Los años que te ame...

Capítulo 7 — Despertando a tu lado

Summer no sabía cómo reaccionar ante el encuentro tan increíble que había vivido hace unos instantes con su amado esposo. Samuel solo salió de ella y la abrazo, poniendo su cabeza en su pecho.

Tenía miedo de mirarla y no sabía por qué, hace tanto que no había sentido está pasión a la hora del sexo con su esposa que sin duda estaba aún impresionado por la forma en la que los dos se habían entregado después de tanto tiempo.

— Summer...

— Samuel... — los dos dijeron al mismo tiempo cosa que les hizo reír a los dos — tu primero Sam — dijo Summer son algo de timidez, pero él sabía que era lo correcto.

— He estado trabajando mucho y sé que te he descuidado y decepcionado varias veces en cuestión de nuestras cenas... — se quedó callado por unos instantes y después la miro a los ojos acomodándose para quedar frente a frente — lo siento amor y quiero compensarte.

— Entiendo que tengas trabajo, pero... — dijo Summer algo nerviosa — siento que me estás Olvidando...

— No eso jamás mi amor, eso jamás — dijo tomando su rostro entre sus manos — eres la mujer de mi vida y no te cambiaría por nada ni por nadie.

— Lo sé... Es que tengo miedo Sam... — Summer no quería decir sus verdaderas preocupaciones, el mensaje que había recibido antes de que el llegará la había preocupado y a la vez decepcionado. Él decía que la amaba así que no podría engañarla.

— Oye mírame... — beso sus labios y acunó su mejilla, al mirar esos ojos supo que guardaban algo de tristeza por lo que dijo con el corazón — te amo Summer Park, solo a ti y mi corazón es solo tuyo.

— Te creo — decidió callar en ese momento pues el ambiente era tranquilo y lleno de amor después de su encuentro pasional, no quería arruinarlo.

— Gracias mi amor, mañana puedo llegar tarde al trabajo ¿Qué te parece si vamos a desayunar juntos? — a Summer se le iluminaron los ojos ante la petición de su marido.

— ¡¿De verdad?! ¡¿No me estás mintiendo?! — su pregunta hizo reír a Sam quien vio como el alma regresaba a los ojos de amada.

— No, así que vallamos Al Buena Vista y tengamos un desayuno como se debe — Summer salgo de alegría.

— ¡Yeii! — grito y se sentó frente a él olvidando que estaba completamente desnuda — es una cita — Sam río con energía y admiro el cuerpo tan hermoso de su mujer, se dio cuenta que estaba bajando de peso así que se propuso estar más atento a ella en el futuro.

— Claro que sí mi amor, además adelantaré el mayor trabajo que pueda estos días para ir a tu concierto — dijo con firmeza, Summer llevo las manos a su boca ahogando el gemido de sorpresa.

— De... ¿De verdad irás? — pregunto sin poder creerlo.

— Me he perdido mucho estos meses así que es mi promesa mi amor — tomo sus manos y las beso — estaré ahí y en primera fila.

— ¡Samuel! — grito de alegría lanzándose para abrazarlo, las lágrimas llenaron sus ojos y la alegría su corazón — entonces es una promesa.

— Si mi reina es una promesa — la abrazo más a su cuerpo sintiendo ese deseo crecer nuevamente en él.

Summer mordió sus labios cuando sintió la firme erección de su esposo debajo de ella por lo que, decidida tomo su miembro y lo acomodo en su entrada.

— Amor... — dijo con voz ronca mirando la tan seductora acción de su esposa.

— ¿No me deseas? — pregunto algo confundida.

— Más que nunca — sonrió y beso sus labios con aquella pasión y deseo que llevaba guardado por dentro.

Summer fue sintiendo como el miembro de su esposo se adueñaba de sus adentros nuevamente poco a poco. Sam la ayudo a moverse lentamente hasta ir acelerando las embestidas y movimientos que ella daba.

Ambos estaban dejándose llevar por el deseó de sus corazones que no tardaron en sentir como esas chispas de electricidad crecían dentro de ellos.

Samuel la puso debajo de él y sin dejar de penetrarla le dio la vuelta quedando ella boca abajo, ambos gemían sin contenerse y movían sus caderas con rapidez deseando llegar a la cúspide de ese orgasmo tan deseado.

Samuel dio ligeros mordiscos en la espalda de Summer lo que la hizo enloquecer y gritar su nombre innumerables veces desbordándose los dos en tan esperado estallido de una pasión que creían muerta.

Cansados se dejaron caer sobre la cama, llevados por la fatiga física a la cual se habían entregado sin medida.

Ambos se durmieron abrazados como aquellos primeros días en los que su relación no había sufrido tantas batallas como ahora.
Summer se sintió soñada y feliz por estar nuevamente, después de tanto tiempo, en los brazos de su esposo. Sintiendo esa calidez que tanto extrañaba.

A la mañana siguiente Summer sintió como su rostro era llenado de besos por su amado, este estaba extasiado de ver en sus brazos a la mujer que tanto quería después de estar ausente por un tiempo.

Sabía que el trabajo lo consumiría más de ahora en adelante así que sería bueno darle a su esposa está mañana para que no olvidará que todo lo hacía por ella.

Los dos se levantaron alegres como hace mucho no lo hacían, se bañaron juntos como dos enamorados locos el uno por el otro.
Tomados de la mano salieron hacia el restaurante charlando y riendo de sus anécdotas pasadas.

Cuando llegaron al restaurante ya había fila por lo que disfrutaron de ese momento juntos.

— Entonces... ¿El mismo presidente estará ahí? — pregunto Sam con curiosidad.

— Si, y su esposa y otros altos mandos del país es lo que se. Varios políticos, empresarios ya sabes gente que no tiene en qué gastar su dinero — Samuel carcajeo y beso a su amada en los labios.

— Pero nadie se compara a la estrella que tocara ahí esa noche mi amor, tú los dejaras impactados — ella palmeó su pecho apenada.

— Basta, mira todos los músicos son fenomenales así que estaré orgullosa de estar junto a ellos esa noche y más agradecida por los dos solos que me permitieron protagonizar — dijo con satisfacción.



#26281 en Novela romántica

En el texto hay: tragedia, amor dolor

Editado: 20.05.2021

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