Loco por ti

Capítulo 1: Te Fuiste (Blake)

-El golpe en su cabeza fue lo bastante fuerte como para causarle algunas hemorragias internas, el agua salada no se si ayudó o perjudicó su herida, sin embargo, esta viva, solo que, en coma, mientras tanto tú, regresa a casa y duerme, y nada de donar sangre en al menos un mes- decía la doctora a Anel

-Gracias doctora- agradeció dando un abrazo a la doctora

Anel salió del hospital y una camioneta negra se colocó frente a ella, bajaron dos mujeres a traje de pantalón formal y mostraron sus credenciales.

-Agentes de arriba, soy la agente Aranyani y mi compañera Bona Dea, hemos venido a entregarle esto-

Bona Dea sacó de su bolso una pequeña cajita que entrego a Anel, esta abrió la caja y se encontraba una estrella hecha de oro puro con su nombre grabado al centro en una letra muy bonita.

-¿Qué es esto?-

-Es usted una heroína de la nación, de todos los equipos de rescate, usted ha sido la única que ha donado más sangre de la que debería, y la que ha sacado a más sobrevivientes de las zonas bombardeadas, felicidades- respondió Bona Dea y dio una palmadita al hombro de Anel

-Cuando acabe la guerra, se hará una ceremonia en nombre de todas las heroínas de la nación, continue así- dijo Aranyani y regresó a la camioneta, detrás de ella, su compañera

Anel recordó el día que las mujeres de ciencia tomando las armas, consiguieron un golpe de estado y comenzaron a hacer muchas reformas a toda la constitución, sin preguntar ni pedir opiniones, incluso Anel era de las que pensaba que enviarían a muchas mujeres a la guerra, y aunque tenía razón, se protegió más a las mujeres Mexicanas enviando en mayor medida de importancia a las estadounidenses que se alojaban en el país, luego, al enterarse que daban el mérito “Heroína de la nación” a todas las mujeres que hicieran algo impactante, quería tener ese nombramiento, ahora que lo tenía, solo podía llorar de felicidad arrodillada frente al hospital.

 

Algunas semanas pasaron, Anel regresó al hospital ahora no en calidad de paciente, sino de visitante, quería saber si las doctoras habían averiguado algo sobre aquella chica que rescato, además que también quería presumir su medalla de heroína de la nación vistiéndola en el seno izquierdo encima de su traje militar.

-Valla, ya tomaste color nuevamente, ¿Qué haces aquí?- preguntó la doctora estrechando la mano de Anel

-Vengo a ver a la chica, ¿Saben algo de ella?-

-¿Y eso?, haz rescatado a muchas personas, ¿Por qué el interés en ella?-

-Mira- dijo poniéndose de puntitas y sacando el busto

La doctora se colocó sus lentes y miró más detenidamente la zona del seno izquierdo de Anel.

-Tus senos crecieron, deberías de hacerte un chequeo, ¿No has sentido bolitas?- dijo mientras se quitaba los lentes

-No… quiero decir, no era eso- dijo cubriendo su busto con sus brazos mientras intentaba bajar el sonrojo de su rostro- me hice un chequeo hace una semana y todo esta normal, quería que miraras mi medalla, ahora soy una heroína de la nación-

-Felicidades, tu padre estaría muy orgulloso- dijo y abrazó a Anel

-Gracias, ¿Te parece si vamos a cenar para festejar?-

-Yo invito- dijo y se separó de Anel- la chica está en la habitación dos, se llama Laura, sin familia y parece que todos sus amigos murieron, aun no despierta-

-Gracias- agradeció y luego caminó hasta la habitación dos

Anel entró a la habitación y miró en la cama a una linda chica de no más de veinte años, recostada con su pecho inflándose gracias a un respirador artificial, con el suero conectado a la vena donde antes estaba el tubo compartido con ella para darle sangre.

-Laura, espero que uses bien mi sangre- dijo y se sentó en un sofá cama- gracias a ti gane mi medalla y mi título de heroína de la nación, además, que podre ir a una cena con la doctora Fátima, así que espero que despiertes pronto para poder agradecerte como corresponde- dijo y tomó la mano de Laura

 

-Doctora… doctora- decía la enfermera y movió ligeramente a la doctora

-¿Qué ocurrió?-

-Solo le traído su recetario, ¿Qué ocurre?, parece que está enamorada-

-No, ¿De qué hablas?-

-Doctora, creo que todas las enfermeras lo sabemos-

-¿De verdad?-

-No, pero no lo negó, dígame, ¿Quién es?- preguntó recargando sus codos en el escritorio para sostener su rostro con sus manos

-No es nadie importante-

-Vamos, a leguas se nota que es esa rescatista-

-¿De verdad?-

-No, pero tampoco lo negó, ¿Ya se lo ha dicho?-

-No tengo por qué, ella es una rescatista y yo una doctora, no tenemos nada en común-

-Ciertamente no lo tienen, sin embargo, la guerra nos ha hecho ver lo efímeros que somos, ella como rescatista puede perder la vida en cualquier instante, y usted como doctora no corre menor riesgo, no en esta situación-

La doctora se quedó en silencio un tiempo y luego respondió.

-Bueno, ya trajiste mi recetario, ahora ve a ver a las pacientes, puede ocurrir cualquier cosa en cualquier momento-

-Si, como morirse, o una boda, ambas solo se diferencian en un paso- dijo y luego se alejó

La doctora recargo sus brazos en el escritorio y tomó el recetario, mientras lo revisaba, recordó el día que le receto vitaminas a Anel, luego ese recuerdo le despertó otros y se quedó perdida en sus pensamientos hasta que la misma enfermera de antes le despertó.

-Doctora, deje de pensar en la rescatista, Laura despertó-

-Esas son excelentes noticias- dijo con alegría y se puso de pie- para que quede claro, no estaba pensando en ella-

-Seguro-

La doctora caminó por los pasillos a lado de la enfermera hasta la habitación dos, la chica parecía confundida mientras miraba su cicatriz en un espejo que sostenía Anel.

-¿Que te trae hoy Anel?-

-Nada en especial, no tenía nada más que hacer, ¿Te gusta?-



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En el texto hay: lesbico, amistad, amor secreto

Editado: 12.11.2021

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