Locura Indemne

Capítulo 6: Realidad

─ ¡Rin! ─Finalmente la encontramos en el jardín, tirada en el suelo y llorando bajo el árbol de hojas naranjas─ Rin, Rin ¿qué ocurre mi niña? ¿qué tienes? ─Rápidamente me arrodillé a su lado viendo que no paraba de llorar y me alarmé bastante cuando vi que su brazo derecho estaba sangrando.

Estaba por pararme y buscar al infeliz que le había hecho daño cuando sus palabras me detuvieron, parándome el corazón.

─ ¡Duele mucho Lía! ¡duele mucho! ¡perdón! ¡perdón! ─sollozaba Rin y tanto Talos como yo no sabíamos que hacer para que se calmará.

─Rin ¿qué ocurrió, por qué pides perdón? ─preguntó Talos tratando de acercase para revisarla.

─ ¡Yo-yo traté de subirme al árbol! ─respondió sin dejar de llorar.

─ ¡¿Y por qué coño quisiste subir al árbol?! ¡¿qué rayos se te pasó por la mente?! ¡¿amaneciste creyéndote mono o qué?! ─No podía evitar estar molesta con ella, ¿qué hubiera pasado si en vez del brazo fuera la cabeza?

─Atelia, cálmate ─Me dijo serio Talos─ En estos momentos no nos podemos dejar llevar por la desesperación, ahora lo importante es curar a Rin, hay que llevarla adentro ─explico levantándose con esta en sus brazos.

─ ¡Perdón, perdón! ¡yo solo quería cumplir la promesa de Lúa! ─chilló Rin.

Rina, quiero que en cuanto sea seguro y veas un árbol, te trepes hasta lo alto y veas un amanecer.

Eso fue un puñal directo a mi pecho y lágrimas casi salen de mis ojos al escuchar a Rin. Talos la subió hasta nuestra habitación y apenas la dejó en la cama yo me acerqué y la abracé por detrás, mientras el hombre salía rápidamente en busca de los materiales necesarios para atender la herida de Rin.

─Rin, lo siento mucho, lamento el haberte gritado, pero… me asusté, ¿qué hubiera hecho yo, si algo peor te hubiera ocurrido? ─pronuncié suavemente, sentada en la cama abrazando a mi hermana quién, seguía llorando─ No debiste haber subido a ese árbol tú sola, si me hubieras dicho yo te hubiera ayudado, capaz y hasta el medicucho se hubiera coleado ahí ─dije notando como Rina reía levemente.

─Lu…Lúa ─sollozo entrecortadamente.

─Yo también la extraño y créeme, de no ser quién es, la buscaría para matarla, pues solo a ella se le ocurre decirte que te trepes a un árbol como si es que fueras Tarzán ─dije logrando que ambas riéramos levemente.

─Pronto… veremos más de mil amaneceres… pero si te vuelves a subir un árbol tú sola, yo voy y te tumbo para que sigas con tu inventadera ¿me oíste? ─hablé seriamente viendo como Rin se tensaba, pero no supe definir si fue por lo que dije o porque Talos había regresado.

─Bien ahora, veamos ese brazo ¿qué te parece? ─Le pregunto Talos a Rina poniéndose unos guantes. Mi hermana negó efusivamente con lágrimas cayendo de sus ojos. Agarré su cabeza y la puse contra mi pecho, dándole carta blanca al doctor para que trabajará, pero apenas le tocó el brazo, Rin soltó un aullido de dolor y comenzó a llorar más fuerte que antes.

─Creo que… puede que lo tenga roto ─Yo lo miré pálida todavía abrazando a Rin─ Pero hasta que no lo pueda revisar bien no puedo estar seguro, ahhh ─El hombre busco algo en su maletín y cuando se giró tenía un frasco y una jeringa la cual lleno de un líquido, que al leer desde mi lugar la descripción del frasco me di cuenta, era morfina…

─Bien Rin, tranquila que esto será un simple piquete y después no sentirás más dolor ─dije sujetando levemente la muñeca de la mencionada.

─ ¡SEDANTES, NO! ─Casi se me cae la jeringa al escuchar el grito proferido por ambas hermanas que me miraban de manera hostil, ¿qué clase de personas eran estás que preferían aguantar el dolor a un calmante? Entendería si dijeran ‘agujas’, pero ¿sedantes? ─ ¿Entonces ustedes que proponen? Porque no voy a dejar que Rin siga llorando y aguantando el terrible dolor que es tener un brazo roto ─La mencionada estalló en llanto nuevamente al escuchar las palabras que dije frustrado y estresado, pues la niña me había llegado a importar y me molestaba el no poder ayudarla…

Tamborileé sobre mi pierna con los dedos de mi mano libre, pensando en una solución que no tuviera que ver con drogas, no importaba que no causaran daño, era lo peor que nos podían hacer a nosotras dos. Miré por unos momentos a Rina pensando en qué podría hacer que se calmará y se distrajera, para que Talos la pudiera revisar…




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