Los asesinos de la felicidad

9 - Noche 5: Pereza.

Noche 5: Pereza.

Entramos en el demonio máximo de nuestra existencia, que cuando nos domina podemos encontrar un camino repleto de oscuridad, tristeza y un deterioro significante de dignidad. La pereza es nuestro peor enemigo y la debemos combatir con nuestra única arma, la voluntad.

La pereza es la prisión que nos puede condenar a cadena perpetua si no actuamos a tiempo. No solo se trata de no hacer nada en todo el día durante días, sentados y acostados como si fuese un propósito. Es consecuencia de la pereza y es fácil identificarla. Pero la pereza a la que me refiero es más íntima y dolorosa. Si caímos en la pereza nos olvidamos por completo de la idea del crecimiento personal. La pereza nos invita a evitarnos el dolor, experiencias, aprendizajes y todo lo que conlleva el largo viaje del autoconocimiento, del crecimiento personal. Nos roba la voluntad de ser mejores cada día, nos maltrata sosteniéndonos en el lugar del que queremos escapar.

Me atrevo a decir con total certeza que, si se pierde contra la pereza, todo lo que contiene este manuscrito carece de sentido. Cada tema tratado conlleva un sacrificio, una decisión a tomar, un camino a emprender, y si la pereza es nuestro demonio, lo mencionado es el equivalente a querer cruzar el desierto sin una gota de agua. Una misión imposible y tortuosa. Hemos de combatir contra la pereza, aunque nos sintamos perdedores. Una vez que se empieza, no hay retorno.

En la actualidad la pereza es un asunto común, por desgracia. Nadie la menciona y la ataca como corresponde. Se ataca a la persona y no al verdadero problema. Una persona deprimida y perezosa no tiene salvación alguna. No comprendo como hay profesionales tan ineptos que solucionan todo con pastillas que solo terminan por hundir a la persona. Tal vez sea por pereza, lo que conlleva a la falta de empatía, lo que deriva en una horrible actitud de abandono profesional, la falta de esfuerzo y sentido común. La pereza se debe tratar para poder empezar siquiera a hacer algo al respecto.

Si hay pereza, no hay disciplina. Sin disciplina no hay crecimiento alguno. Las personas no pueden comenzar a tomar decisiones difíciles, a sacrificar malos hábitos, a tomar, directamente, las riendas de su vida si hay pereza de por medio. Para crecer hay que esforzarse. He escuchado a personas decir que prefieren ignorar sus problemas manteniendo la cabeza ocupada en otras cosas. Lo que en realidad dicen es que tienen pereza de hacer algo al respecto. Es muy normal encontrarse con alguien que ignora lo que daña su espíritu y sentimientos con la excusa de que con el tiempo todo pasa. Si una persona tiene la certeza de que el tiempo pone las cosas en su lugar mientras se sienta a esperar, estamos a una persona perezosa. A una víctima que necesita ayuda.

Hemos hablado ya de hombres adultos que se comportan como adolescentes, que evitan el esfuerzo que se requiere para madurar. Hay hijos adultos que aún viven con sus padres y no hay nada sano en ello. Más allá de los recursos económicos, que puede llegar a ser el caso, si un hombre adulto vive con sus padres y no hace nada al respecto, se acomoda y evita cualquier esfuerzo por irse, estamos frente a una persona que fue vencida por la pereza. Tal vez es un cambio que le da miedo, le da terror por lo difícil que puede llegar a ser vivir en soledad, lejos de la protección paternal, que prefiere estar en donde se siente cómodo y aceptarlo como su realidad absoluta con tal de evitarse el cambio, el encuentro con su individualidad, la aventura de la soledad, el ser un adulto con todas las letras. Insisto, con la pereza de por medio, todo intento de cambio es un martirio.

Espero haberme explicado sobre lo que pienso sobre la pereza. Es difícil enfrentarla, porque cuando nos damos cuenta da la sensación de que ya es tarde. El darse cuenta ya es una victoria. Entonces, si te encuentras en un punto donde no te dan ganas de hacer nada, no quieres hacer nada, sos un vago de la sociedad, no es tu culpa y mucho menos es tu fin. Solo es cuestión de tener voluntad y enfrentarse a la pereza. Para crecer, conocerse a uno mismo, enfrentar nuestras dolencias, caminar a lo desconocido, animarnos a vivir como deseamos, nuestra principal tarea es ganarle a la pereza, para por fin encontrarse con la magia de la disciplina. Cuanto mas dolor este dispuesto a asumir, más felicidad podrá experimentar.



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En el texto hay: amor, crecimiento personal, psicologia

Editado: 16.08.2025

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