Los Amores de Megan

23.Una Noche

23. Una noche

—¿Adivina?

—Si fuera adivina seria millonaria Meg —responde Jazz rodando los ojos mientras camina para buscar algo en esta gran tienda que vende de todo.

—Paulo y…

No me dejo terminar porque un grito salió de sus labios rápidamente. Di saltos y aplaudió orgullosa, si alguien estaba feliz con esta relación esa era Jazz. Nota mental: Buscar una pareja sentimental para Jazz. La cabellera rubia rosada llamo la atención de todos los compradores que la miraron como si estuviera loca o le pasara algo.

—¡¿Qué no tienen vida?! —rio bajo—. Sé que soy muy linda y todo pero por favor tengo mi vida privada.

El hombre canoso frunció su arrugada frente y el niño sin dos dientes delanteros se rio, mordí la parte interna de mi mejilla para no reír a carcajadas cuando la señora que tenía su carretilla llena se hacia la que no había visto, cuando ella era la que no podía apartar los ojos.  

—Vamos por acá —índico llevando el carrito.

—Cuenta todo y exagera. Quiero detalles completos de cómo es su polla y que poses utiliza, tengo algunos juegos que puedo prestarles.

Hago una cara asqueada y luego niego. Conozco a Jazz y a su sexualidad, ambas son muy abiertas.

—Estás loca.

—Oh, vamos. No eres una santa paloma y él… está buenísimo aunque fue un poco lento para entender que ambos debían estar juntos ¡Esta cupido buenísima! En todos los sentidos —asegura guiñándome un ojo. Él chico que esta ordenando los lápices nos queda mirando—. Te puedo regalar una foto mía si quieres.    

El chico se volvió un tomate, Jazz definitivamente tenía que controlar su boca.

—Jazz.

—¿Qué? —responde ofendida—, tengo buenas fotos.

—Ya lo sé pero mejor ayúdame a encontrar el regalo para Dany —la jalo riendo

Por esas razones somos amigas.

Camino por todas las secciones hasta llegar a ropa. Empiezo a desplazarme por los diferentes atuendos varoniles que hay, en mi mente pasan miles de cosas que puedo regalarle a Dany pero no me decido por algo en partículas. Volteo para ver a Jazz mirándole el culo a un chico.

—Creo que le regalare una camisa y corbatas, o un pisa papeles. Él ama su trabajo —levanto mis hombros—. No sé qué regalarle.

—No has follado con Paulo todavía.

—¿De qué hablas?

—¡Y evades el tema! —habla asombrada—. Cariño, no puedo creer que seas tan fuerte.

—No sé a dado, porque recién somos novios ¿Okay? Me estoy pensando muy seriamente buscarte un novio para follar hasta el amanecer y así dejes de meterte en mi relación —ella bufa y coloca una mano en mi hombro         

—Follo más que tú. Hoy me eche tres polvos y ni siquiera sabrás con quien.

Así de abierta es nuestra amistad. Hablando de los jales de Jazz.

—¿Sabes qué? Te pondrás guapa, hoy jalas y no de una buena manera —le guiña el ojo al chico que está entrando al probador. Ambas lo miramos de pies a cabeza—. Y después dicen que una es la pervertida.

—Si pero yo lo se disimular —me defiendo   

—Bueno eso sí.

Creí que me gustaba comprar ropa pero Jazz era tan minuciosa para escoger ropa que tener que esperarla dos horas para solo decirme que no le gusta, probarse más ropa y decirme que no la convencen y al final quedarse con el primero. Ella me supero, por mucho. Opte por comprarle unas plumas estilográficas y tomos de libros de leyes penales que mis padres aman tanto; abogados quien los entiende. Quedamos en Reids a las 10 de la noche irían algunos amigos de Dany y compañeros de trabajo pero tuvimos la gran idea de hacer una pequeña sorpresa a las 6 de la tarde y con sorpresa me refiero a celébralo a la escuela antigua.

El pastel de crema que preparo Alex olía por toda la casa, los globos de helio eran inflados por Luc, el cartel de cumpleaños estaban siendo colocado por Lolo y los bocaditos se ponían como decoración en la mesa por esta señorita. Mitch salía del trabajo a las 9 así que solo estaría para ver nuestra celebración de niños.

Ansiosos por la sorpresa le llamamos a Dany para saber dónde estaba. Alex no pudo ser más evidente al decir que lo necesitaba urgente porque su perro —el cual no existe— había tenido crías, siendo macho.

—No sabes mentir Beckham —el pelinegro de ojos avellanas se ríe—. A veces me pregunto cómo haces cuando le dices a las chicas que eres tranquilo y amable.

—Lo estoy, tonto —le da un golpe en la frente—. No todos somos un baterista y vocalista que dice ‘No me van las relaciones serias’

—Por qué no me van —defiende Luc

—Podemos obviar eso y seguir decorando que Dany probablemente llegue en 15 minutos aquí.

Los chicos se burlan de la seriedad de Lolo, incluso yo no pude soltar una risita.

—¿Qué tienes? ¿Porque estas más serio y preocupado de lo normal? —Luc aprieta los labios viéndolo atentamente.

—Sí, Paulo Hastings ¿Cuéntame tu problema? —pregunta el castaño abriendo sus ojos de par en par— ¿Qué es lo que está en tu mente?

—Espacio para respirar —Lolo coloca sus dos manos en las caras de los dos maniáticos—. Les he dicho que no existe la telepatía de amigos. 

—¡Si existe! —defiendes ambos al mismo tiempo.

—¡No existe! —decimos Lolo y yo al unísono. 

—Entonces como explicas que se lo que Luc está pensando —se cruza de brazos y achica un poco sus ojos—. Uhm.

—¿Qué? —digo mirándolos a ambos.

—Música, cantar, tocar y chicas. Todo junto. —dice Alex y Luc lo abraza asintiendo.

—No hay que ser telepata para saber eso.

—Lolo tiene razón, todos conocemos como es Luc y que es lo que le gusta, no hay que hacer mucho es fuerzo para responder algo de él.

—Todos tienen un lazo especial. Los gemelos, los hermanos y ¡Mejores amigos! —pongo los ojos en blanco—, aprende a perder Jones.  

Lolo se tira al sofá de mi lado guiñándome un ojo. Acabamos los últimos retoques cuando la puerta suena y Dany entra por ella, lo primero que lo recibe o mejor dicho que nos recibe es la bombarda de serpentinas, ya que el inteligente —nótense el sarcasmo—, Luc tenía la bombarda al revés, al menos las serpentinas y los sprays de tiras pudieron caer en el sorprendido cumpleañero. ¿Cómo es una fiesta a vieja escuela? Pues fácil, primero debes tener un gran pastel de crema sola la cual en el feliz cumpleaños apague las velitas, su mordida al pastel sea una sumergida al pastel.




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