Locura

Locura

No siempre odie las fiestas de Halloween, cuando era pequeña me gustaba ir a pedir dulce o trato con mis amigas, recuerdo que siempre nos acompañaba mi mamá. Después cuando era adolescente ir a pedir dulce o trato dejo de ser por los dulces y se convirtió en una fiesta donde podías divertirte con tus amigos.

Ahora con veinte años, mis amigas me convencieron de ir a la fiesta que se organizaba en un club bastante gótico-chic, o por lo menos era lo que nosotros pensábamos de las personas que siempre veíamos que entraban en él. El club quedaba cerca de nuestra casa y teníamos que pasar por ahí despues de salir de la panadería de mi familia.

-Sigo pensando que es una mala idea. -les vuelvo a repetir a Meli y Sasha –

-Vamos Sol, no vayas a salir con que ya te arrepentiste. Todo el mundo que va a ahí sale fascinado con el lugar. -Me dice Meli –

-Es solo una fiesta de disfraces, Por favor Sol. -Me dice Sasha –

-Es solo que tengo una extraña sensación de todo esto. -Les digo –

-No pasara nada, además esta super cerca de la casa si no nos gusta el ambiente nos salimos y ya. -Me dice Meli –

-Está bien. -Termino aceptando porque sé que nada de lo que les llegue a decir las va a hacer cambiar de opinión –

Todavía no entiendo cómo me pude dejar convencer para disfrazarme de caperucita roja, según mis amigas querían recrear una foto de cuando teníamos cuatro años yo estaba disfrazada de caperucita roja, Sasha de Alicia en el país de las maravillas y Meli de Merlina. Solo que este año nuestros disfraces parece que son los mismos que usamos cuando teníamos cuatro porque nos quedan super cortos, pero como dice Meli las fiestas de Halloween son el único día en el que te puedes vestir de zorra y estará permitido.

Mi papá nos dejó en la entrada del club, sé que sonara raro saber que mi padre aun nos lleva a las fiestas, pero nunca hemos tenido ningún problema con ello. Cuando nos bajamos del carro miramos que la fila era bastante larga y no sabía si lograríamos entrar algún día. Despues de quejarme en mi mente por tener que caminar para formarnos en la fila continue mis pasos detrás de mis amigas, pero alguien de la fila me metió el pie caí de rodillas frente a alguien y me sostuve de lo primero que logré agarrar cuando abrí los ojos me encontré con una cremallera bastante abultada como si me acusara de mirarla mientras mis manos agarraban la cadera del sujeto, sentí como una mano me alzaba la barbilla y logre mirar la cara de la persona que me acusaba con su junior, su rostro era más que perfecto, cejas pobladas, ojos negros penetrantes, una piel bastante pálida y unos labios rojos que incitaban al pecado.

- ¿Te quedaras ahí toda la noche? -Su voz era más que sensual y logro erizarme la piel, pero también me saco de mi aturdimiento. No podía dejar de mirar su rostro, me ayudo a pararme y reviso que estuviera bien, solo tenía un pequeño corte en mi rodilla y no sé porque, pero cuando miro mi rodilla y tomo una gota de sangre que salía de ella y la chupo de su dedo mi garganta me traiciono con un gemido, su acción hizo que mi cuerpo reaccionara de manera vergonzosa.

-Ven. -Me dijo mientras nos dirigíamos adentro del club, esta acción logro que reaccionara –

-Espera, vengo con mis amigas. -Le dije buscándolas tras de él solo para encontrarme que las muy traicioneras están platicando con dos tipos no muy lejos de nosotros –

-No te preocupes, mis amigos se encargarán de ellas. Primero te tenemos que desinfectar esa herida. -Me dice y comenzamos a avanzar. Los amigos de él junto a Sasha y Meli nos siguen de cerca, nos detenemos junto al cadenero y le dice algo que no logre escuchar, pero nos dejan pasar inmediatamente –

Este hombre se ve que está acostumbrado a que todo el mundo haga lo que él quiere porque tiene un aura que dice: “si no haces lo que quiero te mato”, sigo tomada de su mano cuando entramos al club siento que todos se nos quedan mirando y no sé si es mi locura, pero si logro captar que hemos despertado el interés de casi todos los que están aquí, seguramente es porque el tipo es bastante guapo y esta con alguien bastante común como yo.

Comenzamos a subir unas escaleras y llegamos a una especie de oficina, el desconocido me sienta en un sillón y va a buscar algo a un cajón del escritorio.

-Me has dado un pretexto para estrenar el botiquín. -Me dice mientras abre la caja que está en sus manos – Ustedes los humanos son demasiado frágiles. -Sus palabras se me hacen graciosas –

- ¿Nosotros los humanos? ¿Acaso estas muy metido en la celebración de Halloween? -Le pregunto intrigada, haciendo que suelte una sonrisa torcida que lo hace verse aún más guapo –

-Lo siento, no estoy acostumbrado a hablar con humanos por eso no fui cuidadoso con mis palabras. -Me dice y me intriga aún más –

-No te estoy entendiendo. -Le digo y veo que ya termino de curar mi herida y le ha puesto una bandita –

- ¿No sabes nada acerca de nosotros? -Me pregunta intrigado cuando lo miro a los ojos creo que estoy alucinando porque mire como si de repente por un microsegundo los volviera rojos y en un parpadeo volvieran a su color negro –

-Me estas comenzando a asustar. -Le digo nerviosa – Creo que es mejor que vuelva con mis amigas, muchas gracias por todo. -Le digo parándome del sillón tratando de salir corriendo de esa oficina –



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En el texto hay: vampiros, locura, halloween

Editado: 23.10.2022

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