-¿Qué opinan ustedes? ¿quieren quedarse?-preguntó Tyler.
Estábamos deambulando por Salvezza, el lugar era pequeño, pero había muchos lugares por revisar, era interesante ver la forma en que todo estaba estructurado, todo estaba fríamente calculado para cuando pasara algo como la tragedia.
Caminábamos por los huertos, yo iba pateando una piedra desde ya hace un rato.
-Sería bueno quedarnos, somos la única salvación de la humanidad, creo que es bueno dar una oportunidad, se ve que a Edmond le importa nuestra salud-opinó Max serio su pelo castaño estaba desordenado.
Max a pesar de ser mayor que yo es muy ingenuo, yo miro todo desde otra perspectiva, se piensa con la cabeza y no con el corazón, es simple supervivencia y regla de vida.
-Yo digo que ¿por qué salvarlos?, ellos mismos lo ocasionaron, además la sociedad es una mierda, si los salvamos seguiría habiendo discriminación, racismo, exclusión, homofobia. Nada cambiará, además ¿para que salvar algo que no tiene salvación?. Digo ¿de verdad valdrá la pena?-opine sin ápice de arrepentimiento y segura de mi respuesta.
Las plantaciones de vegetales eran enormes, los colores de ellos relucían. Rojo, verde, blanco y naranja, esos eran los colores que resaltaban, era una vista impresionante.
No creía que fuera la mejor idea quedarnos, pero si Max y Tyler aceptaban, yo también aceptaría, le soy fiel a ellos, a nuestra hermandad, porque somos lo único que nos queda, ellos matarían por mi y yo lo haría por ellos, formamos lazos irrompibles y muy fuertes. Llego un recuerdo a mi mente.
1 año despues de la tragedia.
Los tres estábamos sentados en la sala de nuestro pequeño departamento, de vez en cuando nos llegabamos a aburrir y a veces simplemente nos sumíamos en un espeso silencio.
-¿Han tenido un pensamiento retorcido?-preguntó Max mientras jugaba con sus dedos.
Claro, ¿quién no? a veces eran pensamientos retorcidos sexuales, porque expectativas de lectora y a veces eran locos y psicópatas.
-Sí, normalmente siempre fueron imaginándome a mi matando a alguien que odio, pero eso les pasa a todos, hasta a los más puritanos-respondió el rubio con simpleza.
-Sí muchísimos, ¿Matarían por alguno de nosotros?-pregunté con mucha curiosidad, la conversación se había tornado un poco turbia.
-Sí, como que ya nos desviamos mucho ¿no?-hablo el castaño riendo.
Y ahí fue donde expresamos nuestros más oscuros secretos y en donde habíamos respondido sin dudar que seríamos capaces de matar solo por protegernos.
-Veo que estás de mal humor-dijo Tyler mirándome meticulosamente-pero yo opino que deberíamos quedarnos, tampoco somos unos seres sin alma, Callie. Solo que deberíamos asegurar un puesto, por nuestro bien es un ganar ganar.
Tenía claro que Tyler y Max tenían corazón de pollo, pero yo no, desde el día de la tragedia me volví casi una piedra. Los chicos me protegen como si fuese débil, pero la realidad es que soy todo lo contrario, solo que no se han dado cuenta.
-Bueno, siendo así habrá que hablar con Edmond-anunció Max emocionado.
El problema sería encontrar a Edmond, por suerte observó todo con detenimiento y soy muy buena escuchando, es que antes de la tragedia me encantaba el chisme.
-Debe estar en el edificio, en el que solo ciertas personas pueden entrar-comenté con una mirada de picardía.
El pelirrojo me resultaba un completo misterio, de alguna manera él despertaba una intensa curiosidad en mí, algo que me atraía, como si fuese aquel bicho dorado: el tipo dos.
-Conozco es mirada Callie Kane, ¿qué planeas?-inquirió Tyler, con ápice de curiosidad y desaprobación.
Paramos de caminar. Los huertos estaban cercados con madera.
-Solo ir a buscar a Edmond-exagere las palabras y me encogí de hombros, haciéndome la inocente-deberíamos buscarlo ya, antes de que cambie de opinión-chantajeé.
Tyler me miró con desaprobación y negando con la cabeza, Max miraba divertido.
-De acuerdo, nada de husmear, tu curiosidad algún día te hará arrepentirte-advirtió Tyler serio.
El comenzó a caminar hacia la salida del huerto, yo y Max lo seguimos y deje la piedra que patee ahí. Ya conocíamos el lugar, no a fondo, pero ya teníamos conocimiento de la mayoría de lugares.
Algunas personas nos veían como si fuéramos criaturas extrañas, si alguien igual de curioso que yo indagara, se daría cuenta que no somos de aquí, por suerte nadie se atreve a averiguar más.
Llegamos al edificio. Sin esperar más entre en el, Tyler y Max corrieron detrás de mí.
Pase la puerta de la entrada y ahí estaban unas escaleras y dos puertas.
¿Puertas o escaleras?...... ¡Escaleras!, lo interesante debe estar arriba.
-¡Espera!-gritó Tyler con un ademán para que yo parara.
Subí las escaleras como si de una carrera se tratase.
Era un gran pasillo, con una luz muy fuerte y muchas puertas.
Pero en el fondo había una, en donde dos tipos uniformados la escoltaban.
Una chispa en mi interior se encendió, ahí debía estar Edmond. Deje el apuro a un lado, no quería verme sospechosa, llegue hasta los dos tipos, he intenté pasar pero uno de ellos me detuvo con sus grandes manos.
-No puede pasar, solo personal autorizado-informó serio.
Supuse que eso pasaría, escuche algunos pasos al principio del pasillo, volteé y eran los chicos.
Al ver que el tipo me tomó por los hombros, el rostro de los chicos tenía ápice de preocupación, corrieron hacia mi.
-¿Callie, estás bien?-inquirió Tyler soltándome del gran tipo uniformado.
-Sí, si lo estoy, solo venia a pedirle ayuda a los caballeros, ya que observe que unos niños se escabullían, para poderse meter al laboratorio de la doctora Amy y escuche algo así de que descubrieron que algo había allí-mentí intentando engañar a los dos tipos.