Que será del mundo sin mis pies firmes, sin el estruendo de mis tacones o el contorneo de mis caderas, que será de mi.
Sin las noches en vela, mientras trato de contener mi nausea, presión y nervios en el escenario. Esperan mucho más de mi, un paso en falso y estoy en la cuerda floja.
Y son mis pies tan livianos y rápidos los que pueden llevarme a la gloria y los que piden el descanso.
Pero la música fluye sobre mi, no me detengo a pesar del cansancio, solo he de seguir girando como muñeca de caja musical, al son de mi vida.
La elegancia, la dedicación y mi amor se encuentran aquí, en la pista, en mi habilidad, en lo que soy.