más de la mitad de sus vecinos Campeche y Quintana Roo, las labores de rescate se están llevando a cabo por parte de las rescatistas mexicanas restantes, aun no se han hallado sobrevivientes y se teme otro ataque aéreo…- sonaba en las noticias que se reproducían en las radios de todo México
-Apaga eso, estamos llegando- dijo la sargenta a Anel
Anel apagó la radio y se colocó su casco, miró hacia abajo y debajo de sus pies flotantes vio los grandes boquetes que habían dejado las bombas, así como algunas bombas que no habían detonado, esas eran las que más miedo le daban, sabía que en su zona designada habría no una, sino varias, y eso complicaría las labores de rescate, las probabilidades de sacar a alguna sobreviviente eran casi nulas
-Prepárense para saltar- dijo la piloto y Anel sujetó su arnés a la cuerda
El helicóptero paró, Anel antes de bajar analizó la zona, la universidad del estado, antes cuna de grandes científicos, hoy un boquete que estaba siendo arrasado por las olas del mar, así pues, sujetó la cuerda con fuerzas y se deslizó hasta la zona, el agua le llegó a la cintura calándole hasta el fémur, se colocó sus lentes de natación y se metió de lleno en el agua para ver si había proyectiles sin detonar, al no hallar alguno, buscó aberturas donde pudiera colocar el gato hidráulico y comenzar a abrir un túnel.
-Rho quince, aquí theta dos, me quedo sin combustible, theta tres llegara en quince, suerte- sonó en el audífono de Anel y sus compañeras
Anel tomó su reloj y puso un cronometro, solo quince minutos para sacar a todos los que pueda, vivos o muertos y luego largarse, pasó el gato de su espalda a su pecho y nadó hasta un agujero que se sostenía con dos columnas, colocó el gato e hizo palanca hasta que el agujero era capaz de sostenerse por sí mismo, entró por este y nadó entre un estrecho pasillo antes muy extenso y se asomó entre las ventanas rotas y no rotas de los salones, muchos de estos estaban completamente vacíos, sin embargo, había uno que tenía la mayor cantidad de cuerpos, en ese momento Anel sintió lastima por todas esas chicas que se habían quedado atrapadas y se apresuró a entrar, envolvió los cuerpos con una bolsa para cadáveres especial y de uno en uno los fue llevando a través del pasillo, ya fuera activaba los flotadores y mientras estos subían hasta flotar, ella regresaba a por otro, había terminado con ese salón, pero aún faltaban otros más, como se lo imaginaba, la mayoría de estos estaban vacíos, sin embargo, en uno que aún no se inundaba, estaba una chica tirada en el suelo con sangre saliendo de su cabeza, en ese momento Anel sintió felicidad e intentó con alegría abrir la puerta, esta al parecer se había atorado con el mismo marco, revisó la ventana con mucha cautela y no encontró ningún sello, esto no le preocupó y de su cinturón sacó un rollo cubierto con plástico que desenrollo y luego extendió una película transparente que se aseguró de colocar muy bien en el vidrio, sacó un martillo y golpeó fuertemente el cristal haciendo que este se rompiera en varios pedazos que gracias a la película no salieron volando, Anel retrocedió un poco y nadó con todas sus fueras envistiendo el vidrio para que este se despegara y nadó hasta la chica para colocarle una máscara de oxígeno al mismo tiempo que su reloj comenzó a sonar.
-Theta tres tardara un poco en llegar, naves rusas se aproximan, recomendamos no salir del agua, repito, hay peligro de otro bombardeo- sonó la voz de la sargento en auricular de Anel
Anel salió del aula y luego nadó con la chica en brazos por los escombros hasta salir de estos, podía ver como las naves sobrevolaban tapando la luz del sol, uno, dos, tres, dejo de contar al quinto recorrido, el agua se estaba empañando más con la sangre de la chica y el oxígeno se estaba terminando, el tiempo se estaba acabando.
-Aquí theta tres, hemos llegado a la zona, nuestras amigas de la marina se encargaron de los aviones rusos, todas suban-
Anel inhaló y exhaló un buen volumen de oxígeno y revisó que la chica aun respirara mientras nadaba a la superficie y ponía a la chica en una camilla.
-Theta tres, aquí Anel, llevo una sobreviviente, necesito transporte rápido-
-Aquí theta ocho, te llevaremos-
Uno de los helicópteros encendió una luz y Anel abrió una bengala, al poco tiempo ya se encontraba arriba del helicóptero con dos paramédicas atendiendo a la chica.
-Perdió mucha sangre, necesitara una transfusión, ¿Cuál es su tipo?- preguntó una de las paramédicas mientras la otra sacaba un suero
-No lo sé- dijo mientras subía la manga de su traje- pero soy donadora universal-
-Hace tres días donaste mucha sangre, morirás si sigues haciéndolo- dijo la misma paramédico mientras sacaba una aguja
-Al menos con mi muerte daré vida a alguien más, ponla- dijo y extendió su brazo
La paramédica colocó la aguja en el brazo de la chica y colocó otra en el de Anel, un momento después, ambas estaban conectadas compartiendo sangre.
-¿Estas bien?, te noto algo pálida- preguntó la médica mientras miraba el rostro de Anel
-Lo estoy, rápido, apenas controlaron la hemorragia- respondió Anel aferrándose a la camilla de la chica
La medica corrió junto a la camilla que empujaba Anel cuando esta desmayó cayendo a sus brazos.
-Traigan otra camilla y más sangre universal- ordenó a dos enfermeras y pronto ya tenían a Anel en otra camilla conectada a varias bolsas de sangre
-¿No sería mejor desconectarlas?- preguntó una de las enfermeras que empujaba la camilla de Anel
-Si, es una buena idea, pero los calentadores están ocupados y necesito que la sangre que llegue a la chica este caliente, cuando la estabilicemos podremos darle calor de otra manera, apresúrate-