Los 3 dígitos

Capítulo 17

El pitido final del temporizador se desvaneció en un silencio opresivo.
Las luces se atenuaron, y el eco del mecanismo al abrirse las cápsulas llenó la sala.

Clara apenas podía respirar.
La elección estaba hecha.
Dos cuerpos habían caído al suelo, exhaustos pero vivos.
El tercero… simplemente dejó de existir.
Ni grito, ni sombra.
Solo un vacío.

El teléfono en su mano mostró un mensaje:

> “Primer error: Creer que el juego tenía reglas.
Segundo error: Pensar que los demás eran tus enemigos.
Tercer error: Elegir antes de entender.”

El texto parpadeó tres veces antes de desaparecer.
Y entonces, una voz que no era la del sistema habló detrás de ella.

—Te advertí que no eligieras tan pronto.

Clara se giró bruscamente.
Frente a ella, una mujer con un abrigo oscuro la observaba desde la penumbra.
Su rostro le resultaba vagamente familiar.
Demasiado familiar.

—Tú —susurró—. Eres la del teléfono.

La mujer asintió, con una media sonrisa.
—La única que sigue cuerda.
Aunque no por mucho.

—¿Qué es esto? ¿Quién los controla?

La desconocida se acercó, apoyando una mano en una de las cápsulas vacías.
—Tú, Clara.
O al menos, la versión de ti que firmó el contrato.

Clara sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
—¿Contrato?

—Cuando entraste al juego, aceptaste una cláusula: cada decisión crea una nueva Clara… y destruye otra.
Lo que tú crees “ganar” es solo el precio que paga otra versión de ti.

La voz del sistema interrumpió, ahora más áspera, casi molesta:
—No debía saberlo aún.

Las luces temblaron.
La mujer dio un paso atrás.
El teléfono vibró violentamente.

> “Advertencia: Jugadora 001 ha accedido a información prohibida.
Reinicio del entorno en 60 segundos.”

—¡No! —gritó Clara—. ¡Dime qué significa el tercer error!

La otra mujer la miró fijamente, sus ojos idénticos a los suyos.
—Significa que el juego no cambia.
Solo reinicia.
Y tú… acabas de empezar de nuevo.

El suelo volvió a hundirse bajo sus pies.
El metal se derritió, las paredes se deformaron, y un sonido gutural llenó la sala, como si el propio juego riera.

Cuando Clara volvió a abrir los ojos, estaba otra vez en el cuarto oscuro.
El teléfono frente a ella.
Las luces girando.
La misma voz, repitiendo su frase inicial:

> “Bienvenida, Clara.
Para salir… debes sobrevivir.”

Ella exhaló lentamente, con una sonrisa que ya no era humana.
—Entonces juguemos otra vez.



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En el texto hay: terror, miedo y suspenso

Editado: 09.10.2025

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