Los 3 dígitos

Capítulo 6

El zumbido del drenaje desapareció lentamente, dejando tras de sí un silencio antinatural.
Solo se escuchaba el eco de su respiración y el golpeteo irregular de las gotas cayendo desde el techo.

Clara se dejó caer contra la pared, con la ropa empapada y las manos temblorosas.
Su palma herida ardía.
Sangre seca, agua sucia y miedo.
Un cóctel imposible de separar.

El teléfono vibró.
Un nuevo mensaje.

> “Uno salvado.
Uno perdido.
Pero el juego aún no termina.”

Ella levantó la cabeza.
—¿Qué hiciste con él? —susurró.

No hubo respuesta.
Solo un clic metálico.
En la pared de enfrente, una pequeña rejilla se abrió, revelando una cámara diminuta.

Y entonces lo vio.
A través de la pantalla, la imagen del hombre del otro cuarto.
Su rostro estaba pálido, con una marca roja alrededor del cuello.
El temporizador de su habitación marcaba 00:00.

—No... —Clara tapó su boca, negando con la cabeza.

El cuerpo colgaba inmóvil.
El aire pareció espesarse.

La voz volvió, calmada, con una precisión quirúrgica:
—Has tomado tu decisión, Clara.
Has salvado a Elena.
Pero tu elección tuvo un precio.

Ella gritó:
—¡No era eso lo que quería! ¡Yo no sabía!

—Ignorancia… —repitió la voz—. Ese fue tu primer error en la vida, ¿no?
Ignoraste. Callaste.
Y alguien murió.

El teléfono vibró de nuevo, interrumpiéndola.
Esta vez no fue un mensaje.
Fue una llamada.

Temblando, contestó.
Al otro lado, una respiración entrecortada.
Y una voz familiar, débil, apenas audible.

—Clara...

Su corazón se detuvo.
—¿Elena?

—¿Qué... qué hiciste...? —susurró la voz, entre sollozos.

Clara se llevó una mano al pecho, buscando aire.
—Te salvé, Elena. ¡Te salvé!

Un silencio pesado.
Luego, una risa amarga.
—¿Salvarme? No entiendes, ¿verdad?
Aquí nadie está a salvo.

La llamada se cortó.

Clara se quedó paralizada, mirando el teléfono como si fuera un arma.
El número en la pantalla cambió lentamente.
662 → 661.

Y entonces, una compuerta se abrió frente a ella.
Un pasillo oscuro, iluminado apenas por luces rojas intermitentes.
En la pared, una frase escrita con sangre:

> “A veces, el verdugo también fue víctima.”

Clara dio un paso al frente.
Y el juego continuó.



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En el texto hay: terror, miedo y suspenso

Editado: 07.10.2025

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