Samuel quedó con el corazón deshecho después de saber que su esposa se había ido, fue a la orquesta para que le dieran razones de ella o si sabían a dónde se había transferido, pero, nadie le dijo nada convincente.
Enfrento a Henry exigiendo que él le dijera donde estaba Summer, pero este menciono que no sabía nada al igual que Paula, lo que se le hizo extraño ya que ninguno de los dos la estaba buscando.
— Si ella se fue es por una razón Samuel, déjala en paz. Ni Henry no yo sé dónde está — bramo Paula al verlo desesperado, aunque sintió compasión por el mole revelaría nada de información. No lo merecía.
— ¡Son sus amigos, deben de saber! ¡Por favor se los suplicó! — rogó casi hincándose, había pasado una semana y él se sentía devastado con su ausencia.
— Samuel lo sentimos, pero, estas son las consecuencias de tus actos, no vengas con nosotros por qué en verdad no sabemos dónde está. Y aún si lo supiéramos no te lo diríamos — explico Henry cruzado de brazos, no podía doblegarse por él, no cuando había abandonado a su mujer por alguien más.
— Si hablan con ella, por favor díganle que la amo y que la encontraré — expreso con desánimo, debía enfrentar las consecuencias de sus actos, aunque le dolieran, este era su castigo.
— Si nos llama le diremos — dijo Paula dándole una palmada en el hombro — aquí entre nos, no desistas de buscarla, quizás tengas éxito.
— Gracias — dijo Samuel con una sonrisa, se despido de ellos y subió a su auto al salir del teatro.
Ya había preguntado a todos sus conocidos si sabían de ella y todos decían que no. Y al igual que Paula mencionaban que de saberlo no lo dirían, todos tenían razón, este era el precio que pago por abandonar a su mujer cuando ella lo necesitaba. Debía relajarse y usar su conocimiento para encontrarla, debía ser paciente, pero la preocupación le ganaba cada vez que recordaba los duros tratamientos que Michelle le había contado, los cuales le tuvieron que ser administrados a ella por su cáncer tan agresivo.
Respiró antes de llegar a su trabajo, hoy volvería a ver a Mitzy, pero ahora estaba seguro de lo que haría. Debía alejarse por completo de esa mujer, cuando intento llamar a Summer descubrió que había dejado su celular ahí, todo con tal de que no la pudiera encontrar.
Recordó cuando se lo regaló en su cumpleaños hace ya dos años, ella lo cuidaba como su vida y el jamás hizo lo mismo. Cada cosa que él le daba a Summer ella le daba el cuidado necesario que, hasta lo más sencillo, parecía lo más lujoso. Abrió el dispositivo y miro todas las fotos, los videos que se tomaban cuando su matrimonio era lo más hermoso.
Sollozo por mucho tiempo hasta que miro el WhatsApp, descubrió que un número le enviaba mensajes constantemente. La conversación estaba llena de fotos y mensajes con insultos hacía esposa. Miro las imágenes y efectivamente era quien pensaba, Mitzy. Todas las fotos eran situaciones comprometedoras con él, desde fotos donde parecía que se besaban hasta entrando a hoteles.
— ¿Por qué fui tan idiota? — bramo lleno de irá en la soledad de su hogar. Se dispuso a hacerla pagar lo mismo que ella hizo con su esposa, todo por no darle la importancia que Summer merecía.
Llegó al edificio y entro rápidamente al ascensor, ya había hablado por teléfono con Natalia con el fin de despedir a Mitzy, necesitaban razones válidas y para su sorpresa, habían encontrado muchísimas, hasta él se sorprendió.
— ¡Hola Samuel! — saludo efusivamente Mitzy al verlo entrar, no lo había visto en días, pero según su investigación su rival se había escapado de la ciudad, lo que la hizo feliz pues le había dejado el camino libre para conquistar a su amor. — ¿Cómo estás? Te he extrañado mucho...
— Mitzy prepárame los formatos que tenemos pendientes — dijo este con frialdad, los quiero en mis escritorio en 30 minutos y después lo revisaremos, continua con tu labor.
La interrumpió sin piedad, algo que debió haber hace mucho, pero por cobarde no lo hizo. Entro a su oficina sin mirar a la mujer que se quedó atónita ante el comportamiento del hombre que tanto amaba, sus compañeros comenzaron a cuchichear sobre ella pues había comenzado el rumor de que estaban en una relación cosa que se descartó al ver lo que acaba de ocurrir.
Avergonzada se sentó en su lugar tratando de calmarse, quizás venía enojado por qué su estúpida esposa había desaparecido, cosa que le dolió en el alma pues parecía que nada de lo que hiciera lograba su objetivo. Para colmo de la situación días atrás se había emborrachado tanto que amaneció en la cama de alguien más y esa persona era nada más y nada menos que Natalia, la CEO de su empresa.
Cómo pudo salió de la habitación no sin antes gritarle de cosas a la mujer que yacía aún en la cama, se sentía sucia por haber tenido sexo con una mujer, ni siquiera le gustaban. Aún recordaba lo que le había dicho antes de salir del cuarto.
— Espero que nadie se entere de lo que sucedió aquí, es vergonzoso para mí — Natalia sintió un dolor en el pecho, no se había dado cuenta de que estaba enamorada de Mitzy hasta esa noche y escucharla decir que fue vergonzoso, le dolió. Cuando alguien señalaba su orientación, era un punto débil para ella, podía ser una mujer de negocios, pero, su atracción por las chicas siempre le había traído problemas, por ello había decidido alejar su corazón, hasta que la conoció a ella.
— Relájese señorita, jamás le diré a nadie la clase de mujer con la que me acosté. Fue sexo nada más — ignoró sus miradas y se encerró en el baño cuando las lágrimas le invadieron, lo mejor era olvidarse de alguien que solo la lastimaría.
Mitzy trato de ignorar los sentimientos que tenía en ese momento, Samuel no podía dejarla no cuando ya le había dicho a su madre que vivían juntos y serían una pareja formal.
Al cabo de media hora Samuel regreso de su reunión con Natalia y la llamaron a la oficina de este, alegando que tenían una reunión importante con ella. No sabía por qué, pero, tenía un mal presentimiento.