Locos Maniacos

Capitulo 1.

Capitulo 1: Mucha suerte.

Ryan Miller:

Estaba bajando del auto, había llegado al que de ahora en adelante sería mi “nuevo apartamento” mis padres me pusieron a cargo de una sede, en la ciudad, por esa razón me mude, afortunadamente estoy lo suficientemente preparado, eso creo, o mas bien eso espero.

Estuve un tiempo por fuera preparándome para este momento, tome experiencia, no demasiada, pero me serviría para esta realidad.

Dicen que mudarse es un camino de nuevas posibilidades y oportunidades, quiero creer que es así. Aunque la verdad estoy bastante nervioso por mañana, como dije me prepare, me he estado preparando por años para esto. Pero que ahora es una realidad, esta no es una clase común en la universidad, ni pasantías en el núcleo de Paolo. Esto va mucho más allá, ser jefe de una de las sedes de mi padre, debo hacerlo bien, no quiero quedar mal parado a los ojos de mi padre, me está dando mucha confianza al darme el puesto

Entre al edificio, subí al elevador, había una señora y un pequeño niño, luego entro una chica con cabello corto, el elevador se detuvo y en cuanto iba a bajar, sin querer tropecé con aquella chica.

– Oye idiota ten más cuidado – La ayudé a levantarse – ¿Sabes cuanto cuesta? – Señalo una guitarra – Si se rompe, tú tendrás que pagarla – La chica salió de ahí molesta, ni siquiera me dejo disculparme.

– Pero que mal carácter – Dije para mi mismo, sin percatarme que hay aún seguía el niño y la señora, quienes me miraron raro – ¿Cierto? –Trate de disimular, pero lo que cause fue que el pequeño preguntara “¿Usted está loco señor?” no, no estoy loco, siempre me lo preguntan.

Después de tanta cosa en el elevador, me dirijo a mi apartamento.

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Me adentré en el apartamento, ya estaba amueblado, no era tan grande, según mis padres es suficiente para mí, yo no les discutí, pues si es lo suficiente, para mí, me lance en el sofá y quite mis zapatos.

– Ah cuanta hambre – Me levante y fui a la cocina – Debe haber algo aquí – Revise el refrigerador y pues no, vació –Que esperabas Ryan acabas de mudarte – Dije para mi mismo – ¿Qué pensaran los vecinos del loco chico que se la pasa hablando solo? – Reí y tome mi celular.

Me propuse a pedir algo de comer, ¿pero adivinen quien no pago la renta de saldo? Este chico y por supuesto tampoco tenía internet en mí “nuevo apartamento”

– Puf, pues tendré que salir, que flojera –Me queje. Tome mis zapatos, pero antes de salir, revise si tenía dinero, porque eso era lo que faltaba, y por fin afortunadamente si tenía – Al menos una, ¿no? Gracias – Dije mirando al techo.

Salí del edificio, un me dirigí hacia mi auto, y ¿adivinen quien se quedó sin gasolina? Este chico

– ¿Es en serio? ¿Por qué a mí? – Me queje, como siempre la gente me miraba raro, yo termine

acostumbrándome.

Empece a caminar, a ver que encontraba para comer y por suerte encontré un lugar que quedaba a unas cuantas cuadras del edificio, me acerque y me senté en unas de las mesas, tengo mucha hambre, ya era de noche y aún no cenaba.

– Buenas noches – Se acercó una chica, yo tenía mi mirada en la carta – ¿Qué desea pedir? – Pregunto ella.

– Me da un...– Levante mi mirada – ¿Tú? – Arquee una ceja.

– Eso no está en el menú señor – La chica también levanto una ceja.

– No hablo de eso, eres la chica del elevador, ¿me recuerdas? – Sonreí – No tuve la oportunidad de disculparme. Su semblante cambió aún ceño fruncido de inmediato, ¿acaso no le caí bien?

– Tú, eres el tipo que casi rompe mi guitarra, ¿cierto? – Pregunto entrecerrando los ojos.

– Si él mis...– Reaccione – No, no, no, eso no fue así, fue solo un accidente– Sonreí con los ojos cerrados.

– Rodeo los ojos – Si claro y tú solamente eres un idiota, que no sabe lo que hace – Comento quitándome la carta.

– Exacto... No claro que no – Me queje.

– Entonces que pedirá, señor – Me ignoro completamente.

– No me hables de señor, dime Ryan está bien – Sonreí cálidamente – Y quiero una milanesa a la parmesana y una soda, oh, y también quiero que me digas tu nombre – Sonreí de medio lado.

– Lo siento, mi nombre no está en el menú señor – Acentuó la última palabra – ¿Eso sería todo? – Sí que es obstinada esta chica, ¿cuál será la razón?

La chica me dio mi comida y nunca dijo una palabra, aunque yo si dije muchas, tendré que resignarme, siempre seré ignorado por todo el mundo.

– ¿Podrías decirme tu nombre? – Pregunte a la chica sonriendo amablemente.

– Espero que tenga una linda noche – Me ignoro completamente mientras recogía los platos.

Dime, yo ¿soy el que está mal al querer conocerla?, ¿qué hice mal?, ella seguía ignorándome, tal vez no le caí bien. Claro está.

Justo cuando termine mi comida y me iba del establecimiento, la desconocida salió, tomamos dirección hacia el mismo lugar, ¿coincidencia?, no quería acercarme, tampoco le caí muy bien, así que seguí caminando por mi cuenta revisando mi teléfono, aún sigo nervioso por mañana, espero no sea demasiado complicado.

Levante la vista y la chica seguía caminando delante de mí, y ¿si piensa que la estoy siguiendo?, me cambio de acera para no incomodar y seguí mirando las redes tratando de caminar rápido para llegar al edificio.

Cuando mire de nuevo por curiosidad, la chica estaba rodeada de dos chicos que ni idea de donde salieron, lo que si sé, es que la desconocida parecía bastante incómoda con la situación. ¿Debería ayudar?, y ¿si son sus amigos y yo estoy confundiendo la situación?

El chico trata de tomarla y ella le mete un puñetazo, eso es suficiente para que me acerque rápidamente y ella parece soltar aire cuando nota mi presencia.

– ¿Qué ocurre? – Pregunto mirando despectivamente a los tipos con pinta de borrachos.

– No es tu problema – Se pone a la defensiva el tipo uno – ¿Solo hablábamos con nuestra amiga, verdad, Luis? – El tipo dos asiente medio mareado. Miro a la desconocida y ella parece tener miedo de que les haga caso y me largue.




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