Locura Indemne

Capítulo 12: El infierno de los siete años

Todo era oscuridad, apenas y podía ver su mano la cual movía lentamente frente a sus ojos. Había pasado algo más de un mes desde que la habían internado, pero todo era muy… diferente.

Ese lugar en donde estaba recostada era más frío de lo que había sido el primer día. Las enfermeras también eran diferentes, la estaban tratando peor. Además de que ya casi no le daban drogas, pero a cambio…

Apreté mi mano fuertemente llevándola a mi pecho donde la abracé como tratando de protegerme…

—Levántate que no tenemos todo el día —súbitamente el cuarto se llenó de luz provocando que mis ojos se resintieran de una manera casi feroz, mientras escuchaba esa voz distorsionada. Me vi levantada por el brazo, pero mis piernas me fallaron y caí irremediablemente al suelo.

La sensación de aturdimiento desapareció paulatinamente mientras me arrastraban por un pasillo gris con muchas puertas. ¿Tan débil estaba que no me había dado cuenta del momento en que dejé de estar en el piso?

Me vi atada a una silla demasiado incómoda mientras figuras borrosas iban de aquí para allá y cuando por fin pude distinguir algo, había una mujer con una bata de laboratorio frente a mí, pero inmediatamente me asusté al ver su cara desfigurada por una sonrisa escalofriante que forzaba su rostro lleno de cicatrices y recortes.

—Huy pero que niña tan linda tenemos aquí ¿cómo te llamas? —preguntó viéndome con unos ojos gigantescos que brillaban amenazadores. Revisó una pequeña tabla con unos papeles y su expresión pareció iluminarse repentinamente—. Pues parece que tenemos a alguien importante aquí. Tú nombre fue borrado, alguien no debe querer que se enteren de tu estadía —Se giró velozmente como si fuera un tornado y antes de darme cuenta tenía a la doctora muy cerca de mi cara con una jeringa justo debajo de mi ojo y su brazo apoyado arriba de mi cabeza—. Mucho mejor para mí —Se rio felizmente— pues eso significa que tengo carta blanca para jugar contigo lin-da.

Comencé a sudar mientras mi cuerpo se estremecía de miedo, viendo como la loca daba pequeños golpes bajo mi ojo con la aguja como si temiera romperme antes de tiempo.

—O al menos eso me gustaría decir, pero parece que eres una paciente luz naranja —Para mi suerte la mujer se alejó con un puchero en su boca mientras dejaba a un lado la jeringa y en cambió se giraba a ver a un hombre que estaba al límite de su peso, es decir, terroríficamente flaco por no decir esquelético—. En otras palabras, tengo que hacer hasta lo imposible para que reacciones y olvides tu trauma.

» ¿Con qué te gustaría comenzar Roi? —Le cuestionó la mujer al hombre quién pasó a tener también una sonrisa espeluznante y como si se pudieran leer la mente la mujer chilló emocionada mientras comenzaba a dar indicaciones a las demás personas del cuarto.

Yo me retorcí tratando de soltarme de los amarres inútilmente. ¿Dónde estaban Axel y su mamá? ¿Por qué no la venían a ayudar?

— ¡Ah! —grité al sentir como un balde de agua helada me caía encima y de manera impresionantemente dolorosa el frío calaba hasta mis huesos.

— ¿Por qué te metieron aquí? —preguntó cínicamente la mujer mientras me miraba analíticamente con una mirada casi tan fría como el agua que escurría de mis ropas.

—Fue un error —pronuncié temblando violentamente. ¿Qué era lo que tenía esa agua para ponerla así? —. Yo misma vi como mi padre mató a un hombre y de paso planeaba como dañar a mucha gente con una dro- ¡AHHH! —Fui abruptamente interrumpida por una descarga eléctrica que sacudió todo mi cuerpo.

—Tsk, tsk, tsk. Es más grave de lo que parece —dijo lastimosamente la mujer mientras levantaba mi barbilla. Yo trataba de recuperar el control de mi cuerpo luego de semejante ataque—. El cerebro humano es un maravilloso misterio que, ante situaciones de peligro o miedo se bloquea completamente. Y muchos estudios realizados por nosotros han develado que la electricidad es una magnifica ayuda para desbloquearlo —La “doctora” se giró hasta estar a un lado de mi cuerpo y escuché como manipulaba algunos objetos que yo no alcancé a ver desde mi posición.

» Y la cosa mejora cuando se aplica directamente una combinación de agua con nitrógeno líquido y unas gotas de sulfúrico. Aunque claro, este último es para evitar el congelamiento del cuerpo, pero no por eso —La mujer se agachó hasta estar a mi altura y conecto unos cables a mis uñas— evita que la electricidad recorra todo tu organismo, paralizando por SEGUNDOS tu corazón y luego reactive violentamente todo tu sistema —Le dio un beso a una clase de tobillera que luego me puso y con una sonrisa maquiavélica me miro a los ojos—. Mi nombre es Maru, ojalá que eso no se te olvide.




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