Los 3 dígitos

Capítulo 7

El pasillo parecía interminable.
Las luces rojas titilaban con un ritmo irregular, como si el lugar tuviera su propio pulso.
Cada paso que daba resonaba hueco, metálico, y el eco de sus propios movimientos la hacía sentir acompañada… por algo que no veía.

El aire olía a humedad y óxido.
Y también a algo más.
A pasado.

Mientras avanzaba, los recuerdos comenzaron a filtrarse en su mente, sin permiso.
Elena.
Su voz aquella noche.
Su llanto al otro lado del teléfono.

—Clara, por favor… no puedo más… —recordó las palabras con claridad, como si acabaran de pronunciarse.

Ella había estado en su departamento, frente al televisor, con el móvil vibrando una y otra vez.
Ignoró la llamada.
Pensó que Elena solo exageraba.
Pensó que no era su problema.

Horas después, la noticia:
Elena intentó quitarse la vida.

Clara cerró los ojos, deteniéndose.
Su respiración se volvió temblorosa.

—Yo… lo intenté… —susurró, como si hablara con el aire—. Quise ayudarla después…

Una risa distorsionada sonó por los altavoces.
La voz mecánica, burlona:
—Pero no lo hiciste cuando ella lo necesitaba.
El arrepentimiento tardío no limpia la sangre del suelo.

Clara apretó los puños.
—¿Por qué me haces esto?

—Porque tú ya te lo hiciste.
Yo solo te muestro el espejo.

El teléfono vibró de nuevo.
En la pantalla apareció una frase:

> “Las huellas no se borran.
Solo cambian de dirección.”

Frente a ella, la luz parpadeó y un nuevo corredor se iluminó.
En el suelo, huellas húmedas.
Pequeñas, descalzas, avanzando hacia una puerta al final del pasillo.

Clara siguió el rastro, temblando.
Las huellas no eran de un adulto.
Eran de un niño.

Cuando llegó a la puerta, encontró un espejo colgado del marco.
En el reflejo, detrás de ella, una silueta pequeña se movió.

Clara giró de golpe.
Nada.

Volvió a mirar el espejo.
Y esta vez, el reflejo del niño la observaba directamente, con los ojos vacíos.
En su mano sostenía un papel con los números 661 dibujados con crayón.

El vidrio se agrietó de repente, y la voz habló una vez más:

—Sigue el camino de tus huellas, Clara.
El siguiente error está más cerca de lo que crees.

El espejo se hizo añicos.
El teléfono marcó un nuevo mensaje:

> “Fase dos: El segundo dígito.
Tiempo restante: tres horas.”

Clara respiró hondo, y avanzó hacia la oscuridad.



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En el texto hay: terror, miedo y suspenso

Editado: 07.10.2025

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