— ¿Ocurrió algo malo? —interrogó Talos a su padre para después contestarse a sí mismo “aparte de que Lía fuera secuestrada”
— ¿Qué sabes sobre esto? —preguntó Dionisio serio lanzando sobre el escritorio el periódico que había estado leyendo esta mañana.
Intrigado y confundido, Talos lo recogió quedándose impactado al ver de qué se trataba.
Un artículo resaltaba sobre los demás, pero más que eso era una orden de captura… hacia Rina y Atelia.
El doctor frunció el ceño y se dispuso a averiguar de qué se trataba, pero entre más leía, más sentía como la ira crecía en su interior.
—Maldición —pronunció Talos arrugando el periódico y botándolo a la basura. Recordó que no estaba solo y dirigió su vista hacia su padre—. Sandeces, eso es lo que es.
— ¿Entonces el hecho de que Atelia y Rin hayan escapado de un manicomio no te llama la atención ni un poco? —cuestionó Dionisio sentándose en un sillón y viendo impasible a su hijo.
—No conoces por lo que tuvieron que pasar —rebatió Talos serio—. Pero te puedo asegurar que lo último que son es de alto riesgo mental.
—Mmm… ¿y qué puedes decir en cuanto al incidente con Minerva?
Talos se quedó por un momento sin palabras, pues en ningún momento había recordado esa situación, ya hasta se le había olvidado y por lo mismo nunca le preguntó a Atelia que era lo que había pasado…
—Eso debe tener una explicación, pero ellas no…
—Talos —interrumpió Dionisio— yo conozco a nuestras chicas y a pesar de lo que pueda aparecer ahí, como tú dijiste todo tiene una explicación. Yo lo que quiero es saber cuál es.
Segunda vez que Talos se queda sin habla, cosa demasiado extraña. Sin embargo, igualmente provocaba que el señor Dionisio se riera internamente a pesar de la situación.
Al entender que su padre seguiría siendo su aliado a pesar de las circunstancias, Talos se dispuso a narrar, resumidamente, lo que le había pasado a Atelia y a su hermana.
Cuando el pelo castaño terminó de hablar, Dionisio seguía con una máscara imperturbable en su cara, pero quien lo conociera sabría que solo estaba conteniendo una ira descomunal.
—… Esto solo es otro grano de arena que alienta mis planes —dijo el mayor de los dos luego de unos momentos—. Lo cierto hijo es que yo ya sé a qué nos enfrentamos, o mejor dicho a quién.
— ¿En serio? —interrogó ansioso Talos.
—Sí, pero te tengo que advertir, que esto ya no es ningún juego. Si es que alguna vez lo fue —dijo mientras se paraba y comenzaba a caminar por el despacho—. Fíjate en quién está respaldando la captura de las chicas —pidió y ni corto ni perezoso Talos lo hizo y su ceño se frunció profundamente. El chico levantó su mirada para ver a su padre que se estaba sirviendo un vaso de whisky que rápidamente se empinó.
— ¿La corporación Dark knight?
—Precisamente.
— ¿Por qué rayos ellos estarían interesados en este asunto?
—Eso es lo que no sé —confesó su padre con una mirada calculadora en sus ojos— pero te puedo asegurar que, si ellos de verdad están involucrados de una u otra forma, es posible que esto llegue a un punto de alto riesgo —explicó con severidad.
» …Existen registros de ciertas transacciones extrañas entre esa empresa y mafias mundiales. Fondos falsos, cuentas alternas, proyectos extraños, pero el que más tuvo importancia fue uno conocido como “Alternativa de la realidad”.
» Supongo que recordarás a tu padrino Michello, pues, él estuvo al frente del caso liderado por la INTERPOL, supongo que entenderás ahora que esto no es de ligas menores —pronunció Dionisio al saber que su hijo estaba muy atento a sus palabras—. Se dice que el proyecto era acerca de un arma que se usaría a escala mundial y que dominaría el mercado negro de todos los países, pero, así como comenzó terminó y nadie supo exactamente cómo sucedió. Sin embargo, lo que sí salió a la luz fue la participación de ejércitos latinoamericanos y quién era el sujeto a cargo de todo…
» Hijo —Dionisio se acercó a Talos y lo sujetó por los hombros—. Tratando de detener lo que sea que tramaban esos tipos fue que Michello murió, pero tomó la precaución de mandarme esa información a mí, junto con una carta donde especificaba que tenía que estar atento a los movimientos de Dark Knight, pero en especial de su presidente: Marcos Verdugo Quintero.
—Ese hombre siempre me ha dado mala espina —pronunció Talos sintiendo como un escalofrío lo recorría.
—Y supongo que ahora más.
» Talos, pase lo que pase hay que encontrar a Atelia y sacarla de ahí junto a los demás que estén retenidos en el lugar del que hablas, pues no dudo que si ella está bajo el ojo de Verdugo… puede que esta vez no pueda regresar en pie —finalizó Dionisio viendo como su hijo se quedaba algo impactado por sus palabras.