Capítulo 48 — Corazones abiertos

Samuel miro a su mujer con devoción, tocó su rostro angelical que tanto adoraba. No podía creer que ella estaba aquí, se sentía extasiado. Beso sus labios una y otra vez hasta que la dulce risa de Summer envolvió toda la habitación.

La beso con total amor que enseguida la pasión despertó en ambos, Samuel la levantó sentándola sobre el piano, la deseaba, la anhelaba. Su cuerpo les decía a gritos que sin ella no era nada.

Se deshizo de su camisa al igual que ella, beso su piel, sus senos sobre el bar tan... Sensual que se había puesto. Ella le sonrió con picardía mirando esos ojos que la hacían perder la cordura,  devoró nuevamente su boca quitando ese brasear que tanto estorbaba.

La levantó y la llevo así habitación, a tientas caminaba pues no quería soltar esos labios tan dulces que provocaban un sin fin de sensaciones en todo su cuerpo. Abrió la puerta pegándole a ella al cerrarla, con sus manos acaricio su feminidad la cual ya se encontraba excitada.

Summer se dejó llevar por la pasión que los envolvía a ambos dejando de lado aquella timidez que a veces le gana al tener relaciones con su esposo. Sentir sus dedos sobre el monte de su placer la hicieron gemir y mover sus caderas a la par de sus dedos.

— Oh nena estás tan mojada — le dijo a su oído, su piel se estremeció y sonrió seductoramente.

— Solo por ti así que no pierdas el tiempo y hazme... — la interrumpió sellando aquella súplica con sus labios. La puso sobre la cama sin la menor decencia perdiéndose entre risas y suspiros de placer.

Ambos se quitaron la ropa estorbosos besándose con alevosía una vez más. Desesperado tomo su miembro frotándolo con su entrada haciéndola curvar su espalda y seguir el ritmo de aquellas caricias sin iguales. Nada se comparaba con estar entregando su cuerpo y su alma al amor de su vida.

Comenzó a introducirse en ella lentamente, quería sentí cada parte de su interior, escucharla rogar por más velocidad y fuerza. Tomo su cadera apoyándose en la cabecera de la cama con una mano, beso su labios una vez más y comenzó a moverse.

Summer no dejaba de gemir pues tenía muchísimo tiempo sin entregarse de esta forma. Sus miradas se cruzaban y sus voces llenas de lujuria resonaban en todos la habitación, embestida tras en embestida la hizo suya nuevamente en cuerpo y alma.

Ninguna otra sensación era igual a esta, amar y ser amado. La cama se movía y crujía ante los movimientos de estas dos almas cargadas de pasión y lujuria. Estos dos amantes gritaron el nombre de ambos cuando el éxtasis alcanzo sus interiores llenado los a ambos de ese amor que tanto les hacía falta.

Cansados y jadeantes se quedaron abrasados, el aún dentro de ella no querido salir y ella, no dejándolo quitarse, se sentía llena y plena por una vez en la vida.

Se quedó mirándola embelesado, acariciando su rostro, aún sentía que esto era un sueño.

— Parece que no me has visto en mucho tiempo — le sonrió acariciando su rostro, su corazón latía fuertemente, al fin podía estar con él, al fin los dos podían amarse con todo el corazón.

— Es la verdad... — respondió limpiando las lágrimas de su rostro — pensé que jamás volvería a verte ni, que quisieras darme una nueva oportunidad.

— De hecho, no quería... Pero has hecho tanto por mí que... No podía dejar de lado esto que siento por ti.  — explico entre sollozos — supe que me buscaste incesantemente y yo... Creyendo que te habías olvidado de mi...

— Shhh mi amor no llores — la abrazo con fuerza, él también tenía muchas cosas que sacar así que creyó que era el momento necesario de decirle todo lo que su corazón guardaba.

— Nunca deje de buscarte, nunca deje de amarte y en cuanto te habías ido... Supe la verdad de todo lo que Mitzy había hecho conmigo — frunció el ceño, hablar del pasado le dolía a Summer pero había muchas cosas que quería escuchar — fui un completo idiota por dejarte de lado y más por ella, cuando me enteré de todos los malditos mensajes que te mandaba, las fotos, las amenazas ¡Mierda quería matarla y a mí con ella!

— Samuel... — quiso detenerlo, pero él se lo impidió, quería que ella supiera todo.

— No mi amor, déjame terminar. Siempre considere a Mitzy como una gran amiga por cosas que tú ya sabes y... Quería que ella estuviera en mi vida así, como una amiga. Nunca quise ver esa verdad que tanto tu como Ricky me decían... Incluso Daniel. Me gano el "Sentimiento de deuda" la cual era muy estúpida pero ahí va Samuel el idiota — Summer río ente lágrimas y acarició su rostro — pero me esforcé por hacerla pagar y descubrí que ella había vendido información a un "detective" con tal de sacarte fotos en ese hotel y en situaciones comprometedoras.

— ¿Y les creíste? — pregunto más afirmando.

— Si les creí, por idiota otra vez. Me deje llevar por mis mentiras hasta que la vida me pasó la factura y... Te perdí en el proceso.

— La verdad me fui desecha cuando paso todo, las químicos, las pastillas, los mareos y vómitos me debilitaban, pero más tu Samuel — explico sinceramente — muchas veces desee que fueras tu quien me acompañará a las quimioterapias por qué enserio eran muy dolorosas y... Mi alma no las soportaba.

— No sabes cuánto lo lamento amor... — soltó un sollozo fuerte al escucharla — debí haber sido un buen esposo y cuidarte mi amor... Pero fui un tonto.

— Pero eres el tonto que yo amo — dijo sonriendo, Samuel pestañeo sin poder creer las palabras.

— ¿Aún me amas Summer? — pregunto con miedo.

— ¿Por qué lo preguntas? — le respondió un tanto juguetona — ¿A caso que estés dentro de mi aún no lo demuestra? — Samuel río ligeramente, le sorprendía está nueva Summer tan... Atrevida.

— Parece que la señora Martínez le gusta jugar — acaricio su espalda desnuda estrujando su trasero sin la menor decencia.

— ¡Samuel! — golpeó su pecho — no hagas eso...

— Hace rato me pedías más duro así que... ¿Estás contradiciéndote mi reina? — beso sus labios dejándose llevar nuevamente por esa pasión desbordada, se sentía completo y vivo con ella.