Samuel se quedó pensando en la llamada de Summer, sentía que algo le había pasado, que algo no estaba bien con ella. Su corazón le decía una cosa, pero, ella menciono que no era nada.
« ¿Me estará ocultando algo? ¿Estará bien como me dice? » se preguntó con seriedad. Quizás le estaba dando demasiadas vueltas al asunto y solo estaba emocionada por su presentación. Y quién no lo estaría, su esposa era una excelente pianista y se había esforzado por llegar hasta donde estaba.
Sabía que había renunciado a muchas cosas con tal de no separarse de él, ella podría ser famosa y reconocida mundialmente, pero, prefirió ayudarlo a él en su Carrera, ser su apoyo incondicional en todo momento. Así que, en cierta forma, él le debía mucho.
« Solo, espérame mi amor. Te pagaré todo lo que te debo, ya falta poco para que esté proyecto se entregue, y te daré toda la atención que mereces » se había hecho esa promesa en su corazón miles de veces, creía que repetírselo día a día le recordaba su meta y lo que debía darle a Summer en el futuro.
Se quedó sentado un rato en la cama perdido en sus pensamientos, quizás debía hablar con sus padres pues realmente se había olvidado de ellos. Les mandaba mensajes constantemente, pero, nada como una buena llamada de vez en cuando.
Busco el número de su mamá y lo marco, esperando que lo regañara como siempre solía hacerlo cada vez que los olvidaba.
— ¡¿Ese milagro que me recuerdas Samuel Martínez?! — grito su madre al teléfono, tanto que él tuvo que despegarse el teléfono del oído.
— Mamá yo también te amo — sonrió y trato de calmar el mal humor de su mamá en este momento.
— ¿Ahora sí me dices que me amas? Valla cuando dejaste hablarme por meses, si no es por mi querida nuera jamás sabría de ti, hijo ingrato. — exclamó su madre, Summer era la que siempre se ponía en contacto con ellos para contarle como iba todo, y eso amaba su suegra de ella. Sabía que Samuel había escogido bien a su compañera, y dormía tranquila.
— Lo se mamá, Summer es increíble. Me dijo que vendrían a su presentación. ¿Ya están cerca? — preguntó.
— De hecho, tengo una mala noticia cariño, el trabajo de tu padre sufrió un percance y él tiene que estar ahí. Ya teníamos los boletos, pero, estaba intentando llamar a Summer, pero creo que está ocupada — respondió apenada su mamá, por una parte, se sintió algo mal Samuel, pero sabía que cuando el deber llamaba, no había algo que pudieras hacer.
— Está bien mamá, yo me comunico con ella. Esta en el último ensayo y como es sumamente importante está vez, está ocupada.
—Si, discúlpanos con ella, tus hermanos querían ir, pero, también se les complicó un poco. Olivia está en tentativa, pero Hiram no podrá — al escuchar esto sintió pena por su familia y por su esposa. Cada uno había hecho si vida y en ocasiones no podían verse, en especial desde que sus padres se habían mudado junto con sus hermanos por una mejor oportunidad de vida.
— Llamaré a Olivia mamá, para que me avise si llega. Yo no estoy en California, tuve que venir a Washington por cuestiones de trabajo...
— ¿Vas a dejar plantada a Summer tú también? — pregunto algo preocupada su madre.
— No mamá, llegaré mañana justo antes de la presentación lo que me da tiempo de ir del aeropuerto al teatro — respondió con seguridad.
— Ya en había asustado hijo, bueno dile que me perdone, iremos a verla en cuanto todo se solucione y tú padre les manda saludos. Dice que no estés tan metido en el trabajo, dedícale tiempo a tu esposa y en darnos nietos que Hiram te está ganando — Samuel soltó una risa, el jamás les había dicho a sus padres del problema con Summer.
Prefirió mantenerlo entre ellos dos, aunque sabía que sus padres pensaban que solo se estaban retrasando o ignorando el hecho, era mejor a qué siempre la mirarán con tristeza y nostalgia a su esposa, él no quería eso no ella tampoco. Se sentía menospreciada así que, simplemente, lo guardaron para ellos, ni siquiera la mamá de Summer sabía, solo su hermana. Era mejor así.
— Oye tonto despierta — escucho a Ricky entrar a la habitación ya bien vestido y arreglado se incorporó algo confundido. ¿No se supone que era más tarde la cena?
— ¿Por qué te vestiste? — pregunto confundido.
— Nuevas noticias, la cena se adelantó y ahora será un comida y más tarde será un baile — Samuel rodeo los ojos algo molestó, realmente quería descansar y no ir a esos eventos.
— ¿Por qué no avisan con tiempo? — cuestionó al aire y Ricky solo sonrió al ver como se levantaba enojado buscando tus trajes en el pequeño armario que tenía la habitación.
— Díselo a tu jefa, es más te apoyo a que hagamos una queja. Odio esas cenas más por las mujeres que se acercan a nosotros como abejas a la miel — se dejó caer en la cama y Samuel soltó una carcajada.
— Oye, ellas no saben que tú vas en otra dirección. Solo quieren soñar con estar con un hombre tan atractivo como tú — Samuel le guiño un ojo y este se río.
— Que mi esposo no te escuché decir eso o me meterás en problemas — Samuel sonrió y comenzó a vestirse, Summer le había preparado tres trajes, uno negro, azul y gris. Sonrió cuando miro como su esposa había acomodado todo lo que el necesitaba en su viaje. Tenerla a ella era lo mejor de la vida.
— Solo digo la verdad, le he ocultado el hecho a Summer de que me siento increíblemente atraído por ti — se recargo en la puerta de manera seductora, Ricky lo miro atónito.
— ¡No gracias no eres mi tipo! — le aventó una almohada cuando Samuel comenzó a carcajearse, le gustaba molestarlo de vez en cuando, pero sabía que el solo tenía ojos para Daniel y Samuel estaba muy seguro de su sexualidad.
— Te dio miedo... Es divertido ver tu rostro molesto.
— Veremos si te gustaría que coqueteara con Summer — lo reto con la mirada.
— Esa ni tú te la crees, además se te sale el amor por Daniel por todos los poros de tu cuerpo, así que nadie te creería — Ricky asintió, conocer a Daniel fue lo mejor que la vida le pudo dar. Era su otra mitad, su otra parte, nadie lo había comprendido como él desde que sus padres fallecieron y se quedó completamente solo. Le debía mucho y sabía que solo el estaría en su corazón por siempre, por ello enfrentaron el miedo juntos, solo ellos contra los prejuicios de la sociedad sin importarles nada.