Nada más amigos
Angelic
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El dolor en mi tobillo paso así como la semana desde que Demian me confeso lo que sentía y mis padres aceptaron todo este loco asunto. Intentaba ir despacio con Demian, fue lo que me aconsejo mi madre ir poco a poco. Me parecía lo mejor ya que aún sentía algo por Nicolás y es que un amor no se olvida de la noche a la mañana. Ahora que mi pie ya no dolía tanto como antes pude usar las muletas y eso significaba que debía volver al instituto.
¡Si, que divertido¡
Sin ser sarcástica ahora odiaba la idea de tener que volver al instituto me sentía incomoda desde que me dejo Nicolás y tuve esta serie de desafortunados accidentes las personas piensan que lo hago para que el chico vuelva conmigo. Algo que esta muy alejado de la realidad pero los rumores son difíciles de hacer que se terminen y mucho menos argumentar que son puras mentiras.
Otra cosa por lo que no me emocionaba volver es que dependía mucho de la ayuda de una persona para que cargue mis cosas o me ayude a abrir puertas y muchas otras cosa que no puedo hacer sin caerme de las muletas. Se que Demian dijo que me ayudaría con gusto pero él tenía cosas que hacer no debería estar cuidándome le pediría ayuda a Bailey. Aunque me molestara ser una carga también para mi amiga.
– De nuevo en este lugar, estupendo – hable irónica viendo el gran edificio lleno de estudiantes que cuchicheaban como serpientes maliciosas.
– Oye anímate al menos ya no te tienen encerrada en casa pequeña – Demian intentaba ponerme de buen humor, pero no le veía el lado bueno a esto de estar encerrada en casa a encerrarme en el instituto no era mucha la diferencia.
– Si tú lo dices – suspire tomando mi mochila – Ayúdame a bajar – abrí la puerta del auto y espere a que Demian llegara con las muletas y me ayudara a salir del auto sin caerme. Las personas estaban viéndome con curiosidad y algunas chicas estaban chillando al ver a Demian.
– Aquí vamos princesa – me saco del auto y teniéndome tomada de la cintura espero que me pusiera firme con las muletas, viendo la mirada que le dedicaban todas las chicas me hubiera gustado besarle allí mismo – Empecemos con esto – el castaño beso mi mejilla haciéndome estremecer. Pude notar varios ojos curiosos mirándonos, iba a matar a Demian por hacer eso en cuanto pudiese, pero debo admitir que me gustó mucho. Las mejillas se me sonrojaron y en ese momento quise ser invisible.
Camine con dificultad con las muletas mientras Demian cargaba mis cosas, subir las escaleras fue difícil pero sabiendo que el castaño estaba detrás de mi me sentí segura. Luego me di cuenta que podía estar viéndome el culo y mi cara se puso roja y agradecía que no me estuviese viendo. Quería encontrar a mi amiga para no pasar mas vergüenzas de la necesaria con Demian, apenas entramos divise a Bailey molestando a Alec en el pasillo. Fuimos hacia ellos hasta que mi amiga me noto y corrió hacia mí. No me abrazo porque me podía caer, pero si dejo un sonoro beso en mi mejilla. Mi amiga tomo las cosas que estaba cargando Demian y se puso a mi lado.
– Bailey estábamos teniendo una conversación aquí – se quejó Alec detrás de nosotras. Algo me decía que estos dos estaban escondiéndonos algo pero no se animaban a decirnos nada a nosotros sus mejores amigos.
– Ni siquiera estábamos teniendo una conversación Alec – hizo un gesto de despedida para él y siguió caminando conmigo. Avanzábamos despacio por que yo aun no dominaba muy bien el andar con las muletas era muy incomodo y el tener las miradas curiosas sobre mi tampoco ayudaba.
Juntas nos estábamos dirigiendo al salón de arte, mientras caminábamos Bailey me contó porque estaba hablando con Alec. Resulta que le estaba sacando información acerca del tatuaje, ella quería hacerse uno en el hombro y no tenía un lugar donde ir que sea seguro. Aunque estaba escuchándola mis pensamientos estaban con Demian, en que estaría haciendo y con quien estaría hablando.
Ya comienzo a parecerme a una novia toxica. Pero nosotros todavía no somos novios.
Mis pensamientos cambian cuando unas manos se apoyan en mi espalda para empujarme hacia al frente, pierdo el equilibrio y la gravedad me atrae al suelo. Suelto un grito estando en el suelo al sentir el dolor de mi tobillo, pude ver entre lagrimas a Bailey gritándole a alguien que estaba parado detrás de mí. No pude ver quien era por que las lágrimas dificultaban mi visión, el tobillo me dolía mucho y solo quería que el dolor parara. Unos brazos me cargan y me apartan del circulo de gente que se formó alrededor de mí. Apoyo mi cabeza en el cuello de esa persona que me saco de allí sé que no es Demian no huele a él. Todos en el pasillo murmuran cosas que no logro entender mi atención estaba en mi tobillo lo sentía palpitar. El abrir de una puerta me hace mirar al frente y veo a la enfermera que me mira preocupada. Me dejan en la camilla, mire a la persona que me trajo y veo a Carter mirándome.
– M-me duele – pose mis manos en mi pierna y mire a la enfermera con preocupación.
– Lo se linda déjame revisar – me tumbe en la camilla cerrando mis ojos y mordiendo mis labios por el intenso dolor al sentir mi tobillo palpitar. Duele... duele mucho.
– Tranquila solo relájate – Carter estaba mirándome a los ojos se veían diferentes. Mi cuerpo se empezó a relajar, deje de sentir dolor y la enfermera me puso una bolsa con hielos sobre el tobillo. Unos golpes en la puerta me hacen apartar la mirada de Carter y posarla en quien entro. Era Demian que parecía que había corrido una maratón su respiración era agitada y en cuento miro a Carter quiso golearlo.
– No – lo mire desde la camilla. Suplicando con la mirada que no hiciera nada estúpido. Antes que Demian pueda decir algo Bailey entra en la enfermería seguida de Alec.
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Editado: 29.04.2020