Los Amores de Megan

♥24 La lejanía ¿Separa?♥

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Nota de autora:

Lamento mucho haber demorado en subir los capítulos en esta historia, sé que siempre digo que actualizare frecuentemente y me siento mal por no hacerlo en realidad, pero muchas cosas han pasado y mi tiempo no es el mismo, mi estado de ánimo, mis dudas. Mi estado anímico no es el mejor ahora y no quiero entrar en detalles, solo quiero agradecer a esas personas que esperan por esta historia. Muchas gracias, lo aprecio muchísimo.

«A veces nos sentimos perdidos sin saber qué rumbo tomar»

Capítulo dedicado a Danna Calle, tu comentario fue muy lindo <3, gracias por tu apoyo y mi promesa sigue en pie.   

♥CAPÍTULO 24♥

♥La lejanía ¿Separa?♥

Era triste, muy triste.

Tiana había conseguido un empleo para mí como asistente de dirección. ‘Wuju’ —sarcasmo incluido—. Pero trabajo era trabajo y lo mejor es que estaba relacionado a lo que yo quería ejercer, así que Megan tienes que aguantártelas.

Mi gran problema era que iba a estar una semana completa fuera de Filadelfia para ir a grabar en Costa Rica un país de América Central. La película en la que trabajaba era una comedia romántica donde los dos mejores amigos se dan una escapada a este país para huir de todas sus responsabilidades. Claramente no veía problema ya que no conocía ese país y sería una buena experiencia, lo cual me llenaba de alegría pero la fecha me cayó como un balde de agua fría.

“Nos vamos el 10 de noviembre en la noche y venimos el 16 de noviembre en la tarde, tómenselo como unas cortas vacaciones”

Claramente que el 11 y el 15 de noviembre están incluidos en esa semana. ¡Iba a ir a Erie! Yo iba a… Todos mis planes se habían ido a la mierda cuando me llamaron dentro de uno de los 30 trabajadores que se va a Costa Rica, el trabajo era primero así que mostré una sonrisa de boca cerrada y a las 8 de la noche me fui a casa, como le diría a todos sobre mi ausencia. Ellos me mataran, de eso estaba más que segura.   

Recostada en mi cama estaba verificando que el presupuesto de la película estuviera encajando al igual que el horario planeado, mordía mi lapicero pensando en lo que dirán ellos. El sonido de la puerta hizo que rápidamente mi vista buscara el origen.

¿Cómo podía ver al castaño a la cara después de lo que iba a decirle?

—¿Cómo estas, niña? —observo sus manos que sostienen dos tazas de chocolate con malvaviscos.

—Trajiste chocolate —hablo extasiada— te amo.

—Meg, esto es porque quiero hablar contigo de algo serio —aparto su vista un momento antes de acercarse a mi cama y tenderme una de las tazas humeantes—, mira, yo te quiero a ti igual que a todos han sido mi soporte pero sabes muy bien que odio los secretos.  

¿Secretos? Como el que teníamos Paulo y yo, sobre nosotros.

¿Era posible que Alexandre se halla dado cuenta? Un poco.

No éramos muy cuidados, nos dábamos besos y a veces nos duchábamos juntos —para ahorrar agua, claro—. Pero… sabía que no debía dormir con él, el día de ayer, fue tan lindo y tierno mimándome que me sentí como una estúpida volando en nubes suaves con fragancia masculina. No me gusta el romance, ¡Iugh! a lo romántico.    

Tack, tack, tack.

El chasquido de los largos dedos de Alex me hicieron ver sus ojos celestes, algo diferente como… no sabría explicarlo él siempre es el más feliz pero esto era más que felicidad.

—Creo que estoy enamorado —murmura dándole un sorbo a su taza y observando mi reacción.

Yo imaginándome otra cosa. Solté una risa antes de observarlo, Alex estaba enamorado y me lo estaba confesando era tan dulce al portarse de esa manera.

Solté un chillido emocionada, cruce mis piernas y levante una ceja observándolo.

—¿Quién es la  pobre chica que cayó en tus garras? —cuestiono como él lo habría dicho si estuviera en mi lugar—. ¿La conozco?

—La conoces.

Aprieto los labios, a Alex nunca le ha costado expresar sus sentimientos o lo que quiere, siempre hemos tenido la confianza para contarnos cualquier cosa pero ahora pare como si dudara en decírmelo. 

—Y… —ínsito a que complete la frase.

—Es muy linda, una excelente persona, nunca me imaginé que una persona me gustara tanto con tan solo haber entablado dos conversaciones y mensajes de texto —se levantó para colocar su taza en la mesa de noche—, Meg ella es… linda, divertida, encantadora, tiene una sonrisa y ella transmite esa sensación de calidez y afecto, ella me ha capturado.

Se tira de espadas en mi cama mirando el techo, yo solo lo observo bebiendo mi chocolate el cual deleita a mi paladar.

—Meg, me da miedo esto. No me gusta cómo se están tornando las cosas, siempre está en mi mente y me pregunto cómo estará, si ya comió, si duerme bien —se tapa el rostro con ambas manos—. No me puede gustar, no puede gustarme.




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