Los aullidos a la luna

Capítulo 5

Mala noche
Angelic
゚フル

Luego de cenar con mis padres subo a la habitación de Demian para poder salir por su ventana. Toco la puerta antes de entrar para saber si él está ahí y en condiciones de recibir gente. Cuando logro escuchar un pase del otro lado de la puerta la abro y me meto dentro. Me encuentro con mi hermano sentado con su portátil escribiendo.

– ¿Me cubres? – hable apenas cerré la puerta de la habitación

– Si tu cumples tu promesa – giro en su silla para verme serio

– La cumpliré – mentí en su cara con mis manos en los bolsillos de mi jean crucé los dedos para romper esa promesa.

– Bien sal por la ventana agarrándote de esa rama estarás bien – se levantó de su silla señalando la rama que estaba más cerca de la ventana

– Está bien, gracias hermanito – mi plan estaba saliendo como lo tenía planeado pero las nunca salen bien.

– Espera antes de irte ¿a dónde vas exactamente? – con los brazos cruzados sobre su pecho Demian me observaba entrecerrando los ojos. Vamos Angelic piensa en algo para salir del embrollo donde tu solita te has metido.

– A la fiesta de Alec con mi amiga Bailey – recordé que mi amiga Bai menciono algo de eso mientras estábamos en la escuela.

– Hoy no iba a salir, pero ya que me recordaste la fiesta de Alec iré contigo – sonrió tomando su chaqueta de la cama.

– ¿QUE? – grite por la sorpresa desde cuando el santurrón de la casa sale a fiestas. Bueno que yo tampoco es que salga todos los fines de semana apenas si asistía a una fiesta por mes y siendo obligada por Bai para que valla.

– Baja la voz – grito en susurros girando para ver la puerta y luego a mí con enojo.

– Perdón, pero es que ¿por qué quieres ir conmigo a la fiesta si tú nunca vas? – lo mire confundida mordiendo mi labio inferior.

– Porque Alec me lo pidió – saco su celular de sus bolsillos para mostrarme la conversación y efectivamente Alec le pidió que fuera.

– Entonces puedes llevarme tu no queras que a tu hermanita le pase algo en la calle ¿o sí? – ya que el aburrido iría bien que me podía arrimar hasta la casa de Alec. Hice un puchero con mis labios y abaniqué mis pestañas como niña buena intentando ablandar su duro corazón.

– Si sales ahora mismo te llevo – me señalo la ventana con frustración

– Ya mismo jefe – puse mi mano en la frente como saludo militar y corrí a la ventana sacando mi pierna primero.

– Pero no hagas ruido – me susurro mientras sacaba la cabeza de la ventana.

– Está bien – tome la rama del árbol y saliendo con cuidado. Voy despacio hacia el tronco y bajo sin hacer mucho ruido. Cuando toco tierra firme espero a mi hermano, que baja más rápido que yo. Me mira sonriendo triunfante mientras se encamina a su auto, yo le sigo no me queda de otra.

Nos montamos en su auto y esperamos a que mis papás apaguen la luz de su cuatro. Cuando lo hacen Demian pone el auto en marcha conduciendo en silencio. En mi mente pedía llegar ya a la casa de Alec por que no aguantaba más el silencio incómodo de ese auto. Para mi suerte estábamos a dos casas de llagar a la gran mansión de Alec. Bajo del auto mirando la gran mansión que tiene por casa el mejor amigo de mi hermano.

– Ahora entiendo por qué siempre que se reúnen vienen a casa de Alec – gire viendo a mi hermano salir del auto

– No venimos aquí porque él tenga una súper mansión, sino que tiene una cacha perfecta para jugar rugby – se paró a mi lado observando la mansión donde salía música fuerte y muchos adolescentes se paseaban por el carísimo césped.

– Con razón vuelves todo sucio – me reí recordando cuando mama lo regaña porque volvía lleno de barro cual puerquito saliendo de un chiquero.

– Oye no me molestes – note que me miraba tentado de risa – Ahora dime entrarás vestida así – con su mirada me recorrió de pies a cabeza. Que tenia de malo lo que llevaba puesto.

– Pues claro que...

– NO – grito Bailey detrás de mí

– ¿Qué? – gire para ver a mi amiga con un vestido rojo ajustado a su cuerpo con unas plataformas negras que la hacían ver más alta.

– Que ahora mismo vendrás conmigo a cambiarte – con pasos decididos mi amiga camino hacia mí para llevarme

– Bailey que tiene de malo mi blusa y mi jean roto – no entendía por que tanto alboroto con mi look casual algo que usaba diariamente para salir.

– ¿Enserio me lo preguntas? – freno su andar para darme una mirada matadora

– Está bien loca, pero por favor no me pongas un vestido – no me gustaba usar vestidos en las fiestas desde el incidente de la última fiesta a la que fui con Nick. Terminaron tocándome en trasero mientras bailaba con mi novio y ni siquiera se quien fue. Bai me arrastraba por la calle mientras yo me negaba a ponerme un vestido.

– Tu tranquila que yo tengo algo perfecto para ti – su sonrisa me tranquilizo un poco después de todo no conozco a nadie que sepa más de moda que mi amiga Bai.

– Bueno está bien – me deje llevar por mi amiga cual cordero al matadero, pero en este caso sería como chica que va de compras con su mama.

Cuando llegamos a su casa que para mi suerte estaba cerca de la casa de Alec entramos, subiendo rápidamente a su habitación. Bailey me sentó en su cama y se metió en su armario empezando a tirar ropa por la habitación, en un par de minutos en la habitación parecía que un tronado había pasado. Luego observo la cabellera negra de mi amiga salir de entre el armario con unas prendas entre las manos y con cara de triunfo.

– Lo encontré – soplo apartando algunos cabellos negros de su rostro.

– ¿Qué encontraste? – me reí de como lucia Bai con todos sus cabellos revueltos

– Mira esto te vas a poner – me mostró un short de jean, una camiseta de corta negra y una camisa a cuadros negra y roja con unos Converse negros.




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