Los asesinos de la felicidad

11 - Noche 6: Amor.

Noche 6: Amor.

Me he despertado con la terrible noticia de la muerte de un profesor de la universidad. No lo conocía, solo lo vi dos veces en las clases de la semana anterior. Era joven, lo cual resulta aun mas chocante. No puedo dejar de pensar en la muerte y en todos aquellos seres queridos que se han ido quien sabe a dónde. La tristeza se hizo presente en mi día, no obstante, me encuentro satisfecho. La diferencia entre la vida y la muerte es que la muerte no tiene nada, no tiene memoria ni sentimientos. La muerte es vacía. Si bien es doloroso, es sano recordar a aquellas personas que se fueron de forma inesperada. Para sanar hay que atreverse a recordar, a llorar las veces que sea necesario y a seguir con extractos de esas almas incrustadas en nosotros.

Hace bastante tiempo que no pienso en mis seres queridos, vivos o muertos. Ahora me pregunto si vale la pena pecar de olvido para centrarnos en nosotros mismos. Soy joven para ese tipo de respuestas, pero me atrevo a decir que no. Al final, lo que nos hace ser nosotros es aquello que creció junto a nosotros. Algunas flores se verán más lindas que otras, pero forman parte de la misma raíz. No hay que abandonar a quienes nos sostienen en la vida. Podemos disfrutar de la soledad y de poseer una independencia emocional privilegiada, pero amar a nuestros seres querido es el mejor combustible que se puede tener. Odiar es para cualquiera, es fácil, y amar es, tal vez, el sentimiento más complejo. Cuando inicié el duro camino del crecimiento personal, estaba seguro que debía hacer todo solo y que, peor aún, podía hacerlo. Por supuesto la soledad es necesaria para crecer, para conocernos sin mentiras disfrazadas, pero sin ayuda no se puede ir a ningún sitio. Cuando comencé a permitir esa ayuda exterior de seres que solo desean nuestro bien, lo cual es notorio y no deja dudas, la vida se volvió mas simple y armoniosa. Podríamos decir que el camino se volvió menos borrascoso. Si la ayuda externa es excesiva, el camino pude quedar impecable, y aun así el seguir caminando depende de nosotros, de la voluntad más pura que se pueda tener.

Amar es nuestra salvación para todo aquello que mata nuestra felicidad. En un mundo repleto de distracciones y caos, el amor nos mantendrá concentrados en todo aquello que alimente nuestra vitalidad. He estado años consumiendo noticias horribles del mundo, viendo documentales que plasman una realidad petrificante y conociendo la maldad en si misma y sus límites. No hay limites para la maldad, aunque deseara estar equivocado. A lo que voy, es que el amor nos mantendrá en el camino del bienestar. Y si queremos estar atentos al mal de este mundo, deberíamos centrarnos en el mal que tenemos cerca. Hay que ser realistas, no vamos a cambiar nada en absoluto llenando nuestra mente con contenido podrido. Por supuesto, hay que saber empatizar, pero debemos ponernos limites al respecto. Al final, si queremos hacer algo por la comunidad, por el mundo, primero debemos empezar por nosotros mismos, y lo veo imposible si día a día se consume contenido con color a muerte. He aprendido por las malas que hay situaciones y circunstancias que no valen la pena saber de más. Recuerdo cuando estaba horas viendo documentales sobre las guerras contemporáneas, y me enfermaba saber que miles de jóvenes se estaban matando porque dos mandatarios de traje no supieron llegar a un acuerdo. Hubo un momento en el que me obsesioné con un gran problema mundial, que es el tráfico infantil. No hay mucho para explicar al respecto. La conclusión es que de nada sirvió saber de “más”, lo único que logré fue dañar mi psicología, bienestar, paz y existencia. En pocas palabras, carecía de amor propio. Cuando entendí la importancia de ser realista, fui capaz de amarme, por ende, pude emprender el camino del crecimiento personal. Por supuesto, si me esfuerzo lo suficiente, en un futuro, podría ayudar a colocar un engranaje de bondad en un sistema que parece funcionar con todo lo contrario.

El amor es nuestra salvación. Amar es crecer, y crecer es vivir. Con amor sabremos perdonarnos a nosotros mismo por lo que hicimos o no hicimos, y a superar los males ajenos. Sin amor nunca aprenderemos de nuestros errores, por ende, no habría progreso alguno.



#2366 en Otros
#547 en Relatos cortos
#197 en Aventura

En el texto hay: amor, crecimiento personal, psicologia

Editado: 16.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.