Los años que te ame...

Capítulo 13 — ¿Me engañarías?

— Amor... — Samuel corrió y se arrodilló frente a su esposa quien intento no ceder ante la sonrisa tan exquisita que miraba en su esposo — ayer fueron los comandantes militares y tuvimos una reunión. Después nos llevaron al Amateurs y bebí un poco.

— ¿Un poco? Samuel no llegaste en toda la noche... — respondió desganada, no quería pensar en que él estuvo en otro lado o con alguien más cuando ayer la había hecho suya .

— Perdóname amor, el asistente del CEO no sabía dónde viva y me dejó en un hotel. Amanecí ahí solo y sé que debí avisarte, pero todo paso tan rápido...

— ¿De verdad no me estás mintiendo? — pregunto aflojando los brazos y agachando la cabeza, no quería ser de esas esposas tóxicas que siempre estaban al pendiente de sus parejas, pero, con la lejanía que estaban teniendo, pensaba muchas cosas.

— Mi Summer — tomo su rostro y beso sus labios — nunca te mentiría mi amor, créeme ¿Sí? — deseoso que creyera su mentira la miro a los ojos sin duda, aunque le dolía esto pues siempre había sido sinceró, no quería problemas con quienes le importaban.

— Está bien amor te creo — sonrió Summer y abrazo a su esposo — ¿Regresas a la oficina? — pregunto con la esperanza de que se quedará más tiempo con ella.

— Si aún tenemos mucho que preparar mi amor, pero ya pronto todo terminará — se levantó y fue a buscar su ropa no sin antes darle un beso en al frente a su mujer.

— Faltan dos días para mí presentación ¿Si estará ahí verdad? — pregunto de manera casual mientras caminaba en la misma dirección que él, hacia el vestidor.

— Te lo prometí Summer no necesitas recordármelo amor. Estaré ahí como te dije — comenzó a vestirse sin voltear a mirarla.

— Gracias amor — contesto emocionada y se giró para mirarlo, en eso noto una marca extraña en su cuello.

Curiosa intento acercarse, pero cuando vio que él se giraba decidió mirar a otro lado, su corazón latía al mil por hora y sentía un enorme agujero en él.

« Él dijo que se quedó en un hotel y no pasó nada » se recordó a si misma dándose unas palmaditas en el pecho. Trato de regular su respiración y las lágrimas que se acumulaban en sus ojos.

— ¿Estás bien cariño? De repente te quedaste callada — pregunto Samuel abrazándola por la cintura, ya se había vestido para ir al trabajo.

— Si solo me quedé pensando en el concierto que tendremos, estoy nerviosa y mucho — sonrió y volteo a mirar a su esposo a los ojos — No debes de faltar Samuel, es un evento importante y más para mí — lo miro con anhelo en su corazón de que no le falla está vez.

— ¡Summer ya te dije que, si iré, no tienes que estarlo pidiendo a cada rato! — se molestó un poco de que ella no confiara en él.

— Está bien ya no lo diré más... — se separó de él, tomo su ropa y se metió a la ducha.

— Summer... — quiso hablarle y disculparse por cómo había respondido, pero ella ya había cerrado la puerta del baño.

Sabía que no debió reaccionar así, pero le estresaba que se lo recordara a cada momento, tenía bastante trabajo y haría un gran esfuerzo estos dos días para tener el sábado libre y poder ir a verla.

Trato de respirar hondo y relajarse, de todos modos, no debía de ponerse así pues.... Él no le había dicho la verdad de dónde había estado la noche anterior.

Termino de ponerse el saco y los zapatos sentado en la cama, miro la puerta del baño y aún estaba cerrada. Pensó en dejarla sola y que se le bajara el berrinche que estaba haciendo solo por unas palabras un poco duras.

Salió de la habitación y fue a su estudio para poder preparar los papeles que llevaría el día de hoy, su computadora y todo lo necesario para trabajar el día de hoy. Aunque no había dormido mucho no tenía sueño en absoluto. Dejo todas las cosas en la sala y subió nuevamente a la habitación por si reloj y celular que había dejado cargando.

Summer salió de la ducha y miro que su esposo no se encontraba ahí, algo abatida entro al vestidor con la intención de comenzar a arreglarse para su trabajo. El día de hoy ella recibiría a un nuevo violinista pues uno de sus compañeros había tenido un accidente y ante la urgencia pudieron encontrar un remplazo.

En eso el sonido del celular de su esposo le llamo la atención, jamás se había puesto a curiosear en el debido a que siempre hubo la confianza, pero, ahora, tenía las ganas de saber si había algo o si alguien le había enviado mensajes.

Tenía curiosidad por la marca en su cuello y no quería pensar lo peor, pero, tenía curiosidad. Sigilosa se acercó al teléfono y deseo que la contraseña fuera la misma fe siempre.

Tomo el celular y tecleo el código que ella sabía.

¡Bingo! Esa era la contraseña aún.

Entro a las notificaciones de WhatsApp con los nervios al por mayor.

« Él no tiene nada, debes confiar en el » le dijo su subconsciente, pero justo en ese momento miro el mensaje de Mitzy...

"Te veo en la oficina, olvidemos lo de anoche Samuel realmente no es nada grave unos simples besos. Te quiero amigo, chao."

Esas palabras resonaban en su mente y corazón "Lo de anoche" fue a lo que se refirió ella... Esa mujer que tantas veces quiso separarlos en la universidad.

¿Cómo es que ella seguía en contacto con él?

¿Que no le estaba diciendo?

Lo último que recordó fue un comentario de el hace algunos meses de que ella estaba trabajando en la misma compañía pero que no la veía casi nunca.

« Entonces paso la noche con ella... » afirmó en su mente y ahora entendió el comportamiento de Samuel, la forma en que le explicó dónde estaba se le hizo demasiado irónico y tonto.

Escucho los pasos de su esposo que subía las escaleras, dejo el celular y corrió al vestidor para que él no la viera, estaba enojada, molesta, herida, decepcionada. Entonces trabajaba con ella más de cerca que lo que él le había dicho.



#26281 en Novela romántica

En el texto hay: tragedia, amor dolor

Editado: 20.05.2021

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